lunes, 27 de enero de 2020

Cormecor apelará y analiza cambios en el proyecto

La gestión municipal estudia modificar la ubicación de las fosas dentro del predio. Tras el revés judicial, apelaría la decisión de la Cámara con una nueva estrategia.

por Juan Pablo Carranza

Cormecor está replanteando su estrategia tras el fallo judicial que objetó la instalación del predio en las cercanías de Villa Parque Santa Ana. La primera decisión será apelar la sentencia de la Cámara Contencioso Administrativa de 1ª Nominación que frenó el complejo ambiental, junto con la Municipalidad de Córdoba y la Provincia. La segunda está vinculada con aspectos técnicos del proyecto.

Tres fuentes calificadas le confirmaron a La Voz que los técnicos están trabajando en una alternativa sobre el mismo terreno para que el proyecto cumpla con el principal argumento contra su radicación al sur de la Capital: la falta de cuatro kilómetros de distancia con el radio urbano más cercano.

En este marco, y por primera vez desde que comenzó a operar, la defensa legal de Cormecor podría quedar en manos de un estudio particular. Según pudo conocer este medio, desde el nuevo directorio analizan contratar un bufete para que se haga cargo del recurso judicial que definirá la suerte final del predio de enterramiento. Anteriormente, la parte legal estaba a cargo de miembros del directorio.

La feria judicial que comenzó un día después de que se conoció la sentencia dilató la presentación. Cormecor cuenta con cinco días hábiles para acercar el escrito al Palacio de Tribunales I. El viernes 7 de febrero vence el plazo.

Tras el fallo adverso se abre aquí un abanico de alternativas, que por el momento los nuevos directores manejan con sumo hermetismo. Entienden que cualquier paso en falso puede complicar el desenlace de la causa. La decisión política por estos días es insistir en el predio de 512 hectáreas ubicado a 18 kilómetros de Córdoba.

La definición final recaerá sobre el intendente Martín Llaryora. La Municipalidad de Córdoba es la socia mayoritaria de Cormecor, la comuna que más aporta en materia de recursos y también de residuos y, por ende, es la principal interesada en lograr una solución definitiva para la disposición final de la basura.

Este medio intentó comunicarse en reiteradas oportunidades con el flamante presidente del directorio, Julio Bañuelos, para consultarle por estos puntos, pero fue imposible. El extitular de la Agencia Córdoba Turismo remitió directamente al municipio para hablar del tema.

Cambio en el proyecto

Según pudo conocer La Voz, la alternativa que estudian por estos días los nuevos funcionarios es cambiar la distribución de las fosas dentro del complejo para lograr un margen mayor entre el predio y el área urbana de Villa Parque Santa Ana.

Eliminar una de las dos fosas y reubicar la parte del enterramiento hacia el norte del predio sería una de las principales opciones que se barajan. Cómo aprovechar ese margen que hay dentro del lote que equivale a cinco reservas San Martín es lo que estudian los técnicos.

Esa fue siempre una alternativa, que ahora tiene chances de concretarse en función de la sentencia”, explicó una fuente especializada. “Ese es el mejor predio”, agregó otra fuente con terminales en la Provincia.

Reducir la capacidad del complejo impactaría en su vida útil. Además, la modificación del plan provocaría que cambien las condiciones de licitación de la construcción del predio. Recientemente se había extendido el plazo de la oferta de las empresas interesadas.

Mientras tanto, lo concreto es que aún no se puede dilucidar cuál será el futuro de las dos mil toneladas diarias de basura que generan los cordobeses. De apelar el rechazo y proponerse estos cambios, la Justicia tendría que evaluar la propuesta y el primer interrogante que se plantea es sobre la validez de los estudios previos del proyecto, en caso de una reformulación importante del complejo.

Para los vecinos de Villa Parque Santa Ana, una modificación como la que se desliza aquí también sería inaceptable.

La Justicia objetó que el proyecto no contemplaba los cuatro kilómetros de distancia que establecía como recomendación el Instituto Superior de Estudios Ambientales (Isea) entre el predio y el radio urbano de Villa Parque Santa Ana.

Entretanto, el tiempo sigue corriendo. A Piedra Blanca le queda poco más de un año y medio de vida útil, según aseguraron desde Cormecor en septiembre pasado. Los plazos son acotados para la instalación de un nuevo complejo que cuente con todos los recursos y medidas de seguridad necesarios. “Llevarlo a otro lugar implicaría empezar todo desde cero”, dijo otra fuente.

Nuevo patrocinio

Una de las opciones que baraja el ente intercomunal es que la defensa judicial de Cormecor esté a cargo de un estudio privado. Toda una novedad para una firma que desde su creación siempre manejó con sus propios recursos las cuestiones judiciales.

Según pudo confirmar La Voz, desde el nuevo directorio contactaron al abogado Daniel Segura, padre del actual presidente del Colegio de Abogados, Ignacio Segura, para que se hiciera cargo de la apelación ante el máximo tribunal. El mismo Daniel Segura le dijo a este medio que hubo un contacto con “gente de la empresa”, aunque lo calificó de informal. Esta semana podría cerrarse el acuerdo.

Nueva etapa

La nueva etapa de Cormecor a su vez se refleja en el cambio de autoridades del directorio. Un día después de que se conoció el fallo, el 31 de diciembre, la entidad renovó todos sus directores.

El nuevo presidente es el expresidente de la Agencia Córdoba Turismo y exintendente de Mina Clavero, Julio Bañuelos, quien reemplazó a José Aiassa. El resto de las autoridades del directorio se compone de Jorge De Nápoli (vicepresidente), José Vollenweider y Horacio Tuminetti. Los tres fueron nombrados por la Ciudad de Córdoba.

Como directores clase B –representantes de los municipios del interior–, fueron elegidos Hugo Pesci, quien antes representaba a la Capital, y Martín Miserachs. Por el Surrbac, ocupa ese lugar el exconcejal Franco Saillén. Anteriormente la silla por el gremio la ocupaba Pascual Catrambone, pero fue suspendido luego de quedar detenido por lavado de dinero, asociación ilícita y defraudación en agosto de 2019. Los tres síndicos son Marcelo Venturizzi, Rubén Correa y Marcelo Urreta.

Desde que empezó la nueva gestión, el sitio web con la información oficial de Cormecor aún no se modificó. Desde hace unos meses, su domicilio cambió de Corrientes 93 a Arturo M. Bas al 100.

La distancia: La clave de los cambios

Analizan modificar la disposición de las fosas.

Separación. El límite del predio de 512 hectáreas de Cormecor está a un kilómetro del radio urbano de Villa Parque Santa Ana.

Fosas. El proyecto contempla la excavación de dos fosas en el predio para el enterramiento de residuos.

La distancia entre la primera de ellas y el límite del predio es de 800 metros. Cada fosa tiene un ancho de 700 metros aproximadamente. Ambas están pensadas al sur del terreno.

Villa Parque Santa Ana igual lo rechazaría

No quieren que se instale el predio de Cormecor, inclusive si hay cambios. Señalan que si se modifica el proyecto se debería hacer un nuevo estudio de impacto ambiental.

La sentencia de la Cámara Contencioso Administrativa de 1ª Nominación, que frenó la instalación del predio de enterramiento de Cormecor, fue bien recibida por los vecinos de Villa Parque Santa Ana, que presentaron el amparo en 2017 para impedir su radicación en esa comuna del Gran Córdoba.

Consultados por la posibilidad de que haya cambios en el proyecto del complejo ambiental para adecuarse a los requerimientos de cuatro kilómetros de distancia entre el sitio y el radio urbano, los vecinos son concluyentes: no quieren que se instale allí bajo ninguna condición.

Creemos que el fallo de la Cámara ha sido muy claro. El predio no respeta la distancia de cuatro kilómetros que establece el estudio de la universidad y además tampoco se respetó el estudio socioambiental, ni la licencia ambiental”, señaló Lorena Fernández Millacay, abogada que representa a los vecinos.

Ante la alternativa de que se modifique la ubicación de las fosas dentro del terreno, Fernández Millacay anticipó que en ese caso se tendrían que realizar nuevamente los estudios de impacto ambiental. El proceso comenzaría nuevamente, entiende.

En concreto, la recomendación del Instituto Superior de Estudios Ambientales (Isea) de la UNC es que la distancia entre el predio de enterramiento y el radio urbano sea de cuatro kilómetros. La distancia está compuesta por dos kilómetros de exclusión absoluta y otros dos de zona buffer.

Lo que está claro es que los vecinos no quieren el enterramiento allí. Además de las distancias y de la falta de una consulta como establece la ley, el terreno no es apto para la instalación. Entendemos que hay cuestiones técnicas de inundabilidad que no lo hacen viable”, señaló la abogada. No es lo que dice el fallo.

Beatriz Rodríguez, vecina de Villa Parque Santa Ana, asegura que no quieren la instalación del predio de Cormecor en esa localidad. “De ninguna manera estamos dispuestos a tolerar este proyecto faraónico que no tiene una mirada ambientalista sobre el proyecto de la basura”, dijo.

Para Rodríguez el proyecto carece de una mirada sustentable. “No se plantea una real recuperación de los residuos. No se trata solamente de impermeabilizar el suelo sino de generar un proyecto con una visión que contemple el daño ecológico”, apuntó.

Sobre la ubicación del predio, Rodríguez fue más allá y señaló que no se debería colocar en la zona sur de la ciudad, donde ya funcionó el predio de Bouwer y actualmente está Piedra Blanca.

La basura que no se puede esconder

No se puede construir un enterramiento sin una visión que incluya lo sanitario, lo ambiental, lo social, lo comunitario. Cormecor apelará y analiza cambios en el proyecto.

por Edgardo Litvinoff

Ninguna ciudad la tiene fácil. Disponer de la basura que genera una población entera no es una tarea simple. Requiere mucha seriedad en el análisis, además de estudios, acuerdos, planificación...

No es algo que se pueda tomar a la ligera ni es una misión posible sin una visión que incluya lo sanitario, lo ambiental, lo social, lo comunitario.

Pero hay algo seguro: hasta tanto se encuentren otras soluciones integrales, globales y aplicables a cada territorio, se necesita un espacio para instalar un vertedero. No hay otra forma –quizá porque no se ideó un plan B– de solucionar ese problema sin un lugar para realizar ese tratamiento.

El Primer plano de esta edición sirve para recordar eso y para visualizar el sinuoso recorrido judicial de Cormecor, que ya lleva más de tres años. ¡Tres años! En algún momento habrá que resolverlo porque, como bien se explica en el informe, el actual predio, más que ser un enterramiento, se está convirtiendo en un peligroso edificio de residuos. Ya no hay dónde seguir depositando los desperdicios que generamos.

A propósito, también recordamos el escaso aprovechamiento que se hace en Córdoba de los residuos orgánicos, con el que no sólo podríamos reducir volumen, sino también generar energía.

Este complejo panorama se acentúa con la conducta de gran parte de los habitantes de la ciudad, incapaces de alcanzar un mínimo de conciencia ambiental: desde tirar todo sin diferenciar hasta arrojar cosas en los lugares más insospechados, con lo que convierten ciertos barrios en potenciales basurales.

Es fácil esconder la basura bajo la alfombra, pero finalmente se pudre.

Más en sentido metafórico, el editorial de hoy se refiere a esa otra basura que solemos ocultar: la de la corrupción, un flagelo del país que parece acompañarnos como la carne al hueso.

Por eso, también suma valor la nota de la sección Política que se refiere al control que la oposición debe ejercer sobre los oficialismos, como en el caso de la Legislatura de Córdoba. Sin eso, se corre el riesgo de hallar sorpresas cuando la alfombra se levanta.

Nadie quiere la basura en su patio trasero

Desde la Justicia aceptan que si Cormecor modifica el proyecto, se tendrá que revisar el rechazo al complejo.

por Ary Garbovetzky

Al efecto se lo conoce por su acrónimo en inglés: Nimby. Significa Not in my back yard: no en mi patio trasero. En el fallo que el último día hábil de diciembre concedió el amparo a los vecinos de Villa Parque Santa Ana, contra la instalación del complejo ambiental de la Corporación Intercomunal para la Gestión Sustentable de los Residuos del Área Metropolitana Córdoba (Cormecor), los jueces dicen que además de no respetarse la distancia mínima de cuatro kilómetros al lugar poblado más próximo, no se tuvieron en cuenta las implicancias sociales del proyecto, para evitar que se genere el efecto Nimby.

Nadie quiere tener cerca un predio de enterramiento de basura, pero en algún lado tiene que estar. El peritaje oficial, que los jueces Leonardo Massimino y María Martha Angeloz, integrantes de la Cámara Contenciosa Administrativa de 1ª Nominación, tomaron como fundamento para rechazar a Cormecor, indicó “restringir el uso del suelo en una distancia no inferior a los dos kilómetros alrededor del predio y generar una zona buffer (de amortiguación) desde los dos hasta los cuatro kilómetros desde el borde del predio con uso especial para minimizar la presión de uso del suelo y los aspectos sociales asociados (en especial, mal olor)”.

El complejo ambiental de Cormecor sorteó todas las demás objeciones: las napas están a 70 metros de profundidad, los riesgos de inundabilidad están contenidos por las obras que forman parte del proyecto y el canal Los Molinos-Córdoba ya está entubado en el sector donde eventualmente llegarían las escorrentías del enterramiento.

Es decir: es apto desde un punto de vista geológico e hidrológico, algo que no es tan fácil de encontrar en el área metropolitana de Córdoba.

Los jueces bocharon, entonces, por esta bolilla: “Se incumple la recomendación de distancia hecha por el Instituto Superior de Estudios Ambientales (Isea) de dos kilómetros de restricción absoluta y otros dos kilómetros de zona de amortiguación, eliminándose la zona de amortiguación y reduciendo la zona de exclusión a sólo mil metros, o confundiéndose ambas. Esto hace que no pueda asegurarse la no-afectación de la población más cercana (Villa Parque Santa Ana) frente a los peligros por emisiones gaseosas y olores, entre otros”, justificaron Massimino y Angeloz.

Una fuente judicial anticipó a La Voz que de presentar Cormecor un proyecto que corrija el punto objetado, se tendrá que estudiar de nuevo el tema y allí sí podría abrirse una solución al estilo Villa El Libertador, el inédito compromiso entre los estados provincial y municipal y los vecinos que impulsó esta misma Cámara para solucionar la crisis ambiental por hundimientos y contaminación que afecta al barrio de zona sur de la Capital.

Ahora bien, ¿qué pasaría si estos cuatro kilómetros que se le exigen al futuro predio de tratamiento de residuos se le reclamaran a Piedra Blanca, el terreno al que se lleva la basura de la ciudad de Córdoba y de otros 22 municipios desde 2010 y que tiene, ahora sí, el agotamiento final de su vida útil fijado para mediados de 2021? Posando el compás desde el borde más cercano a la ciudad de Córdoba de Piedra Blanca hay menos de cuatro kilómetros de distancia con la propia Villa El Libertador, Comercial, Manantiales, Santa Isabel -incluso la planta de Renault-, Vicor, barrio ciudad Obispo Angelelli y, por supuesto, todos los Nuestro Hogar, los barrios más próximos al lugar. Hacia el sur, incluso el complejo carcelario de Bouwer quedaría dentro del área de impacto.

Si este fallo de Cámara se tomara como indicativo para Piedra Blanca, Córdoba no sólo no tendría dónde llevar sus residuos a futuro: se quedaría sin poder hacerlo desde este momento”, confiaron desde el interior de la gestión municipal.

Fuentes:
Juan Pablo Carranza, Cormecor apelará y analiza cambios en el proyecto, 26 enero 2020, La Voz del Interior.
Villa Parque Santa Ana igual lo rechazaría, 26 enero 2020, La Voz del Interior.
Edgardo Litvinoff, La basura que no se puede esconder, 26 enero 2020, La Voz del Interior.
Ary Garbovetzky, Nadie quiere la basura en su patio trasero, 26 enero 2020, La Voz del Interior.

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