En
el discurso de apertura de las sesiones ordinarias, Fernández
oficializó su apuesta por el extractivismo y su postura frente al
resto de las actividades.
por
Patricio Eleisegui
“A
favor de la preservación de las condiciones de vida de nuestro
pueblo, queremos construir una Argentina medioambientalmente
sustentable”.
Con
esas palabras, el presidente Alberto Fernández activó el espacio
asignado al tratamiento de los recursos naturales en su discurso de
apertura de las sesiones ordinarias 2020.
Pero
lo que parecía el inicio de un derrotero de políticas orientadas a
combatir los efectos del calentamiento global o la preservación de
los ecosistemas derivó en exactamente lo contrario.
Sin
escatimar detalles, y lo suficientemente claro como para no dejar
lugar a libres interpretaciones, el primer mandatario informó que su
gestión mantendrá como prioridad actividades opuestas al resguardo
de la biodiversidad como la explotación de hidrocarburos -tanto en
el continente como en la plataforma marina-, la minería a gran
escala, y también la agricultura atada al paquete tecnológico que
combina transgénicos con agrotóxicos.
“Los
hidrocarburos serán una palanca para el desarrollo productivo de
nuestro país. Vamos a extraer los recursos a partir de un entramado
productivo tecnológico y diversificado en todas las provincias
argentinas”, expresó Fernández en un tramo de su enunciación.
“Por
eso, enviaré a este Congreso un proyecto de ley para el desarrollo
del sector hidrocarburífero y minero que promueva y estimule la
inversión nacional e internacional en el sector y facilite el
desarrollo de la cadena de valor industrial, tecnológica y de
servicios”, añadió.
Vaca
Muerta
Aunque
omitió la referencia directa, Fernández apuesta a reavivar las
actividades extractivas en el reservorio no convencional de Vaca
Muerta, en la provincia de Neuquén. Un área que, sobre todo en
2019, perdió interés comercial para las petroleras por efecto de
variables como el control al giro de divisas al exterior, el
incremento en los costos operativos y, principalmente, el recorte de
jugosos subsidios estatales.
Vaca
Muerta, como expuso Economía Sustentable hace muy pocos días, ya es
escenario de desastre ambiental por efecto del sistema de extracción
consagrado por las petroleras que operan en el área: la fractura hidráulica, también conocida como “fracking”.
La
técnica en cuestión, aplicada por compañías como la estatal YPF,
Tecpetrol -grupo Techint-, la malaya Petronas, y las europeas
Wintershall y Total, entre otras, comprende la perforación de pozos
mediante la rotura de rocas subterráneas con explosivos. Y la
posterior inyección de una mezcla de agua y una batería de
formulaciones que puede ir de 20 a 500 aditivos.
En
concreto, el método combina aspectos de la explotación petrolera
consolidada y la labor minera más cuestionada a partir de una
ausencia total de cualquier criterio de sustentabilidad.
Como
ya contó este medio, el impacto negativo del “fracking” en
Neuquén se hizo evidente en cuanto las áreas bajo situación de
monitoreo entraron, a partir de 2015, en fase de explotación directa
e intensiva. La primera consecuencia inmediata fue la irrupción de
sismos en un territorio de la Patagonia que no había temblado en más
de 100 años.
Solo
en 2019 el área bajo fractura hidráulica sufrió 135 sismos
confirmados. Se generó, además, un volumen anual de “flowback”:
agua con químicos y otros residuos industriales que devuelve cada
perforación, equivalente a algo más de 500 piletas olímpicas de 50
metros de largo.
Y,
de acuerdo a lo que pudo constatar Economía Sustentable, se
consolidaron casi 60 pozos sumideros que albergan sin tratamiento
alguno a esos mismos líquidos, en filtrado permanente hacia la
dorsal Huincul, falla geológica predominante en esa zona de la
provincia de Neuquén.
Dicho
sistema de extracción hidrocarburífera, anticipó Fernández este
último domingo, contará en breve con el respaldo de una ley
nacional. Pero hay más: en su pronunciamiento, el Presidente
adelantó que promoverá una normativa para establecer una nueva
demarcación de la plataforma continental argentina. Esto, expresó,
con el fin de acentuar el extractivismo.
“El
‘Proyecto de ley sobre la demarcación del límite exterior de la
plataforma continental argentina’ contribuirá a consolidar los
derechos de soberanía sobre los recursos del lecho y subsuelo. La
adopción de la ley y la publicación de las coordenadas de la
plataforma continental argentina incrementarán la seguridad jurídica
para el otorgamiento de concesiones que tengan como finalidad la
exploración y explotación de hidrocarburos, minerales y especies
sedentarias”, precisó.
De
avanzar con estas operaciones, Argentina finalmente entrará en el
grupo de países con intervenciones petroleras concretas en el océano
-u “offshore”- con el riesgo de catástrofe que esto encierra.
Según
organizaciones ambientalistas, en los últimos 50 años han ocurrido
alrededor del mundo más de 130 vertidos de hidrocarburos en
ecosistemas marinos con consecuencias letales para infinidad de
especies.
Status
quo
En
otro tramo de su discurso, Fernández se refirió a la minería como
un ámbito en el que “tenemos grandes posibilidades pendientes, con
pleno respeto a estándares ambientales y participación social”.
“En
particular, la minería metalífera y la del litio se presentan como
grandes oportunidades para aumentar las exportaciones argentinas”,
justificó. Con este posicionamiento, el Presidente vuelve a
colocarse en la vereda de enfrente de la exigencia popular de acabar
con la megaminería.
La
postura muestra también que lo ocurrido en Mendoza a fines de
diciembre de 2019, con el pueblo movilizado en oposición a la
extracción con cianuro y la depredación de las fuentes de agua, no
modificó en absoluto la predilección del mandatario por esa forma
de explotación.
Con
su espaldarazo a la actividad, el primer mandatario coloca en el
cajón de lo desestimado a eventos como la sucesión de derrames
protagonizados por la minera Barrick Gold en su yacimiento Veladero,
en el territorio de San Juan.
Ocurridos
entre 2015 y 2017, derivaron en el vertido de millones de litros de
solución cianurada en los ríos que atraviesan los departamentos de
Iglesia y Jáchal, enclavados en el norte de esa provincia. Semejante
acción representa, al menos hasta hoy, el mayor evento de
contaminación generado por una minera en toda la historia del país.
En
el caso del litio, la contracara de esa explotación está en el
impacto ambiental que su extracción genera en los salares de Jujuy,
Catamarca y Salta que contienen al mineral. Asimismo, su producción
consume una enorme cantidad de agua, recurso que claramente no abunda
en la Puna.
Por
último, Fernández se refirió al agronegocio dando evidencias que,
más allá de la decisión de avanzar con una dirección de
agroecología -cuya demora en la oficialización ya comenzó a
despertar suspicacias-, la decisión gubernamental es no modificar el
“status quo” predominante en términos de métodos de producción.
“Nos
hemos ocupado de mejorar las condiciones para que los productores del
campo tengan un más fácil acceso al crédito. Hemos cuidado que el
precio de los combustibles no los afecte tampoco. Una divisa
estabilizada ayuda mucho a la hora de comprar insumos”, dijo el
Presidente.
Para
luego agregar: “Partiendo de allí, y queriendo preservar el mejor
desarrollo del campo, hemos hecho una propuesta generosa en materia
de derechos a las exportaciones en la que sólo se incrementa uno de
un total de veinticinco cultivos que hoy están afectados por esos
derechos”.
Dicho
de otro modo, el Gobierno incrementará las retenciones a la soja
transgénica como fuente de regalías para las arcas oficiales -una
constante desde mediados de los años 90 a esta parte-, mientras que
no establecerá cambios para el resto de los productos que lideran
las exportaciones agrícolas de la Argentina.
Fuera
de discusión para el primer mandatario: las consecuencias
socioambientales de un modelo que, consolidado a partir de la
deforestación y el colapso de la diversidad agrícola a manos del
monocultivo, pero sobre todo basado en el uso irrestricto de
agrotóxicos, amenaza la supervivencia de millones en el interior
del país.
Fuente:
Patricio Eleisegui, Alberto contra la biodiversidad: promoverá actividad petrolera en el mar, megaminería y no cambiará el modelo agrotóxico, 2 marzo 2020, Economía Sustentable. Consultado 2 marzo 2020.
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