El
proyecto de la minera australiana Berkeley de abrir una mina de
uranio en el Campo Charro, Salamanca, ha despertado un movimiento de
protesta en la última década que ha incluido manifestaciones a
nivel local, autonómico y nacional, marchas, asambleas informativas
y demás acciones reivindicativas. Un miembro de Stop Uranio, una de
las organizaciones surgidas en este contexto, aborda su historia, sus
objetivos y los medios que han seguido para lograrlos en una batalla
que aún no ha terminado.
por
José Ramón Barrueco Sánchez
La
Plataforma Stop Uranio se creó en septiembre de 2013 para luchar
contra los proyectos de minería de uranio en el Campo Charro de
Salamanca. Previamente hubo un proceso de concienciación de los
habitantes de esa comarca con la celebración de asambleas
informativas en localidades como Boada o Villavieja de Yeltes, que
culminó con la legalización de la plataforma mediante la
inscripción en el registro de asociaciones de la Junta de Castilla y
León.
No
fue fácil alumbrar Stop Uranio. En los primeros años de este
decenio éramos pocos los que nos oponíamos a los intereses de
Berkeley Minera, ya que muchas personas veían en el desarrollo de la
minería de uranio una oportunidad de trabajo. Los políticos locales
o autonómicos también se rindieron a los cantos de sirena de la
multinacional australiana, por lo que la labor que realizaron las
personas que fundaron el colectivo fue encomiable.
A
raíz de la legalización se empezaron a realizar modestas
convocatorias de movilización y sensibilización de nuestros vecinos
y así en las navidades de 2013 se organizó una marcha senderista
por los caminos de Retortillo para poner en valor la riqueza
patrimonial y paisajística de nuestra tierra. En mi opinión es
fundamental que las asociaciones tengan personalidad jurídica para
poder contar con respaldo legal en sus actuaciones, así se pueden
comunicar las concentraciones o manifestaciones a realizar, podemos
disponer de una cuenta corriente a nombre de la asociación donde los
socios ingresen sus cuotas o acudir a los tribunales contra las
resoluciones que nos perjudiquen. Esto solo es posible si se dispone
del CIF correspondiente.
Nuestra
andadura siguió posteriormente con la instalación de mesas
informativas para recogida de firmas contra los proyectos de la
multinacional australiana, llegando a la capital salmantina en la
primavera de 2014.
El
siguiente hito en nuestro camino fue realizar una concentración de
protesta en La Fuente de San Esteban en agosto de 2015. Este año
hemos realizado la quinta convocatoria de este acto reivindicativo
que fue secundada por cientos de personas que no se han cansado de
gritar en contra de la reapertura de la minería de uranio en
Salamanca.
A
partir del año 2015 intensificamos la lucha contra los proyectos
radiactivos de Berkeley, tanto desde el punto de vista de la
movilización ciudadana como de las reclamaciones legales en defensa
de nuestros intereses.
Berkeley
también se movió para conseguir sus objetivos y así empezó en el
verano de 2016 a realizar el desvío de una carretera que iba a ser
enterrada por la construcción de la mina de Retortillo. Para
realizar estas obras la empresa minera no contaba con los permisos
oportunos por lo que el ayuntamiento de Retortillo se vio obligado a
abrir un expediente sancionador que no fue concluido argumentando
falta de medios para llevarlo a cabo.
Como
respuesta a las actuaciones de “facto” de la empresa minera,
nosotros convocamos una concentración en octubre de 2016 frente a
las instalaciones de Berkeley. La lucha contra la minería de uranio
nos exige un mayor esfuerzo, pero socios y simpatizantes de Stop
Uranio somos capaces de mantener el pulso contra la multinacional
australiana.
Aunque
algunos de nosotros participamos en la manifestación de junio de
2016 en Cáceres fue en la de 2017 en Madrid cuando más visible se
hizo nuestro compromiso con el Movimiento Ibérico Antinuclear.
Nosotros entendemos que si acabamos con la energía nuclear en
nuestro país no hará falta abrir minas de uranio, por eso
participamos en este foro de encuentro de los grupos antinucleares de
la Península Ibérica.
En
2018 se realizaron dos manifestaciones multitudinarias en la ciudad
de Salamanca para luchar contra la energía nuclear y otra en
Vitigudino organizada por el sector agroganadero que se ve
perjudicado por el desarrollo de la minería de uranio. En febrero
conseguimos reunir a más de 5.000 personas que protestaron contra
los proyectos radiactivos de Berkeley, mientras que en junio
realizamos la convocatoria anual del MIA a nivel del estado español.
En este tiempo nuestra plataforma se integró en una coordinadora
provincial (Coordinadora no a la mina de uranio, por un mundo rural
vivo) con grupos como Ecologistas en Acción, Comité antinuclear,
Vamos o Asdecoba para impulsar la movilización ciudadana contra
Berkeley Minera. Gracias a ello nos hemos hecho más visibles para la
sociedad salmantina.
En
el momento actual estamos pendientes de las resoluciones
administrativas o judiciales que puedan permitir o impedir que
Berkeley Minera abra la mina y planta de Retortillo. La reciente
sentencia de la Audiencia Nacional desestimando el recurso de
Ecologistas en Acción y EQUO contra la Autorización previa de la
planta de tratamiento le ha dado nuevas alas a la empresa minera,
pero esa sentencia será recurrida y no supone ningún riesgo para la
apertura inminente de la mina, ya que únicamente precede a la
autorización de construcción de esa planta que está pendiente de
resolución.
Además
de los permisos pendientes, otro factor decisivo para que pueda
funcionar este negocio es la rentabilidad del mismo, cuestión de la
que siempre se ha dudado y que hoy en día sigue sin aclararse,
máxime cuando el precio del uranio no es capaz de remontar el largo
periodo bajista en el que se halla inmerso.
Stop
Uranio seguirá vigilante ante cualquier movimiento de la empresa
Berkeley que pretenda conseguir su objetivo de explotar uranio en
Salamanca. Los recursos judiciales planteados siguen su curso, pero
la movilización ciudadana se puede hacer necesaria en cualquier
momento. Estamos seguros que socios y simpatizantes de nuestra
organización darán la talla para impedir que la multinacional
australiana se salga con la suya.
Fuente:
José Ramón Barrueco Sánchez, Stop Uranio: historia de una lucha, 4 noviembre 2019, El Salto Diario. Consultado 9 noviembre 2019.
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