lunes, 7 de octubre de 2019

Inédito fallo contra la represa que afecta la biodiversidad de todo el cauce del Ctalamochita


Ambiente de Santa Fe denegó un informe a un establecimiento molinero. Desde la Fundación Río Ctalamochita consideran que la obra hídrica ya quedó obsoleta, pero sigue causando grave daño.

por Daniel Brusa

El Ministerio de Ambiente de Santa Fe rechazó un Informe Ambiental de Cumplimiento (IAC) contra una empresa molinera de Carcarañá, en un fallo que entidades ambientalistas consideraron como inédito y fundamental principalmente para el cuidado y preservación de la biodiversidad de varios ríos que confluyen en esa ciudad, entre ellos el Ctalamochita.

Concretamente, el fallo le impide a la firma acceder al denominado Certificado de Aptitud Ambiental, documentación que avala el cumplimiento de las normas ambientales en la vecina provincia.

La empresa Molino Semino ha solicitado el informe de impacto ambiental, que de alguna manera es lo que habilita a seguir trabajando y más que nada a seguir exportando. Entendemos que deben ser cuestiones que le solicitan las empresas donde ellos venden sus productos”, sostuvo Diego Colussi, presidente de la Fundación Río Ctalamochita, una entidad que si bien lleva apenas un año de funcionamiento como tal, tiene más de 25 como agrupación en defensa y el cuidado de nuestro río.

En diálogo con el Puntal de Villa María, Colussi explicó que cuando la empresa solicitó al Ministerio de Ambiente de Santa Fe el informe, “lo denegaron porque está provocando impacto ambiental, marcándole diferentes puntos. El principal es la represa que bloquea totalmente el cauce del río. Incluso, creo que en los últimos años le habían estado pidiendo que traten de subsanar ese impacto por el bloqueo total, pero la empresa no hizo nada”.

De acuerdo a la información aportada desde la propia entidad, los técnicos de las distintas áreas de Ambiente de la vecina provincia emitieron un informe en el que en principio “piden que la represa debe dejar de funcionar, es decir que no pueden hacer más uso, e indirectamente solicitan que hay que removerla, sacarla, entre otras cuestiones”, sostuvo el entrevistado.

También el escrito aborda la situación de algunos desagües que van hacia el río y tampoco tienen que estar, “e incluso amenazan con la clausura. No es una noticia buena de que estén por clausurar porque nadie tiene nada contra Molinos Seminos, que tiene 100 empleados. Siempre peleamos por el bienestar del río o el menor impacto posible, pero no con la bandera de la clausura”, sostuvo Colussi, planteando la postura de la entidad que preside.

En defensa del río

El Ctalamochita es el río que de alguna manera es cuenca del Plata. “A través de la unión del Ctalamochita y el Saladillo nace el Carcarañá, que se mete al Coronda, que entra al Paraná y este desemboca en el Río de la Plata. -El Ctalamochita- tiene una conexión muy fuerte con los principales ríos del país, los cuales albergan muchas especies de peces que son migratorias y que se les rompió esa migración porque se interpuso esa represa, que lamentablemente no los dejó subir más”, sostuvo con relación al impacto que genera la obra hídrica.

Incluso, planteó: “En la ciudad de Río Tercero deberíamos estar hablando de una biodiversidad muchísimo más alta, y no me quiero imaginar Villa María con la cantidad de peces que podrían existir si la barrera física de aguas abajo no estuviera”.

El impacto y la historia de la represa

En la entrevista, Colussi destacó que la obra lo que produce es la interrupción de la migración natural, entre otros efectos negativos. Y recordó que la empresa molinera “construyó la represa hace más de 150 años. En aquel entonces con fines no sólo para darle energía a la empresa privada, sino también a las localidades vecinas”.

Las ciudades fueron creciendo, y la empresa también. La energía que produce la represa es tan escasa que hoy por hoy sólo llega a alimentar el 20 % de la energía total que utiliza la empresa, es decir que ni siquiera puede alimentar a toda la empresa”, sostuvo.

Ante esa situación, desde la Fundación junto al resto de entidades ambientalistas dijeron: “Manifestamos que la represa es obsoleta, la energía que produce es mínima y para el bien de un privado, entonces no tiene razón de ser ni existir siendo que provoca semejante impacto ambiental porque bloquea totalmente el cauce y como este río tiene conexión con el Paraná, que tiene más de 150 especies que migran, cuando vienen hacia el Ctalamochita no pueden hacerlo porque está bloqueado el paso”.

La situación particular de Villa María

En la charla, Colussi se refirió también a la situación particular de nuestra ciudad, con el balneario y el sistema de compuertas instalado en el sector más concurrido de la costanera.

Villa María de alguna manera también es sobre el río un bloqueo, pero no es total porque tiene la posibilidad de abrir compuertas y en momentos puntuales de migraciones de peces o que se necesita permitirle el flujo, la ciudad tiene la alternativa de hacerlo”, destacó, a diferencia del “bloqueo de Semino, que no tiene nada. Los peces llegan, se amontonan abajo de la represa y quedan muy vulnerables a la pesca furtiva”.

Esta situación “hace que pescadores los atrapen facilmente Pero además les cortan los ciclos reproductivos y alimentarios que muchos peces necesitan, que tengan un río libre para seguir sus funciones básicas”.

Un río con 24 especies, pero que podrían ser más

Dos biólogos llevan adelante un estudio a los fines de determinar el faltante de ejemplares, fenómeno que aguas abajo no ocurre. La represa sigue siendo una barrera.

por Daniel Brusa

La fundación lleva adelante desde hace un tiempo un estudio pa pecies que habitan en nuestro río Ctalamochita. La tarea, de acuerdo a lo expresado por Diego Colussi, presidente de la entidad, está a cargo de dos especialistas.

Junto a dos biólogos estamos haciendo un estudio bastante general de las posibles causas de la falta de especies. Hoy igualmente detectamos que tenemos 24, desde Almafuerte hacia aguas abajo”, precisó sobre el relevamiento que llevan adelante.

E indicó: “Son especies identificadas, que si bien no son pocas, entendemos que de algunas de estas especies debería haber más cantidad pero también están faltando otras especies que no están”.

Abordado sobre las posibles causas que impiden disponer de una mayor diversidad de especies, Colussi fue contundente: “Si le atribuimos exclusivamente al bloqueo que es la represa, estaría mintiendo porque todavía no está comprobado que es la represa la que produce la totalidad del daño. Sabemos que hay un montón de otros factores, pero sí es visible y no hace falta ni siquiera estudio científico de que aguas abajo de la represa hay un río lleno de peces, y 10 metros más arriba de la misma decae drásticamente”.

Consideró que “el bloqueo es un factor fundamental, pero no es el único”, y precisó que aguas arriba del Carcarañá “hay una gran pérdida de biodiversidad, que conlleva a un montón de otras cuestiones que se visibilizan claramente”.

Por ejemplo, “aguas abajo de Carcarañá con todos los peces que tienen hay cabañas, guías de pesca, balnearios, gente que visita al río, terrenos más caros. Pero aguas arriba, a los balnearios se les da poco interés, los valores de los terrenos disminuyen, no hay turismo en torno a la pesca. Hay una devaluación del recurso natural que no lo está pudiendo gozar un montón de localidades desde Carcarañá hacia arriba”.

Hay más de medio millón de personas afectados de esta pérdida de biodiversidad, que no pueden estar gozando de un río como naturalmente debería ser”, reconoció. Se estima que desde su nacimiento hasta su desembocadura, el río Ctalamochita tiene una extensión superior a los 300 kilómetros, pasando por las principales ciudades del sudeste provincial, transformándose en un ícono de encuentro en un ambiente natural. Vale como ejemplo lo que ocurre de manera cotidiana en las costas villamarienses.

Fundación Ctalamochita

La Fundación Río Ctalamochita lleva poco más de un año bajo esa denominación, pero hace más de 25 que un grupo de pescadores viene trabajando en defensa de las aguas del río Tercero.

Como fundación funcionamos hace un año, pero la entidad deriva de un grupo que es la Agrupación de Pescadores con Mosca del club Náutico de Río Tercero, que venimos trabajando hace 26 años”, reconoce Colussi al narrar la historia de la institución.

Incluso, mencionó: “Como agrupación teníamos ciertas limitaciones, por eso se pudo formar la fundación que permitió sumar mucha gente. Ya sumamos a la gente de Villa María, de la Fundación Nuestro Río de Bell Ville, y las puertas están abiertas a todos los interesados. Hoy nos buscan en las redes sociales y coordinamos”.

Explicó que si bien la tarea apunta netamente al territorio provincial -por el trayecto del Ctalamochita-, actúan de manera interinstitucional con otras entidades como la ONG de Casilda, que hace 25 años que vienen trabajando sobre ésto también.

Sobre los objetivos primordiales de la organización, mencionó que actualmente apuntan a cristalizar un proyecto que pretende “la recuperación de la biodiversidad en la cuenca del Ctalamochita”. “Incluye tareas científicas, que es lo que estamos trabajando con biólogos especialistas haciendo muestreos para ver qué peces hay, identificando problemáticas. Pero el otro objetivo es la tarea educativa. Nos están llamando de las escuelas de Río Tercero y localidades vecinas para dar charlas. Ese es nuestro aporte en el área educativa, a niños desde jardín hasta sexto año del secundario”.

En eso estamos sorprendidos porque los alumnos están entretenidos las dos horas, mostrando claramente que para ellos estos temas ambientales son un atractivo”, cerró.

Fuentes:
Daniel Brusa, Un río con 24 especies, pero que podrían ser más, 4 octubre 2019, El Puntal de Villa María.

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