jueves, 3 de junio de 2021

La agonía del monte chaqueño

por Noemí Cruz

El gobierno de Chaco, continúa matando el bosque en El Impenetrable y con ello, desobedeciendo, con esa acostumbrada impunidad de las provincias desmontadoras, el fallo de la Sala Primera de la Cámara en lo Contencioso Administrativo de Chaco que resolvió “ordenar a la Subsecretaría de Desarrollo Forestal del Chaco y al Ministerio de la Producción, Industria y Empleo del Chaco, la inmediata suspensión de todo permiso y/o autorización de cambio de uso de suelo en cualquier estado de ejecución en que se encuentre”.

Durante los seis meses que pasaron a partir de esa suspensión, Greenpeace detectó, a través del monitoreo de imágenes satelitales, la deforestación de 7.811 hectáreas, de algarrobos, quebrachos, osos hormigueros, corzuelas, quimileros, tortugas y demás miembros de nuestra biodiversidad, se cargaron estos “empresarios” con la complicidad de las autoridades que no ven lo que no les conviene. Sus crímenes están a la vista de todo el mundo, no sólo de los lejanos satélites que los fotografían.

Desde esa suspensión, que no suspendió nada, están devorando sin ningún remordimiento moral, ni penal, el hábitat de los casi extintos yaguaretés chaqueños, perforando el único corredor biológico que allá les queda.

Por las recategorizaciones, 12.500 hectáreas de monte han sido condenadas, empobreciendo aún más la conectividad que quedaba y permitiendo que las topadoras llegaran hasta el borde del Parque Nacional Copo, destruyendo bosques que la Ley protegía.

Así como miles de chaqueños firman diariamente por un Chaco libre de desmontes, miles de hectáreas de bosques sucumben a las cadenas y al fuego sin fin, sin descanso. El bosque no es infinito, ni siquiera tiene tiempo de ser resiliente.

Según datos del Ministerio de Ambiente de la Nación, Chaco fue la provincia con mayor pérdida de bosques nativos entre 2016 y 2019, con 130.487 hectáreas deforestadas. Asimismo, el monitoreo satelital de Greenpeace detectó que, a pesar de las restricciones impuestas por la pandemia de COVID-19, durante 2020 en la provincia se perdieron 13.128 hectáreas de bosques.

¿Cuántas veces es necesario decir Basta de desmontes?

Mientras se pondera el valor de El Impenetrable, al mundo, y se anuncia la necesidad de poner fin a los desmontes, aquí en Chaco, a Jorge Milton Capitanich, poco le importa esto, mientras esto no se traduzca en hechos claros, indispensables y tangibles que le obliguen a frenar los desmontes.

En el inicio del proceso de actualización del Ordenamiento Territorial, desde el gobierno se intenta presentar opciones de mapas a las apuradas, olvidando que este proceso debe ser realmente participativo y objetivamente progresivo hacia la conservación del bosque, cosa imposible en medio de una pandemia, donde los únicos que se movilizan son los empresarios bajo máscaras de asesores, en complicidad con funcionarios que quieren sustentar el desmonte. Los bosques no son bienes intercambiables, y los que fueron desmontados ilegalmente, deben ser restaurados. No debe haber dudas de que la actual situación de emergencia climática y sanitaria en la que nos encontramos inmersos, con mayor deforestación, sólo aumentarán las posibilidades de que empeore nuestra subsistencia.

Sin respetar ningún criterio avanzan las máquinas con dientes afilados, tal vez apurados ante esos anuncios, tal vez por el actual requerimiento legal, o sólo una vez más, por ambición desprovista de compasión.

Ser quienes destruyeron los últimos bosques, a ellos, un día no lejano, deberá pesarles tanto como las cadenas que hoy voltean de cuajo los centenarios quebrachos y apisonan las tortugas y los pecaríes a su paso.

Los desmontes son un crimen y deben ser prohibidos ya, antes de que no se pueda hacer nada más. No hay tiempo ni bosque que perder.


Noemí Cruz, Coordinadora de la Campaña de Bosques (Greenpeace Argentina)


Fuente:

Noemí Cruz, La agonía del monte chaqueño, 1 junio 2021, Greenpeace Argentina. Consultado 3 junio 2021.

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