Los acuerdos y convenios entre Nucleoeléctrica y la Municipalidad de Embalse son ficción desinhibida, nadie controla efectivamente en qué se gasta la plata.
por Cristian Basualdo
EMBALSE, 12 enero 2022.- El agua sale de las canillas con un color desagradable, además de repulsiva al gusto y al olfato; algunos barrios padecen la falta del servicio desde hace varios días. A su vez, recurrentes cortes de luz le complican la vida a los habitantes de esta localidad turística, vecina a la Central Nuclear Embalse. El severo déficit en los servicios públicos no se corresponde con los millones de dólares aportados para su mejora por Nucleoeléctrica Argentina SA, en el marco de sus programas de responsabilidad social empresaria.
El 16 de mayo de 2008, se suscribió un Convenio entre la Secretaría de Energía de la Nación, Nucleoeléctrica, la Municipalidad de Embalse, la Cooperativa de Servicios Públicos de Embalse, la Secretaría de Turismo de la Nación y la ex DiPAS, para mejoras en “la prestación de energía eléctrica y agua potable”. La nombrada cooperativa manifestó “los serios problemas de abastecimiento de energía eléctrica y en el sistema de agua potable de la Unidad Turística Embalse”, y ofreció su colaboración para la elaboración de un diagnóstico a fin de individualizar puntualmente los defectos del sistema. Nucleoeléctrica informó que el presupuesto de adjudicación fue finalmente de 1.300.000 dólares.
Para hacerse una idea de los escasos efectos prácticos de este convenio, basta señalar que unos años después Embalse sufrió una crisis por el agua de red. Las protestas movieron al Gobierno Provincial a agregar la etapa de decantación a las plantas de agua existentes.
Federico Alesandri ganó la intendencia de Embalse a fines de 2007 con una campaña electoral basada fundamentalmente en dos promesas: limitar a un período la reelección del intendente y un “Embalse mucho mejor”. Actualmente, Alesandri está de licencia de su cuarto mandato. En 2008, una modificación de los ejidos municipales dejó a la Central Nuclear Embalse dentro del ejido de Embalse, justo cuando Nucleoeléctrica se disponía a extender la vida del viejo reactor CANDU. Entonces, la empresa estatal necesitó los permisos de las autoridades locales, además de la licencia social de la comunidad. Así las cosas, firmó un Convenio de Colaboración que estableció que la implementación de cada una de las propuestas presentadas por el Municipio y aceptadas por Nucleoeléctrica, daría lugar a la suscripción de acuerdos específicos.
El 31 de octubre de 2012, se firmó el Acuerdo Específico N.º 1, atento a las necesidades de infraestructura que requería la localidad de Embalse, “con el único fin de contribuir a la mejor calidad de vida de los habitantes de las inmediaciones de la Central Nuclear Embalse”, fijó las obligaciones de las partes para la ejecución de las obras “pavimentación de 20 calles de la localidad de Embalse” y “extensión de red de gas natural a los barrios de la localidad de Embalse”, por un monto de 6.153.999,95 pesos (unos 732.618 dólares, al valor de la moneda estadounidense en ese momento).
Quienes vivimos en Embalse sabemos que no se extendió la red de gas natural a los barrios. El 12 de agosto de 2013, Alesandri firmó una Adenda mediante la cual declaró que el proyecto y los pedidos de autorizaciones correspondientes a la obra de extensión de la red de gas, no podían presentarse debido a “limitaciones técnicas que tiene la red troncal”, y al “incremento generalizado en el nivel de precios, con incidencia directa en el costo de insumos y materiales necesarios para la ejecución”. A cambio por el dinero recibido, informó que puso en marcha el proyecto “refuerzo de gas natural sobre calle H. Irigoyen”. Haciendo clic aquí, el lector puede encontrar el acuerdo, la adenda, los recibos, las hojas de liberación de servicios, las proformas, etc.
No es necesario disponer de una inteligencia por encima de la media para darse cuenta que las limitaciones de la red troncal usadas por Alesandri como excusa en 2013, existían un año antes, cuando se firmó el Acuerdo Específico N.º 1. Los acuerdos y convenios entre Nucleoeléctrica y la Municipalidad de Embalse son ficción desinhibida, nadie controla efectivamente en qué se gasta la plata. Después de todo, Nucleoeléctrica se financia con el Tesoro Nacional y nunca escatima los fondos públicos para comprar la voluntad de los políticos.
El 17 octubre 2014, Nucleoeléctrica y la Municipalidad de Embalse firmaron un acuerdo específico de “Asistencia técnica especializada para el fortalecimiento institucional de los servicios públicos Municipales”. En dicha oportunidad, la empresa estatal expresó que, desde el inicio de su actividad, “identificó a las comunidades ubicadas en el área de influencia a las centrales nucleares como uno de sus puntos focales de interés”. El objeto del acuerdo fue asistir a la “formulación de políticas públicas a nivel municipal, tendientes a alcanzar soluciones integrales de largo plazo a las problemáticas identificadas en los servicios públicos Municipales”. La cláusula primera mencionaba los servicios públicos que iban a ser alcanzados por la asistencia: agua potable y desagües cloacales, distribución de energía eléctrica, recolección y disposición de residuos sólidos y transporte urbano. El acuerdo contemplaba la puesta en funcionamiento de un Ente de Control de Servicios Municipales y la creación de un sistema de subsidios a los grupos vulnerables de la sociedad. El monto fue de 3.684.000 de pesos (unos 423.448 dólares, al valor de la moneda estadounidense en ese momento).
Cabe agregar que la Municipalidad de Embalse percibe anualmente de Nucleoeléctrica la denominada “Tasa por servicio de protección ambiental y control bromatológico y sanitario”, cuyo monto en el presupuesto 2022 es de 67.597.886 pesos (unos 328.000 dólares considerando el valor actual de la moneda estadounidense en el mercado marginal). “De protección ambiental”, es un eufemismo para denominar una tasa que Nucleoeléctrica paga para contaminar. La localidad de Embalse presenta las concentraciones de tritio en el agua de red más altas del mundo, el promedio informado por la empresa en el tercer trimestre de 2021 es 250 bequerelios por litro. El tritio es el isótopo radiactivo del hidrógeno, que la Central Nuclear Embalse emite en forma líquida y gaseosa, contaminando el agua, el aire, el suelo y los alimentos de una amplia región.
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