El incendio que devastó más de 40 mil hectáreas en las sierras, sigue avanzando en zonas profundas de las reservas naturales más valiosas de la región del cerro El Bonete. El geógrafo Joaquín Deon explica las implicancias ambientales y económicas que se ponen en juego en medio del desastre.
Detrás de la tragedia que convirtió en cenizas más de 40 mil hectáreas de bosque nativo en pocos días, la alianza de los intereses inmobiliarios, de las compañías mineras y los negocios agrícolas le ganaron la pulseada a la protección del ambiente y, según explica el geógrafo Joaquín Deon, avanzaron casilleros en el objetivo de cambiar el uso del suelo.
“El fuego hoy es una herramienta y una excusa más que se está usando para hacer el cambio del uso del suelo”, dijo, en una entrevista con Nada del Otro Mundo. “Eso se prohibió en la Ley de Bosques vigente, pero no se prohibieron los circuitos de enduro y motocross. Esas carreras autorizadas son las que habilitan luego el cambio del uso del suelo. No es llamativo que este fuego haya empezado por algo que está investigando la Fiscalía de Cosquín, donde alguien, un profesional muy poco ético, mandó gente a talar en una serie de terrenos en el barrio Pan de Azúcar, del lado de Cosquín, y después quemaron eso. Ahí se inició el incendio, que hace cuatro días tomó una fuerza inmensa y cruzó al otro lado”, relata.
Las lluvias de ayer, sin embargo, no lograron calmar todos los incendios. “El fuego sigue activo. Ayer el gobierno salió a decir que los fuegos se habían apagado con la lluvia y es mentira. Acá en la zona de Villa Allende, Unquillo, Saldán, los fuegos siguen activos, con menor magnitud, pero está muy complejo. Estamos con un frente de fuego de dos kilómetros”, agrega el geógrafo. “Estamos cerca de Corral de Barrancas, en la base del cerro El Bonete, lleno de quebrachos y molles, que no se quema hace décadas. Estamos esperando a los bomberos para acompañarlos y revisar los senderos para ingresar. El fuego está por meterse en una quebrada muy complicada y que pone en riesgo a familias ancestrales que viven aquí, que sufren no solo el fuego sino el negociado inmobiliario y minero que hay en la zona”, completa.
Sobre este punto, Deon analiza el escenario sobre las coordenadas de un territorio en disputa. “El manejo que se hizo llevó que, sin querer queriendo, el fuego se fue a la zona de sacrificio que están buscando la minera Gran Ombú, Sánchez Sarmiento, con todos los campos que está acaparando en la zona de San Fernando, la Estancia La Calera. Da una bronca tremenda. Cuando se apaguen estos focos tenemos que salir a la calle y colectivamente y frenar el desastre ambiental que estamos viviendo”.
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Fuente:
“El fuego es una excusa y una herramienta para cambiar el uso del suelo”, 26 agosto 2020, Al revés.
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