Ambiente
de Santa Fe denegó un informe a un establecimiento molinero. Desde
la Fundación Río Ctalamochita consideran que la obra hídrica ya
quedó obsoleta, pero sigue causando grave daño.
por
Daniel Brusa
El
Ministerio de Ambiente de Santa Fe rechazó un Informe Ambiental de
Cumplimiento (IAC) contra una empresa molinera de Carcarañá, en un
fallo que entidades ambientalistas consideraron como inédito y
fundamental principalmente para el cuidado y preservación de la
biodiversidad de varios ríos que confluyen en esa ciudad, entre
ellos el Ctalamochita.
Concretamente,
el fallo le impide a la firma acceder al denominado Certificado de
Aptitud Ambiental, documentación que avala el cumplimiento de las
normas ambientales en la vecina provincia.
“La
empresa Molino Semino ha solicitado el informe de impacto ambiental,
que de alguna manera es lo que habilita a seguir trabajando y más
que nada a seguir exportando. Entendemos que deben ser cuestiones que
le solicitan las empresas donde ellos venden sus productos”,
sostuvo Diego Colussi, presidente de la Fundación Río Ctalamochita,
una entidad que si bien lleva apenas un año de funcionamiento como
tal, tiene más de 25 como agrupación en defensa y el cuidado de
nuestro río.
En
diálogo con el Puntal de Villa María, Colussi explicó que cuando
la empresa solicitó al Ministerio de Ambiente de Santa Fe el
informe, “lo denegaron porque está provocando impacto ambiental,
marcándole diferentes puntos. El principal es la represa que bloquea
totalmente el cauce del río. Incluso, creo que en los últimos años
le habían estado pidiendo que traten de subsanar ese impacto por el
bloqueo total, pero la empresa no hizo nada”.
De
acuerdo a la información aportada desde la propia entidad, los
técnicos de las distintas áreas de Ambiente de la vecina provincia
emitieron un informe en el que en principio “piden que la represa
debe dejar de funcionar, es decir que no pueden hacer más uso, e
indirectamente solicitan que hay que removerla, sacarla, entre otras
cuestiones”, sostuvo el entrevistado.
También
el escrito aborda la situación de algunos desagües que van hacia el
río y tampoco tienen que estar, “e incluso amenazan con la
clausura. No es una noticia buena de que estén por clausurar porque
nadie tiene nada contra Molinos Seminos, que tiene 100 empleados.
Siempre peleamos por el bienestar del río o el menor impacto
posible, pero no con la bandera de la clausura”, sostuvo Colussi,
planteando la postura de la entidad que preside.
En
defensa del río
El
Ctalamochita es el río que de alguna manera es cuenca del Plata. “A
través de la unión del Ctalamochita y el Saladillo nace el
Carcarañá, que se mete al Coronda, que entra al Paraná y este
desemboca en el Río de la Plata. -El Ctalamochita- tiene una
conexión muy fuerte con los principales ríos del país, los cuales
albergan muchas especies de peces que son migratorias y que se les
rompió esa migración porque se interpuso esa represa, que
lamentablemente no los dejó subir más”, sostuvo con relación al
impacto que genera la obra hídrica.
Incluso,
planteó: “En la ciudad de Río Tercero deberíamos estar hablando
de una biodiversidad muchísimo más alta, y no me quiero imaginar
Villa María con la cantidad de peces que podrían existir si la
barrera física de aguas abajo no estuviera”.
El
impacto y la historia de la represa
En
la entrevista, Colussi destacó que la obra lo que produce es la
interrupción de la migración natural, entre otros efectos
negativos. Y recordó que la empresa molinera “construyó la
represa hace más de 150 años. En aquel entonces con fines no sólo
para darle energía a la empresa privada, sino también a las
localidades vecinas”.
“Las
ciudades fueron creciendo, y la empresa también. La energía que
produce la represa es tan escasa que hoy por hoy sólo llega a
alimentar el 20 % de la energía total que utiliza la empresa, es
decir que ni siquiera puede alimentar a toda la empresa”, sostuvo.
Ante
esa situación, desde la Fundación junto al resto de entidades
ambientalistas dijeron: “Manifestamos que la represa es obsoleta,
la energía que produce es mínima y para el bien de un privado,
entonces no tiene razón de ser ni existir siendo que provoca
semejante impacto ambiental porque bloquea totalmente el cauce y como
este río tiene conexión con el Paraná, que tiene más de 150
especies que migran, cuando vienen hacia el Ctalamochita no pueden
hacerlo porque está bloqueado el paso”.
La
situación particular de Villa María
En
la charla, Colussi se refirió también a la situación particular de
nuestra ciudad, con el balneario y el sistema de compuertas instalado
en el sector más concurrido de la costanera.
“Villa
María de alguna manera también es sobre el río un bloqueo, pero no
es total porque tiene la posibilidad de abrir compuertas y en
momentos puntuales de migraciones de peces o que se necesita
permitirle el flujo, la ciudad tiene la alternativa de hacerlo”,
destacó, a diferencia del “bloqueo de Semino, que no tiene nada.
Los peces llegan, se amontonan abajo de la represa y quedan muy
vulnerables a la pesca furtiva”.
Esta
situación “hace que pescadores los atrapen facilmente Pero además
les cortan los ciclos reproductivos y alimentarios que muchos peces
necesitan, que tengan un río libre para seguir sus funciones
básicas”.
Un
río con 24 especies, pero que podrían ser más
Dos
biólogos llevan adelante un estudio a los fines de determinar el
faltante de ejemplares, fenómeno que aguas abajo no ocurre. La
represa sigue siendo una barrera.
por
Daniel Brusa
La
fundación lleva adelante desde hace un tiempo un estudio pa pecies
que habitan en nuestro río Ctalamochita. La tarea, de acuerdo a lo
expresado por Diego Colussi, presidente de la entidad, está a cargo
de dos especialistas.
“Junto
a dos biólogos estamos haciendo un estudio bastante general de las
posibles causas de la falta de especies. Hoy igualmente detectamos
que tenemos 24, desde Almafuerte hacia aguas abajo”, precisó sobre
el relevamiento que llevan adelante.
E
indicó: “Son especies identificadas, que si bien no son pocas,
entendemos que de algunas de estas especies debería haber más
cantidad pero también están faltando otras especies que no están”.
Abordado
sobre las posibles causas que impiden disponer de una mayor
diversidad de especies, Colussi fue contundente: “Si le atribuimos
exclusivamente al bloqueo que es la represa, estaría mintiendo
porque todavía no está comprobado que es la represa la que produce
la totalidad del daño. Sabemos que hay un montón de otros factores,
pero sí es visible y no hace falta ni siquiera estudio científico
de que aguas abajo de la represa hay un río lleno de peces, y 10
metros más arriba de la misma decae drásticamente”.
Consideró
que “el bloqueo es un factor fundamental, pero no es el único”,
y precisó que aguas arriba del Carcarañá “hay una gran pérdida
de biodiversidad, que conlleva a un montón de otras cuestiones que
se visibilizan claramente”.
Por
ejemplo, “aguas abajo de Carcarañá con todos los peces que tienen
hay cabañas, guías de pesca, balnearios, gente que visita al río,
terrenos más caros. Pero aguas arriba, a los balnearios se les da
poco interés, los valores de los terrenos disminuyen, no hay turismo
en torno a la pesca. Hay una devaluación del recurso natural que no
lo está pudiendo gozar un montón de localidades desde Carcarañá
hacia arriba”.
“Hay
más de medio millón de personas afectados de esta pérdida de
biodiversidad, que no pueden estar gozando de un río como
naturalmente debería ser”, reconoció. Se estima que desde su
nacimiento hasta su desembocadura, el río Ctalamochita tiene una
extensión superior a los 300 kilómetros, pasando por las
principales ciudades del sudeste provincial, transformándose en un
ícono de encuentro en un ambiente natural. Vale como ejemplo lo que
ocurre de manera cotidiana en las costas villamarienses.
Fundación
Ctalamochita
La
Fundación Río Ctalamochita lleva poco más de un año bajo esa
denominación, pero hace más de 25 que un grupo de pescadores viene
trabajando en defensa de las aguas del río Tercero.
“Como
fundación funcionamos hace un año, pero la entidad deriva de un
grupo que es la Agrupación de Pescadores con Mosca del club Náutico
de Río Tercero, que venimos trabajando hace 26 años”, reconoce
Colussi al narrar la historia de la institución.
Incluso,
mencionó: “Como agrupación teníamos ciertas limitaciones, por
eso se pudo formar la fundación que permitió sumar mucha gente. Ya
sumamos a la gente de Villa María, de la Fundación Nuestro Río de
Bell Ville, y las puertas están abiertas a todos los interesados.
Hoy nos buscan en las redes sociales y coordinamos”.
Explicó
que si bien la tarea apunta netamente al territorio provincial -por
el trayecto del Ctalamochita-, actúan de manera interinstitucional
con otras entidades como la ONG de Casilda, que hace 25 años que
vienen trabajando sobre ésto también.
Sobre
los objetivos primordiales de la organización, mencionó que
actualmente apuntan a cristalizar un proyecto que pretende “la
recuperación de la biodiversidad en la cuenca del Ctalamochita”.
“Incluye tareas científicas, que es lo que estamos trabajando con
biólogos especialistas haciendo muestreos para ver qué peces hay,
identificando problemáticas. Pero el otro objetivo es la tarea
educativa. Nos están llamando de las escuelas de Río Tercero y
localidades vecinas para dar charlas. Ese es nuestro aporte en el
área educativa, a niños desde jardín hasta sexto año del
secundario”.
“En
eso estamos sorprendidos porque los alumnos están entretenidos las
dos horas, mostrando claramente que para ellos estos temas
ambientales son un atractivo”, cerró.
Fuentes:
Daniel Brusa, Inédito fallo contra la represa que afecta la biodiversidad de todo el cauce del Ctalamochita, 4 octubre 2019, El Puntal de Villa María.
Daniel Brusa, Un río con 24 especies, pero que podrían ser más, 4 octubre 2019, El Puntal de Villa María.
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