Buenos
Aires, 13 noviembre de 2019.- Activistas de Greenpeace enfrentaron en
aguas internacionales del Atlántico Sur a un buque pesquero
surcoreano, uno de los 400 barcos que cada año saquean el hogar de
decenas de especies marinas en peligro. Según organismos
internacionales como el CCAMLR (Antártida) y SEAFO, el pesquero
cuenta con un historial de actividades ilegales de pesca, registrado
años atrás. (1)
La
organización ambientalista navegó en el barco Esperanza hasta el
Agujero Azul, un ecosistema marino único para frenar a uno de los
buques pesquero que realiza prácticas destructivas. Mientras
pescaban los activistas escalaron hasta asomarse a la cubierta del
barco y desplegaron el cartel: “Sobrepesca = Crimen Ambiental“.
Al finalizar, pintaron “Saqueadores” sobre el casco del buque.
“Lo
que hoy evidenciamos en alta mar es muestra de que los océanos
necesitan ser protegidos con urgencia. La falta de control y
regulación de las aguas internacionales le permite a las pesqueras
saquear y vulnerar el Atlántico Sur, dejando al océano al borde del
colapso. Es por esto que desde Greenpeace exponemos una problemática
invisible para muchos; y así generar toda la presión pública
posible para que los gobiernos del mundo acuerden en la ONU un
tratado global por los océanos para proteger a la vida marina a
través de la creación de una red de santuarios”, señaló Luisina
Vueso, coordinadora de la campaña de océanos de Greenpeace Andino.
Más
de 400 buques pesqueros al año se instalan el Agujero Azul, una de
las dos regiones de alta mar en el mundo que cuenta con
características oceanográficas únicas. Aproximadamente a 500
kilómetros del Golfo de San Jorge en la Patagonia Argentina este
lugar cuenta con una plataforma continental que se extiende más allá
de la zona económica exclusiva (ZEE), lo que la convierte en una de
las regiones más codiciadas por las pesqueras.
Según
un reciente informe de Greenpeace, los pesqueras en esta región con
frecuencia incurren en prácticas ilegales y desreguladas; realizan
actividades en contravención de leyes nacionales, regionales e
internacionales, como cuando entran en la ZEE de forma ilegal; no
reportan o informan todas sus actividades u operaciones y capturas en
alta mar; realizan pesca con embarcaciones sin bandera. Además, sus
técnicas son devastadoras, sumamente dañinas y nocivas para el
ambiente.
El
interés de los buques en esta región es la pesca comercial de
merluza, merluza negra y el calamar. Algunos buques pueden llegar a
medir hasta 95 metros de eslora (casi el tamaño de una cancha de
fútbol).
“Solo
el 1 % de los océanos del mundo está protegido. A principios del
2020 los gobiernos tienen en la ONU la oportunidad de proteger al
menos el 30 % de los océanos para 2030 de la amenaza de las
industrias, entre estas, la pesquera”, finalizó Vueso.
Notas:
Fuente:
Greenpeace enfrentó a buque surcoreano pescando en el Atlántico Sur, 13 noviembre 2019, Greenpeace Argentina. Consultado 14 noviembre 2019.
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