por Medardo Avila Vazquez
Fumigan
la casa donde habita la familia de uno de los médicos de pueblo de
Avellaneda y luego lo amenazan duramente por haber denunciado la
situación de agresión química e incluso prometen quemarle la casa.
Matonerismo e impunidad sojera en el norte de Córdoba.
En
septiembre comienza la temporada más intensa de fumigaciones en
Argentina, se realiza lo que llaman “barbecho químico”, un
proceso donde los productores sojeros buscan eliminar todas la
vegetación de los lotes, exterminarla para que no quede ninguna
plata y luego de muchas aplicaciones de glifosato, dicamba, 2.4D,
atrazina, etc. en distintas combinaciones, quede un lote “limpio”
de vida vegetal donde ellos sembraran el maíz o la soja transgénica
que es la única que podrá prosperar en ese suelo cargado de
glifosato y prácticamente sin vida.
La
dinámica de fumigaciones en esta época es muy acelerada y no
cuentan con tiempo que perder en una carrera para ir aplicando
herbicidas en todos los lotes en que se programo el cultivo y que
deben volver a ser fumigados al cabo de 10 0 15 días. En esas
condiciones no se detienen a considerar condiciones climáticas
adversas que pueden desencadenar derivas incontrolables, como viento,
temperatura y humedad inadecuadas. En esos momentos pasan por arriba
de las escuelas rurales en horario de clases y de todas las viviendas
que queden esparcidas entre los campos en los parajes rurales.
Alrededor
de 20 de septiembre los empresarios que arrendan y explotan muchos
miles de hectáreas en la zona de Avellaneda, Dpto. Ischilín, en
Córdoba, los hermanos Mateos, fumigaron sin consideración a la
familia del médico del pueblo (Dr. Oscar Mugas) generando síntomas
de irritación aguda y malestar físico y neurológico en sus
miembros. La casa del médico queda a escasos 10 metros del límite
del lote que fue fumigado por los Mateos.
Esta
situación, repetida todos los años y varias veces al año, esta vez
generó una denuncia en el área de Inspección y Controles del
Ministerio de Agricultura del gobierno de Córdoba. Los inspectores
encontraron varias irregularidades y aplicaron sanciones a los
hermanos Mateos.
Pero
al otro día estos jóvenes empresarios se apersonaron en el
domicilio del médico afectado por las fumigaciones, quien salió a
recibirlos creyendo que venían a pedirle disculpas y ver si
necesitaban algo pero no fue así, venían a insultarlo y amenazarlo
con quemarle la casa, incluso le exigieron que se fuera a vivir a la
ciudad porque lo iban a continuar fumigando.
La
familia Mugas sufrió violencia inicialmente con la fumigación con
agrotóxicos, y luego recibió más violencia social por parte de los
agresores químicos que ahora los amenazan impunemente. Las denuncias
en la justicia están concretadas y los fiscales informados de la
situación. Lo que falta es que se sepa, que porque tengas dinero NO
podes hacer lo que quieras con la salud y el ambiente de todos.
En
muchos pueblos de la Argentina Fumigada hay cientos de médicos que
han denunciado las fumigaciones con agrotóxicos que enferman a sus
pacientes y contaminan el ambiente, y lo seguiremos haciendo. Doctor
Musgas usted no está solo.
Dr.
Medardo Avila Vazquez
Red
de Médicos de Pueblos Fumigados
Fuente:
Medardo Avila Vazquez, Violencia sojera en el norte de Córdoba, 28 septiembre 2019, Red Universitaria de Ambiente y Salud. Consultado 30 septiembre 2019.
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