miércoles, 17 de junio de 2020

La huerta familiar y comunitaria, una salida saludable a la crisis

Organizaciones y familias se lanzaron al cultivo de sus propios alimentos. Las instituciones capacitan, pero faltan semillas.

por Lucas Viano

Semanas atrás se cerró un barrio de la ciudad de Córdoba para realizar un operativo sanitario por sospechas de casos de Covid-19. Las autoridades provinciales y municipales asistieron con alimentos a la población en cuarentena. Pero una vecina fue contundente en el pedido: “No nos traigan arroz y fideos. Queremos frutas y verduras”.

Constancia Mias, subsecretaria de Ambiente de la Municipalidad, asegura que ese fue el disparador para lanzar el programa Fomentando Huertas Agroecológicas, del que participan el municipio, la Provincia, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) y la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba.

La pandemia y la inevitable cuarentena provocaron una explosión de huertas familiares y comunitarias por varios motivos. El principal es la crisis económica, pero también la obligación de quedarse en casa dio más tiempo libre a mucha gente. En el medio se suma una mayor conciencia de la gente sobre la importancia de una alimentación saludable.

La iniciativa interinstitucional repartirá 20.900 kits de semillas en barrios vulnerables. “No sólo vamos a entregar el kit, sino que vamos a realizar un seguimiento de las familias u organizaciones para que realmente puedan producir. Queremos que sea una conducta que perdure en el tiempo” asegura Mias.

La asistencia está pensada para familias, pero también para organizaciones sociales, centros vecinales y comedores comunitarios.

La escasez de semillas en el mercado es una limitante para estos programas. Mias reconoce que no se consigue este recurso. Juan Marcelo Conrero, decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNC, asegura que por ese motivo están lanzando un curso para que las personas aprendan a generar sus propias semillas a partir de las verduras que compran en la verdulería.

Campaña récord

En la campaña otoño-invierno 2020 se ha generado un incremento en la demanda de semillas hortícolas. En esta campaña, la semilla distribuida fue equivalente a 29.500 kits en toda la provincia”, comenta Ramiro Podversich, coordinador regional de ProHuerta del Inta.

Este programa asiste técnicamente y provee de insumos desde hace 30 años a la población de bajo recurso para autoconsumo y a productores de la agricultura familiar que proveen a mercados de la economía social.

Podversich agrega que, por la pandemia, hubo un incremento de pedidos de semillas de sectores de clase media con fines recreativos y terapéuticos. El especialista asegura que esta tendencia viene creciendo en los últimos años y está asociada al auge de ferias y sistemas de provisión que privilegian la relación productor-consumidor. “Actualmente, el programa trabaja en 45 ferias de la agricultura familiar que ofrecen alimentos en toda la provincia”, comenta.

Programa de asistencia

Impulsada por un aumento de las consultas, la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNC lanzó el Programa Asistencia Social Alimentaria (Pasa). El campo escuela de la facultad está sumando más hectáreas para la producción de verduras y hortalizas. El objetivo es garantizar cerca de 61 mil platos mensuales de 650 kilocalorías.

En junio están cultivando acelga, espinaca, remolacha, lechuga, apio, lenteja, arveja y maíz. En julio se incorporará la papa. Zanahoria, zapallito, tomate y pimiento empezarán a cultivarse en septiembre. El programa también prevé la entrega de 500 huevos y mil litros de leche por mes.

Conrero asegura que es común ver que los comedores comunitarios sólo cocinen guisos con arroz, fideo, algo de pollo y escasas verduras. Para el decano este escenario es una potencial crisis nutricional a futuro si no se revierte ahora.

La iniciativa también quiere enseñar a producir. En estos tiempos de crisis hay una necesidad de asegurarse el alimento. Hemos tenido un crecimiento exponencial de pedidos y de consultas”, asegura.

Y agrega: “El costo de logística y traslado es lo que más encarece a estos productos. Con el 30 por ciento de lo que sale comprar estos alimentos, se pueden producir en casa. Cultivar un kilo de verdura cuesta entre 10 y 12 pesos”.

La facultad creó un equipo de asistencia a huertas para formar a referentes barriales en estas labores. Estos profesionales también visitarán el lugar para conocer el tipo de suelo y el acceso al agua con que cuentan.

Estamos impulsando la capacitación de la gente en el lugar. Formar un líder y un referente con nexo permanente con nosotros y que además pueda capacitar a otras personas”, comenta.

Y recuerda que el Campus Virtual de la UNC ya cuenta con un curso para crear una huerta en casa, que es uno de los más vistos por los usuarios de este sistema de formación a distancia.

Fuente:
Lucas Viano, La huerta familiar y comunitaria, una salida saludable a la crisis, 14 junio 2020, La Voz del Interior.

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