Los cristales de sal no sólo cubren el suelo, sino también se adhieren a los elementos de las ruinas de lo que fuera Villa Epecuén. Foto: facebook / Lago Epecuén. |
Un
manto de sal cubrió la costa del lago Epecuén, en la localidad
bonaerense de Carhué, al sudoeste de la provincia de Buenos Aires,
lo que constituye un atractivo turístico extra de la época
invernal, que por el momento es solo para la gente local debido a la
pandemia por coronavirus.
El
fenómeno natural se debe a la combinación del sulfato de sodio y
las bajas temperaturas, que hace que los cristales de sal cubran el
suelo y se adhirieran a las ruinas de Epecuén. Autoridades locales
señalaron que se trata de una bella atracción turística, que por
el momento será solo para los vecinos, a la espera de volver a
recibir visitantes que caminen, fotografíen y jueguen con sus
cristales.
Vanesa
Nebauer, directora de Turismo de Adolfo Alsina, explicó a Télam que
"antiguamente aparecía, pero luego se retiró debido a la
crecida del lago que no tenía tanta concentración de cloruro de
sodio, pero desde julio del 2012 volvió a aparecer en nuestra
costa".
"En
realidad se debe a las bajas temperaturas que hace que cristalice
pero además se tiene que dar el viento sur o el oeste, es un viento
seco y de esa manera saca el cloruro de sodio a la costa",
agregó Nebauer. Además, la funcionaria dijo que "ayer amaneció
todo blanco, muy lindo, es nuestra nieve por decirlo de alguna
manera". También lamentó que debido a la pandemia "los
turistas no lo pueden apreciar".
#FelizSabado 🙌— Lago Epecuen Carhue 💦 (@Lago_Epecuen) May 23, 2020
Comenzó el frío y llegó la precipitación de sales ( sulfato) a orillas del Lago Epecuén pic.twitter.com/TVRcHtDLVS
Sobre
el estado de la laguna Epecuén, indicó que "en este momento
tiene una graduación de hasta 200 gramos por litro de cloruro de
sodio, pero depende de las lluvias y de otros factores" y señaló
que durante el verano tuvo "160 gramos y fue aumentado hasta los
200".
"Lo
que nosotros tenemos es muy parecido al Mar Muerto, es único en
Sudamérica, es un humedal salado con aproximadamente 30 minerales
con muchas propiedades", expresó la funcionaria, y aclaró que
"lo que se ve en la costa no es apto para consumir".
Respecto
a los planes para el regreso de turistas al distrito, Nebauer afirmó
que desarrollan "reuniones regionales y de los vecinos termales
para ver cómo salir, nosotros como destino de bienestar y salud. Se
piensa que se va a abrir a nivel regional de a poco, siempre y cuando
no tengamos casos, que hasta ahora no lo tenemos".
La
idea, comentó, es "tener un destino cuidado; si esto da para
largo que la gente pueda venir tranquila porque estamos trabajando
con cada establecimiento de una manera segura para nosotros y para el
turista".
La
historia de Villa Epecuén
Carhué,
en el oeste de la provincia de Buenos Aires, a 520 kilómetros de la
ciudad de Buenos Aires, es vecina al Lago Epecuén, reconocido en
todo el mundo por las propiedades de sus aguas hipermarinas. Este
lago presenta en sus aguas una concentración de entre 180 y 200
gramos de sal por cada litro, más de cuatro veces la que se
encuentra en el mar, lo que convierte al Lago en un "flotario
natural" y hace que sus aguas sean sólo comparables con las del
Mar Muerto, en Oriente Medio.
La
salinidad del agua (tiene diez veces más sal que el océano) impulsó
la Villa Epecuén. Al principio, los pioneros se dedicaron a la
explotación minera (extracción de sal y sulfato), pero poco a poco
terminó convirtiéndose en uno de los destinos turísticos favoritos
para el cuidado de la salud.
Luego
de un largo período de sequía, y tras algunos pedidos de los
hoteleros del lugar, se decidió construir en 1975 un canal
denominado Ameghino, que conectó la cadena de lagunas para atraer el
agua. Pero un día llegaron las lluvias y, en 1978, se decidió
levantar un terraplén para proteger el pueblo. No fue suficiente. En
1985, en medio de una fuerte sudestada, la tierra cedió y la villa
turística se hundió bajo ocho metros de agua. Los habitantes de
Epecuén huyeron al vecino pueblo de Carhué.
La costa del lago Epecuén se cubrió de sal por un raro fenómeno natural, 2 junio 2020, La Nación.
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