por
Miriam Gathigah
NAIROBI,
12 ago 2019 (IPS) - Los campesinos que viven en las estribaciones del
monte Kenia tienen una creencia: si queman el bosque, vendrán las
lluvias.
“En
general, creemos que el cielo está cubierto por una gruesa capa de
hielo y solo un incendio forestal puede elevarse lo suficiente como
para derretir este hielo y darnos lluvia”, dijo a IPS Njoroge
Mungai, un residente de la aldea de Kiamungo, en el condado de
Kirinyaga, que se encuentra en lasestribaciones de esa montaña que
es la más alta de Kenia y la segunda más elevada de África.
No
es de extrañar entonces que Kirinyaga sea uno de los condados más
afectados por los incendios forestales del país, según los
Servicios Forestales de Kenia (KFS, en inglés).
Durante
los primeros dos meses de este año, se registraron al menos 114
incendios forestales en Kenia y al menos cinco de sus mayores bosques
se vieron afectados negativamente, según KFS.
Tan
solo en unos días, en febrero un incendio forestal devastó un
estimado de 80.000 acres de páramos forestales del monte Kenia. Los
expertos en bosques y vida silvestre insisten en que las comunidades
que viven alrededor de estas áreas forestales son responsables de
los incendios.
La
pérdida significativa de la cubierta forestal no ocurre solo en
África, pese a que la deforestación es uno de los principales
impulsores del cambio climático en el planeta, según un nuevo
informe mundial.
Los
científicos del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático
(IPCC) de las Naciones Unidas han señalado que el mundo está
mirando una catástrofe climática.
Estas
advertencias están contenidas en un nuevo Informe Especial del IPCC
sobre Cambio Climático y Tierra, publicado el 8 de agosto en
Ginebra.
En
coautoría de 107 científicos, casi la mitad oriundos de países del
Sur en desarrollo y 40 por ciento mujeres, el informe coloca
frontalmente la gestión de la tierra en el centro del combate al
cambio climático, afirmando que las estrategias efectivas para
abordar el calentamiento global debe colocar los sistemas de uso
sostenible de la tierra en su núcleo.
“El
centro del informe del IPCC se encuentra el nexo entre el cambio
climático y el uso insostenible de la tierra, incluidos los sistemas
alimentarios mundiales insostenibles”, dijo a IPS Richard Munang,
coordinador del subprograma sobre clima en la Oficina de África de
ONU Medio Ambiente, cuya sede central y regional está en Nairobi.
Munang
asegura que este nexo “ya está en primer plano en África,
especialmente ahora que el continente está perdiendo la cobertura
forestal a un ritmo mucho más alto que el promedio mundial”.
Además,
explica que África tiene el segundo costo más alto del mundo de
degradación de la tierra, estimado en 65.000 millones de dólares
anuales, lo que ejerce una presión negativa sobre el crecimiento
económico.
“Si
bien las pérdidas promedio resultantes de la degradación de la
tierra en la mayoría de los países se estiman en nueve por ciento
del producto interno bruto (PIB), algunos de los países más
afectados están en África y pierden un asombroso 40 por ciento de
su PIB”, dijo Munang.
Es
un hecho, indica el IPCC, que el cambio climático en sí mismo puede
aumentar la degradación de la tierra a través del aumento de la
intensidad de la lluvia, las inundaciones, la intensidad de la
sequía, el estrés por calor y los períodos secos.
Pero,
de hecho, son las prácticas de gestión de la tierra las que han
inclinado el equilibrio del aumento de la degradación de la tierra,
subraya el informe
La
agricultura, la producción de alimentos y la deforestación son los
principales impulsores del cambio climático, alerta el IPCC.
Según
el informe, la tierra es un recurso crítico y también parte de la
solución al cambio climático. Sin embargo, a medida que se degrada
más tierra, se vuelve menos productiva y al mismo tiempo reduce la
capacidad del suelo para absorber carbono. Esto a su vez exacerba el
cambio climático.
Como
resultado de cambios significativos en el uso de la tierra, presiones
de la actividad ganadera y una reducción sustancial en la fertilidad
del suelo, los investigadores de la ONU (Organización de las
Naciones Unidas) plantean ahora que un tercio de las emisiones
totales de carbono provienen de la tierra.
Wilfred
Subbo, profesor de recursos naturales en la Universidad de Nairobi,
observa los hallazgos con preocupación: “La tierra está bajo una
gran presión y estamos presenciando cada vez más cómo los cambios
ambientales inducidos por los humanos contribuyen a las catastróficas
emisiones de carbono”.
“De
hecho, nos estamos dirigiendo directamente a un desastre climático y
este informe ha resaltado cómo la tierra dañada ya no sirve como
ese gran sumidero que absorbe las dañinas emisiones de dióxido de
carbono”, dijo a IPS.
El
informe también señaló que “el calentamiento global y la
urbanización pueden incrementar el calentamiento en las ciudades y
sus alrededores, especialmente durante eventos relacionados con el
calor, incluidas las olas de calor”.
“El
año pasado, el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD)
indicó que la transición urbana de África no tiene precedentes en
términos de escala y velocidad, y que el continente es 40 por ciento
urbano ya hoy”, dijo Subbo.
El
informe también destaca que el cambio climático está afectando los
cuatro pilares de la seguridad alimentaria: disponibilidad
(producción y rendimiento), acceso (precios y capacidad para obtener
alimentos), utilización (nutrición y cocinado) y estabilidad
(interrupciones en la disponibilidad).
“La
seguridad alimentaria se verá cada vez más afectada por el cambio
climático futuro a través de la disminución del rendimiento,
especialmente en los trópicos, el aumento de los precios, la
reducción de la calidad de los nutrientes y las interrupciones de la
cadena de suministro”, dijo Priyadarshi Shukla, copresidente del
Grupo de trabajo III del IPCC, durante el lanzamiento.
“Veremos
diferentes efectos en diferentes países, pero habrá impactos más
drásticos en los países de bajos ingresos en África, Asia, América
Latina y el Caribe”, remarcó.
Sin
embargo, Munang señala que no todo está perdido.
“Más
de 90 por ciento de los países de África han ratificado sus
compromisos de acelerar la acción climática para cumplir con el
Acuerdo de París, alcanzado en 2015”, en el marco de la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
Este
acuerdo busca lograr un futuro sostenible con bajas emisiones de
carbono.
Munang
enfatiza que tales objetivos climáticos exigen que los países
adopten prácticas ecológicas ambiciosas como la agroforestería, el
uso de fertilizantes orgánicos y de energía limpia, entre otros.
El
especialista considera que varios países africanos están en el buen
camino.
“A
Etiopía le ha ido muy bien y ha establecido un nuevo récord mundial
no oficial al plantar más de 350 millones de árboles en solo 12
horas”, afirmó.
Kenia
aspira a funcionar completamente con energía limpia para 2020 y
tiene el récord de tener el parque eólico más grande de África,
mientras que Marruecos cuenta con el parque solar más grande del
mundo.
“La
clave en el futuro es cambiar la perspectiva y considerar estas
acciones dentro del objetivo más amplio de construir empresas
competitivas a nivel mundial con cobeneficios de acción climática”,
dijo Munang.
Mientras
tanto, de vuelta a las estribaciones del monte Kenia, Mungai dice que
hay esfuerzos para educar a la comunidad sobre los incendios
forestales y el efecto que tiene tanto en la tierra como en el clima.
“Esta
creencia (de que el fuego atrae la lluvia) tomará tiempo para
cambiar porque fue transmitida por nuestros abuelos. Pero el gobierno
del condado está enfocado en abordar estos problemas para que las
generaciones futuras aprendan a hacer las cosas correctamente”,
afirmó.
T:
MF
Fuente:
Miriam Gathigah, Bosques en llamas y otras catástrofes en tiempos de cambio climático, 12 agosto 2019, Inter Press Service. Consultado 19 agosto 2019.
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