Pese
a la fuerte caída del consumo energético, la generación de las
energías "verdes" aumentó 51,1 % interanual en abril. En
12 meses acumula 105,8 % de alza.
Al
igual que en el resto del mundo, la crisis económica global y la
pandemia afectaron la demanda de energía. Por hechos conocidos, hay
una fuerte disminución del consumo energético, un freno a las
exportaciones y una profunda caída en la venta de combustibles. Sin
embargo, y a pesar del contexto, las energías verdes alcanzaron su
punto máximo de rentabilidad.
La
generación aumentó 51,1 % interanual en abril, mientras que en los
últimos 12 meses acumula un crecimiento del 105,8 %. Biogas,
biomasa, eólica y solar se incrementaron 51,8 %, 14,7 %, 172,1 % y
241,9 %, respectivamente. Un dato: por la bajada histórica del
Paraná y otros ríos, la generación hidráulica cayó 5,3 %.
Genneia
es el principal jugador del rubro: aporta el 20 % de la energía
renovable del país y el 30 % de la eólica. En los últimos meses
finalizó el parque Vientos de Necochea y retomó las obras en Chubut
Norte II, III y IV. Los últimos dos en sociedad con PAE.
Con
los tres proyectos listos ingresarán al sistema unos 170 megas más.
“La pandemia nos obligó a parar las obras, pero el Gobierno nos
hizo una excepción para continuar y volvimos a trabajar. Teníamos
hasta 1.000 personas, pero ahora hay unas 300. Estamos finalizando el
izaje de los últimos aerogeneradores y ahora viene la puesta en
marcha y energización. Esperamos traer técnicos del exterior para
hacerlo”, comentó el director de Asuntos Corporativos de Genneia,
Gustavo Castagnino. La expectativa más optimista es terminarlos en
octubre.
A
nivel global, según un informe del Programa de la ONU para el Medio
Ambiente, solo el año pasado se batieron varios records: creció 19
% la inversión en energía eólica marina con u$s29.900 millones, se
llegó al mayor volumen de acuerdos corporativos de compra de
electricidad de fuentes renovables y se registró un récord de 21
países y territorios que invirtieron más de u$s2.000 millones en
energías limpias.
Dentro
de este segmento la energía solar fotovoltaica y la energía eólica
se convirtieron en las fuentes de electricidad más baratas en muchos
mercados, y otras fuentes renovables están a punto de alcanzar la
paridad de costos en pocos años como los biocombustibles.
En
la Argentina también se refleja ese boom pero a un paso más lento.
Según CAMMESA, en mayo, las energías verdes aportaron un 9,7 % para
cubrir la demanda nacional de energía. Sin embargo, parece estar
lejos de alcanzarse los objetivos de la ley de energías renovables
27.191 que plantea que para 2025, un 20 % de la demanda eléctrica
debe ser cubierta por este tipo de fuentes.
La
energía eólica es ampliamente la fuente renovable más desarrollada
en el país con un 64 % de la participación.
Otra
industria que crece en el país es la de biodiésel, una rama que a
veces poco se liga con las energías renovables. Sin embargo, según
los especialistas hay un gran potencial para el mercado interno
porque contribuyen a diversificar la matriz energética, colabora en
la sustitución de importaciones ya que el 30 % del gas oil es
importado y fomenta el desarrollo de las economías regionales ya que
hay 26 plantas ubicadas en las provincias de Santa Fe, Entre Ríos,
La Pampa, San Luis, Santiago del Estero y Buenos Aires.
Según
Juan Facciano, director de la empresa Albardon Bio y presidente de la
Cámara Santafesina de Energías Renovables, “nuestro país posee
una capacidad instalada de 4.5 millones de toneladas anuales y a la
fecha más del 60 % se encuentra ociosa”.
Fuente:
El apogeo de las energías renovables, 20 julio 2020, Ámbito. Consultado 21 julio 2020.
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