por Miguel Fernández Geógrafo
Neuquén es una provincia escasamente poblada y con grandes recursos hídricos de fácil disponibilidad, solo la falta de inversión explica que miles de familias sufran el verano sin agua.
En la provincia existen dos cuencas hidrográficas que suman un caudal final que en relación a la cantidad de habitantes, le corresponde a cada persona unos cien mil litros de agua cada día. Se considera que cada persona consume unos trescientos litros del preciado líquido a diario. Entonces la disponibilidad de agua superficial es 300 veces mayor a la necesaria.
Evidentemente que gran parte de los barrios de localidades como Centenario, Añelo y las tomas de la ciudad Capital no accedan al agua potable no es por alguna razón natural sino por la falta de obras que permita garantizar lo que evidentemente es un derecho humano.
Cansados de esta situación en la localidad Añelo, portal de Vaca Muerta, los habitantes cortaron los accesos a la ciudad impidiendo el normal funcionamiento de la actividad hidrocarburífera para que desde el gobierno den una respuesta definitiva al problema que es de todos los años, y que es cada vez más preocupante con el aumento de la temperaturas, que este verano rompieron récord, sobrepasando los 44 grados centígrados.
En contraste se siguen con las obras de abastecimiento de agua para las empresas petroleras a un costo de unos cinco mil millones de pesos, con una capacidad de transporte de 30 millones de litros al día, diez veces mayor a la demanda de los habitantes de la localidad.
El Estado garantiza acceso al agua a las petroleras, que con el fracking consumen 37,5 millones de litros por pozo que devuelven contaminada, pero no para las familias trabajadoras.
En la más grande toma de la ciudad capital, conocida popularmente como Toma Casimiro, el abastecimiento de agua lo garantizaban los pobladores con un camión que se rompió y el municipio se niega a garantizar la provisión de agua potable en un acto inhumano pues tuvieron que soportar temperatura extremas sin agua que derivaron en graves problemas de salud, especialmente en los niños y niñas.
Mientras que en los countries el acceso al agua para piscinas y parquizado con alta demanda de hídrica es garantizado por el Estado, se le niega a las familias más vulnerables bajo el pretexto de la legalidad de la tierra. Hace un año atrás la policía les rompió un caño que habían instalado los vecinos para garantizarse la provisión de agua.
Ante esta situación la concejala Natalia Hormazabal y el diputado Andrés Blanco del Frente de Izquierda se solidarizaron con el reclamo de las familias trabajadoras. Este lunes harán una presentación junto a las vecinas para exigir a las autoridades la pronta solución al problema del abastecimiento de agua potable. La vida está por encima de las ganancias de las empresas petroleras.
Miguel Fernández Geógrafo | Universidad Nacional del Comahue
Fuente:
Miguel Fernández Geógrafo, Negar el acceso al agua potable es un crimen social, 31 enero 2021, La Izquierda Diario.
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