Odiamos decirlo, pero cada año que pasa, las emergencias climáticas se vuelven más intensas, rompiendo récords y causando estragos en millones de personas, impactando los ecosistemas y la biodiversidad en casi todas partes del mundo.
Es nuestra realidad climática actual, una que desearíamos no tener que enfrentar nunca. Pero nuestros deseos no harán que desaparezca. No sin una acción colectiva, decisiva y ambiciosa.
Este año, se agregó una pandemia mundial. Durante unos pocos meses, los cielos del mundo se aclararon cuando se cerraron las fábricas y se detuvo el transporte aéreo y terrestre.
Sin embargo, el 2020 sigue camino a ser el segundo año más caluroso registrado según reportes climáticos. Hemos vivido olas de calor, incendios forestales e incluso ciclones y tifones que afectan a las personas y a las economías de todo el mundo.
Aquí te mostramos algunas imágenes inolvidables de la emergencia climática que vivimos y que marcaron, para siempre, este 2020:
Los incendios forestales en Australia fueron de una escala sin precedentes, se destruyeron casi 11 millones de hectáreas y al menos 29 personas perdieron la vida. Se estima que más de mil millones de aves, mamíferos y reptiles, muchos de ellos exclusivos de Australia, resultaron afectados o muertos.
Durante mayo y junio, Kenia fue testigo de inundaciones que dejaron a miles de personas desplazadas, cientos de vidas perdidas, cultivos destruidos y ganado muerto. Los patrones climáticos generales en África Oriental se han visto significativamente afectados por el cambio climático global.
Las lluvias torrenciales devastaron gran parte de Kyushu, Japón. Las inundaciones y los deslizamientos de tierra causaron grandes daños, especialmente en la prefectura de Kumamoto. Han muerto decenas de personas y se ha ordenado la evacuación de más de un millón de personas.
La región de Kyushu también fue muy golpeada por la temporada de lluvias el año pasado, que causó grandes daños.
Alrededor de 36 millones de personas se han visto afectadas, con 140 muertes, debido a una de las lluvias más fuertes en décadas, que resultó en inundaciones masivas en el centro de China.
Las inundaciones repentinas y los deslaves en el norte de Luwu al sur de Sulawesi, Indonesia, se cobraron 32 vidas y muchas más personas siguen desaparecidas. Alrededor de 1.590 residentes se han visto afectados por las inundaciones.
El monzón más largo de Corea del Sur en siete años ha estado causando graves daños por las fuertes lluvias. A medida que caían fuertes lluvias torrenciales, la mayoría de las ciudades y provincias sufrieron daños masivos en las propiedades, incluidas inundaciones en áreas urbanas y agrícolas, cortes de energía, deslizamientos de tierra y pérdida de instalaciones como carreteras. Al menos 31 personas murieron y 11 desaparecieron después de 54 días de lluvias intensas.
El huracán Laura mató al menos a 14 personas, desplazó a miles y dejó a cientos de miles sin electricidad. Laura, uno de los huracanes más fuertes que jamás haya azotado Estados Unidos, atravesó Luisiana destruyendo techos en su camino. La velocidad máxima de los vientos del huracán fue de 241 kph (150 mph) y fue uno de los más fuertes registrados en Estados Unidos.
El verano en Siberia vio varias consecuencias del cambio climático: olas de calor, derrames de petróleo causados por el deshielo del permafrost e incendios forestales devastadores. Un equipo de Greenpeace Rusia ha documentado incendios forestales en la región de Krasnoyarsk. Es una clara evidencia de la emergencia climática. El paisaje del norte está siendo transformado por el calor y el fuego. Si bien las autoridades rusas no logran detener estos incendios, la valiosa taiga para el planeta continúa ardiendo con consecuencias para la población local y una gran contribución al cambio climático.
El Amazonas ardía, de nuevo. Una realidad desgarradora donde el cambio climático y la codicia van de la mano, dejándonos horrorizados. Con más de 38 mil focos, el incendio no solo fue una amenaza para la selva tropical más grande del mundo, sino que también afectó directamente las temperaturas globales.
Cada año, las temporadas de incendios se hacen más largas en California, con focos más intensos como resultado del aumento de las temperaturas. Esto afecta a las personas, ataca sus vidas, sus hogares y sus medios de subsistencia. La vida silvestre y los bosques de los que todos dependemos están desapareciendo.
Los tifones consecutivos en Filipinas, incluida la tormenta más fuerte que tocó tierra en 2020, provocaron inundaciones y dejaron más de 3 millones de desplazados. Al 17 de noviembre, los daños a la agricultura por la secuencia del tifón ascendieron a $256 millones, mientras que los daños a la infraestructura ascendieron a $165 millones. En la actualidad, hay cada vez más llamamientos para que Filipinas declare una emergencia climática a raíz de los intensos desastres climáticos de este año.
Fuente:
Cuando las emergencias climáticas se convierten en nuestra realidad climática, 21 diciembre 2020, Greenpeace Argentina. Consultado 25 diciembre 2020.
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