viernes, 2 de octubre de 2020

Desolación, impotencia y pérdidas en Alpa Corral

No hubo víctimas fatales de los incendios, pero el fuego enlutó el paisaje y ocasionó graves daños.

por Denise Audrito

Mientras Alpa Corral comienza a recuperar la tranquilidad y a evaluar los graves daños producidos por los incendios, bomberos de distintos lugares de la Provincia continúan combatiendo las llamas al norte del pueblo, cerca del límite con San Luis y de Río de los Sauces.

El llamado “valle de ensueños”, revivió la pesadilla del infierno en los últimos cuatro días.

Los pobladores del atractivo rincón turístico de las sierras del sur dan testimonio de numerosas historias de valor, solidaridad e impotencia.

José Silva, peón rural, perdió sus 20 ovejas, sus vacas, caballos. Se le quemó todo el capital que había logrado en su campo alquilado al norte de la Unión de los Ríos. Los vecinos cuentan que sólo pudieron rescatar en brazos a algunos terneros, porque las vacas en lugar de escapar se amontonaban y quedaban como atontadas, mientras los toros hasta intentaban “cornear” las lenguas de fuego.

“Es chocante, muy fuerte ver lo que está pasando. Desde muy chico frecuento Alpa Corral con mi familia y mis amigos y me dediqué a la realización audiovisual justamente por estos paisajes, por estos lugares que ahora se están quemando”, cuenta Juan Cruz Ferniot, quien acaba de documentar en un video los daños causados y la sacrificada labor de los bomberos.

Sufrimiento

En la zona de Sauces Colorados, el fuego también amenazó viviendas. “La otra tarde había tanto humo que mi hermana fue a ver y el incendio había cruzado la calle y se venía para mi casa. Estábamos solas y decidimos armar una muda de ropa y juntar las cosas personales, fue muy feo. Al final, vecinos y bomberos pudieron pararlo, a pocos metros”, relata conmovida Lucía Gómez, habitante de Alpa Corral, de 19 años.

Su padre, Brigido Gómez opinó: "Las pérdidas son cuantiosas. Si dejaran hacer contrafuego como antes, esto no hubiera pasado, pero ahora ya no quedó nada". Su campo es contiguo a una de las postales obligadas de la localidad: los pinares. Allí trataron de refugiarse vacas y caballos, y resultaron atrapados por las llamas.

Valeriano Ferreira tenía 20 años cuando se creó el cuartel de Bomberos en Alpa Corral. Se acercó a ver y se quedó para siempre. Hoy, con 27 años, es jefe del cuerpo.

“Uno tiene una mezcla de sensaciones. Logramos proteger la mayoría de las viviendas con la ayuda de bomberos de toda la Provincia. Pero, por más que uno trata de mantener el profesionalismo, acá nos conocemos todos y el sufrimiento de los vecinos, impacta”, testimonió.

Fuente:
Denise Audrito, Desolación, impotencia y pérdidas en Alpa Corral, 2 octubre 2020, La Voz del Interior. Consultado 2 octubre 2020.

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