martes, 20 de abril de 2021

En Santiago del Estero el crimen ambiental está destruyendo la vida campesina


Un equipo de Greenpeace documentó por tierra la deforestación en la provincia de Santiago del Estero y detectó la pérdida de más de 9.000 hectáreas de bosques en lo que va del año. Comunidades indígenas y campesinas denuncian que continúan los desmontes y el avance sobre sus territorios de empresarios, como Orlando Canido, dueño de las gaseosas Manaos.

por Noemí Cruz

Recorrimos la provincia y tristemente pudimos comprobar que siguen los desmontes y los desalojos. Cuando hablamos de deforestación, no sólo hablamos de pérdida de biodiversidad, sino también de la destrucción del hogar y sustento de los campesinos e indígenas. Es muy grave que la violencia sobre sus territorios continúe.

En en el Departamento Guasayán, llegamos hasta el Paraje Las Juntas, para ver parte del enriquecimiento de bosque nativo que realizaron los campesinos junto a voluntarios de Greenpeace, con algarrobos blancos, hace cuatro años.

Fuimos acompañados por Franco Giménez, quien está dando sus primeros pasos en el Movimiento Campesino, y nos recibió don Adolfo Gómez.

Los algarrobitos se encuentran en medio del sotobosque, cada cinco pasos, podemos localizar alguno, en hileras, en medio de quebrachos, sombras de toro y algarrobos maduros. Esta zona, es un relicto de bosque en regeneración, rodeada de un paisaje geométrico de soja y maizales, y más allá un campo con coto de caza.

Don Adolfo nos explica acerca del valor que tiene el bosque para los campesinos y cómo fue que realizaron este proyecto.

Entre cantos de aves que me son familiares, y que hace tiempo no oía, mis manos tocan estos nuevos individuos, que resisten, enseñándonos que valió la pena cuidar sus semillas y brotes. Son una tangible esperanza para el Chaco y los campesinos. Los algarrobos ahora jóvenes, un día serán: alimento, madera, nidos, cantos y belleza de este lugar.

Por la ruta camino al predio de la Feria Campesina Tako, nos encontramos con grandes campos llenos de soja, soja soja y maíz, que sólo terminan cuando el horizonte se topa con las serranías de Guasayán, como una barrera que la tierra pone al avance de las máquinas.

Los jóvenes de este grupo denominado Tako (en quichua “árbol”), son aproximadamente treinta pequeños productores y estudiantes de la Universidad Campesina, que están siendo preparados para dar continuidad a la defensa de las tierras, el agua y el monte, formándose con líderes que les transmiten la esencia y valores del MOCASE.

Aquí, al costado de la ruta, entre quimiles y ucles, les hablamos sobre cómo va nuestra misión de detener los desmontes ahora en plena pandemia y lo importante que son los campesinos como aliados para Greenpeace.

Son chicos tímidos, certeza es una de las primeras veces que tienen este espacio como voceros del Movimiento. Marcela, hija de Nelli Veliz, una enorme dirigente del MOCASE, los alienta a hablar.

Y así Ludmila, nos cuenta lo que hacen y nos habla de sus sueños de continuar viviendo en el monte, como sus antepasados.

En Guampacha, Nelli Veliz nos cuenta de la lucha campesina surgida hace más de treinta años, de su experiencia de defender su tierra y su determinación para continuar al lado del campesinado. En Guampacha también pudimos saborear quesos, panes, mieles y dulces agroecológicos, realizados allí, para consumo y venta.

Al anochecer llegamos a Quimilí, allí hablamos con Kalera, de Vía Campesina, quien nos comentó del desalojo que está realizando Orlando Canido en la comunidad de Arbol Blanco, departamento Moreno. Ya desalojó a una familia y los demás resisten en su lugar, son 16 familias poseedoras, que tienen toda su vida , su presente y futuro allí. Canido es un empresario que habría comprado esas tierras y ya desmontó ilegalmente en Bajo Hondo y en otros lugares.

Agradezco compartir estas experiencias que nos enseñan que la resistencia a la destrucción, está en manos nobles allá, que donde casi no podemos llegar debido a las restricciones, hay un campesino, un indígena, testimonio latente del valor del monte haciendo frente a las máquinas con su sola presencia.

Pienso que un día también seremos antepasados de los que vendrán. Pienso: ¿qué dirán ellos de nosotros? Del mundo que estamos arruinando o nuestros esfuerzos serán fructíferos y un día dirán que salvamos los últimos bosques y que logramos frenar nuestra propia extinción?

Debemos torcer los destinos desfavorables, debemos vencer la codicia y anteponer la vida de la naturaleza porque sin ella nosotros no estaremos tampoco. Destruir bosques es un crimen, repito esto como un mantra en todas partes y en Santiago del Estero el crimen está, además, destruyendo vidas de campesinos.

Noemí Cruz - Coordinadora Campaña de Bosques


Fuente:

Noemí Cruz, En Santiago del Estero el crimen ambiental está destruyendo la vida campesina, 20 abril 2021, Greenpeace Argentina.

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