En Catamarca, Andalgalá, los ambientalistas y miembros de la asamblea El Algarrobo que se organizan en defensa del agua y de los recursos de la provincia recibieron aprietes, amenazas, militarización de los barrios y detenciones ilegales sin ningún tipo de prueba firme. En Alerta Spoiler hablamos con uno de los activistas detenidos en las ultimas semanas, liberados ayer por la tarde.
Compartimos las principales definiciones de Walter Mansilla, activista de Andalgalá, liberado en la tarde de este lunes luego de estar dos semanas privado de su libertad junto a otres compañeres:
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“Después de haber estado privado de la libertad uno se siente feliz pero no contento porque esto continúa. Las causas nuestras siguen por otro lado, no quedamos libres del todo ni podemos estar relajados porque sabemos cómo funciona porque hace 20 años que venimos en esto luchando, y sabemos de qué manera utilizan el atropello en todo sentido”.
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“En mi caso particular, en mi detención nunca hubo una orden de detención ni allanamiento. En mi casa entraron rompiendo, yo nunca me resistí a la detención, y sin embargo me obligaron a tirarme al piso, uno se trepó arriba mío sobre los talones, otros saltaban sobre mi espalda y dos me pateaban de los costados. Así fue mi detención. Después me presentaron los puños, me levantaron de los pelos, me llevaron hasta el patio que tengo acá en mi casa y me obligaban a mirar todo el tiempo abajo. Entre parpadeos pude ver, al menos en mi casa, como 30 policías, todas las puertas rotas cuando en realidad todas las puertas estaban sin llave”.
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“La verdad que por la parte legal estuvimos con muy poco conocimiento desde adentro, porque todo el tiempo te están controlando, qué decías, qué hacías y más cuando tenes una visita con el abogado. Entonces era muy difícil saber o profundizar más en cuáles eran las causas. Sí nos las leyeron en el momento de la liberación, cuáles son los cargos, cuáles son las restricciones. Pero nunca pudimos hablar y no tuvimos contacto con el exterior. Yo recién ayer a la tarde pude ver la magnitud que esto tuvo, las noticias y bueno tratar de recopilar qué pasó estas dos semanas en las no supe nada de lo externo”.
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“El primer día que fue el lunes, no sé si fue 12, cuando ingrese a la celda ya había cuatro personas detenidas. La sorpresa fue ver la gente que estaba adentro porque si bien tienen una postura nunca estuvieron tan comprometidos con la lucha. Eso me llamó poderosamente la atención como que agarran gente al azar, no sé con qué objetivos pero si ver el sistema que tienen ellos de amedrentar y criminalizar las luchas sociales que no es nueva y menos para nosotros. Ahí hubo cuatro personas que no tenían nada que ver, le dieron la liberación yo creo que al otro día. Después pasaron dos días más e ingresaron a otras personas más. En total fuimos 14 los detenidos, dos de ellos salieron en libertad pronto y después supe que otros detenidos porque había otros detenidos mayores en edad y dos mujeres fueron con prisión domiciliaria. Estábamos totalmente incomunicados con el mundo exterior, muchas veces las visitas familiares no se respetaban, entonces era muy difícil comunicarse con alguien y más estando todo el tiempo vigilado”.
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“Son muchos años en verdad que estoy en esta lucha contra la minería y en defensa del agua, mi madre es la que comenzó esta lucha. Ella me deja este hermoso legado y ya son más de 20 años en las calles reclamando, pidiendo nuestros derechos. En los últimos 11 años digamos que fue mucho más mi convicción en cuanto a luchar por un futuro sin megaminería, también luche en otros frentes como contra el fracking, contra las fumigaciones, siempre estuve en contacto con mucha gente desde este tipo de luchas y todas las injusticias que se vive en el país y en Latinoamérica. Sabemos que no es fácil porque estamos luchando contra un sistema que es muy poderoso pero no invencible. La dictadura minera viene desde hace muchos años, eso lo sabía y también sabía que en algún momento me podía tocar a mi. Ellos muestran toda esa brutalidad para que la gente tenga miedo y vuelva a sus casas a estar todos con miedo, pero aquí no lo han conseguido”.
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“Los siguientes pasos son siempre seguir de pie y no claudicar nunca. Lo último que vamos a perder es la esperanza y las ganas de seguir con esto porque para el futuro nuestro, de nuestros hijos y de las futuras generaciones. La verdad que estoy desarticulado en la parte legal que me lo impusieron, todavía no puede ver la gente que quisiera por la lucha por los temas del tiempo y el tema de que estamos aislados porque acá estamos en etapa roja. También se me hace difícil comunicarme porque una de las cosas que me han sacado es el celular, estoy tan solo con el teléfono fijo pero no tengo los números de nadie De todas formas el teléfono no nos sirven mucho porque sabemos que el sistema nos tiene totalmente identificados, nos tiene pinchadas las líneas. Saben qué hacemos, entonces hay muchas cosas que tenemos que hablarlas personalmente con los compañeros y todavía no tuvimos ese momento”.
Fuente:
Megaminería. Andalgalá: “Vamos a seguir de pie, luchando. El sistema es poderoso pero no invencible”, 27 abril 2021, La Izquierda Diario.
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