Descargar
el programa aquí
Un
ser diminuto, tan pequeño e insignificante que no podemos verlo, ha
cambiado ya la ruta del planeta. Parece una escena de ciencia
ficción. Sin embargo, este hecho inaudito había sido ya anticipado
por las nuevas corrientes de la ciencia, como la teoría del caos o
las ciencias de la complejidad o de la resiliencia. Todo lo que hemos
vivido estas últimas semanas en el escenario planetario, no es sino
una simple guerra de especies. La guerra entre un microbio
oportunista que ha logrado, con cierto éxito, parasitar al animal
más abundante del orbe (un mamífero, un mono desnudo, nosotros), y
esa especie que lucha con todos sus medios por defenderse y
sobrevivir. Somos de nuevo una especie amenazada. ¿Cuántas veces no
les habrá ocurrido a nuestros antepasados de las sociedades
simples como las bandas o las aldeas? ¿No estamos experimentando
nuevamente vivencias paleolíticas o neolíticas? ¿Una batalla más
entre el depredador y su presa? La novedad ya no es biológica, sino
cultural, porque este fenómeno se ha dado en la era de la modernidad
que, se nos ha inculcado hasta el cansancio, es la más avanzada,
segura, confortable y predecible de la historia. La cultura que es
una secreción de la naturaleza y no lo contrario, queda de nuevo
desnudada e inerme ante un mecanismo de la vida. “Cuando creemos
que nos extirpamos de la naturaleza, afirma Michel Onfray en Cosmos
(2016, p. 152), la estamos obedeciendo; cuando imaginamos que nos
emancipamos, nos estamos sometiendo a ella; cuando suponemos que la
hemos dejado atrás, nos estamos plegando a su orden. Nunca
comunicamos mejor nuestra subordinación que cuando creemos
liberarnos. No somos más que lo que la naturaleza quiere que
seamos”.
La
modernidad erigida como la cúspide de la civilización, hiper
-tecnológica y racional, anti, meta o supra natural, ha sucumbido a
un fenómeno biológico común y corriente. Como ha sido ya muy
señalado en las redes sociales, el virus ha desencadenado también
otro hecho: se están multiplicando pensamientos peligrosos que ponen
en duda el andamiaje total de una civilización. Al fin y al cabo, la
crisis del coronavirus viene a sumarse a, es parte de, la crisis
ecológica global. Hoy la humanidad se encuentra amenazada desde dos
frentes: el microcosmos por la pandemia viral (crisis microbiológica)
y el macrocosmos por los cambios en la atmósfera (crisis climática).
Los pensamientos peligrosos existían antes de la pandemia, y son los
que se han impulsado como propuestas alternativas, antisistema, para
imaginar y construir una nueva civilización. “Buen vivir”,
“descrecimiento”, “comunalidad”, “pueblos en transición”,
“futuros locales”.
Los
efectos del virus inducen a reflexiones peligrosas entre la gente
común porque ponen al descubierto verdades que permanecían ocultas
bajo los anestésicos (propagandas mercantiles, políticas,
religiosas) que se esparcen diariamente entre los ciudadanos del
mundo. Esta fumigación de conciencias hoy esta´ seriamente
cuestionada. Alcanzo a distinguir al menos siete realidades que
surgen de la crisis microbiana.
- La alta vulnerabilidad de la humanidad; tan lejos de la seguridad tecnológica y tan cerca del azar genético;
- la de un planeta en que todo está interconectado tanto por los fenómenos físicos, biológicos y ambientales como por los económicos, políticos y sociales. La crisis sanitaria ha causado en pocas semanas una crisis económica, otra financiera, una más energética y hasta una ideológica o moral;
- solo el conocimiento científico surgido de grupos interdisciplinarios e internacionales puede ser eficaz en tiempos de crisis. Todas las creencias, sean religiosas, étnicas, políticas, ideológicas, raciales, resultan inocuas e inoportunas;
- los mecanismos de salvamento y la gobernanza. La modernidad que es básicamente urbana e industrial, con decenas de megalópolis, carece de mecanismos oportunos de rescate social ante emergencias de esta envergadura;
- ello se debe a que la civilización moderna esta´ erigida sobre el individualismo, la competencia, la rentabilidad económica, el consumismo, el patriarcado y las estructuras verticales o piramidales. Y, ¡oh sorpresa!, lo que salvo´ a nuestra especie fue exactamente lo contrario: la cooperación, la solidaridad y el apoyo mutuo;
- los empresarios, los políticos y los diplomáticos hablan por lo común un lenguaje que no es el de la vida; su cosmovisión es pragmática, antinatural y deshumanizada;
- el último pensamiento lleva irremediablemente a identificar otro “virus” mortal que existe en nuestra propia especie: el 1% que destruye el delicado equilibrio del planeta, los 500 corporativos, bancos y magnates que lista la revista Fortune. Contra ellos será la próxima guerra. La pregunta que da título a este texto es incontestable. De lo que sí estamos seguros es que hoy más ciudadanos están de nuestro lado. Y que el mundo ya no será el mismo.
Contenido
-
Amarillo Grande, otra vez uranio. Leonardo Salgado
La megaminería es un tema común en nuestro programa, por varias razones siempre estamos tratando esta rechazada práctica socialmente. Amarillo Grande es un megaproyecto en Río Negro que también es rechazado por buena parte de la sociedad rionegrina, hablamos con Leonardo Salgado, docente investigador de la UNRN sobre Amarillo Grande.
-
Malaria, deforestación y comercio mundial. Leonardo Suveges
Ecología,
desarrollo Sustentable y Culturas
ECOS
se halla al aire en la región desde 1998. Vino a llenar el espacio
creíble de información y debate en el que se trabajan cuestiones
globales (convenios internacionales, problemáticas generales)
nacionales (cuestiones de las diferentes provincias o sobre recursos
interjurisdiccionales) provinciales (problemáticas de cuenca,
radicación de industrias, costas, pesca, educación ambiental) y
locales (los temas de sustentabilidad en el municipio).
Objetivo
general Promoción del pensamiento crítico a partir de la difusión
de las temáticas ambientales y culturales en aras de la
concientización y la educación para un desarrollo sustentable.
Objetivos
específicos
-
Aumentar el bagaje de información disponible para el público en
general.
-
Difundir las cuestiones ambientales y culturales que se problematizan
en la región.
-
Acompañar los emprendimientos productivos que tiendan al desarrollo
sustentable.
-
Facilitar el acceso a las informaciones generadas en el seno de las
instituciones formales dedicadas al medio ambiente y a la
recuperación de las culturas tradicionales.
-
Poner en conocimiento del público en general disposiciones vigentes
que protejan el ambiente, los derechos de las comunidades nativas y
regulen el marco ambiental de la provincia.
Conductora
Silvana
Buján es Argentina, licenciada en Ciencias de la Comunicación
Social y periodista científico y ambiental, ejerciendo desde hace
más de dos décadas de manera ininterrumpida a través de radios y
medios gráficos del país y del exterior.
Es
activista ecologista y participa, dirige o coordina organizaciones no
gubernamentales y redes temáticas. Es conferencista y consultora en
temas de ambiente y desarrollo. Ha obtenido tres veces el 1º Premio
a la Divulgación Científica de la Universidad de Buenos Aires
(2009, 2012, 2014) y el 2º Premio en 2010; el 1º Premio
Latinoamericano y del Caribe del Agua CATHALAC-UNESCO 2009; Ocho
Premios Martin Fierro por sus trabajos en radio y 21 nominaciones. Ha
sido Premio Nacional de Periodismo en el año 2007, 1º Premio del
Congreso Tabaco o Salud 2010, 1º Premio de Periodismo en Salud de la
Asociación Médica Argentina 2010 Distinción honorífica Colegio de
Ingenieros DII por su labor en difusión ambiental, 2013.
Lleva
adelante desde 1998 ECOS ciclo de periodismo científico abocado al
ambiente y las culturas. Y CALIDAD EN VIDA, de periodismo médico,
cultura y salud. Dirige BIOS, ONG miembro de la Red Nacional de
Acción Ecologista y la Coalición Ciudadana Antiincineración. Es
miembro del Comité Consultivo de GAIA internacional. Es miembro de
la Red Argentina de Periodismo Científico y la Red Latinoamericana
de Periodismo Ambiental. Vive en Mar del Plata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario