La
casa de altos estudios de San Francisco apunta a ser una facultad
ecológica. Para ello, cada basura que generan los estudiantes tiene
su color. La segunda etapa será el reciclaje.
Desde
el Centro de Estudiantes de la Facultad Regional San Francisco de la
UTN se está implementando una interesante actividad que apunta a un
correcto tratamiento de los residuos que los estudiantes generan.
A
través del proyecto 3 R (Reducir, Reutilizar y Reciclar) se busca
optimizar el cuidado del medio ambiente, especialmente respecto a la
clasificación de los residuos generados en la facultad y su destino
posterior.
Además
se incluye la separación y acopio de residuos y pilas agotadas.
Luego se proyecta obtener destinos a cada residuo, reciclar papel,
confinar pilas en hormigón así como también realizar charlas y
difusión del proyecto en la facultad generando educación ambiental.
Cómo
se realiza
El
proyecto busca generar conciencia sobre el impacto ambiental causado
por la basura y proporcionar un método de acción, en este caso la
separación de residuos en origen, para luego su reciclaje o
reutilización.
Para
ello se utiliza la división de residuos propuesta en el anterior
proyecto, según la cual se clasifican en orgánicos; papel-cartón;
plásticos; vidrios, metales, etc, y pilas agotadas.
Una
vez establecido el proceso de clasificación de la basura, lo
siguiente en el plan de acción es generar charlas de concientización
y lograr así un apoyo colectivo, para lo que se contactará personal
capacitado en cuidado medioambiental.
En
el orden final de esta metodología se proyecta buscar opciones para
el reciclaje o la reutilización de los mismos.
Para
todo esto, dentro de la UTN San Francisco se utilizan 28 contenedores
con una capacidad conjunta de 1546,9 litros donde se almacenan los
diferentes tipos de residuos.
El
ingeniero Remo Benvenutto, la ingeniera Micaela Sanmartino y el
presidente del Centro de Estudiantes Joel Mercol brindaron detalles
de esta iniciativa en diálogo con La Voz de San Justo.
Mércol
explicó que "este es un proyecto que intenta complementar una
acción que se había iniciado desde hace muchos años pero que había
quedado inconclusa. Ya veníamos trabajando con el ingeniero
Benvenutto en la disposición final de las pilas en desuso y dentro
del Centro de Estudiantes surgió el proyecto para darle forma".
Por
etapas
La
iniciativa tiene tres etapas bien definidas. La primera de ellas, que
fue puesta en funcionamiento, tiene que ver con la puesta a punto de
los tachos para la disposición primaria de los residuos. "Estuvimos
trabajando en la pintura con diferentes colores de los tachos de
manera que en marzo arrancamos las clases con todos los tachos
divididos por color. En este caso, el amarillo es para los papeles y
cartones; blanco para vidrios, metales y otros; azul para los
plástico; verde para los orgánicos y rojo para las pilas
desechadas", añadió.
Una
vez que se cuenta con los residuos correctamente ubicados en sus
contenedores, se pone en marcha la segunda etapa del proyecto que
apunta a buscarle un destino a cada tipo de residuos. "Para eso
estuvimos en contacto con una cooperativa de barrio San Cayetano que
recibe papeles y cartón así como también con la Fundación Losano
y de igual manera estamos trabajando para generar un espacio dentro
de la Facultad para acopiar residuos de una forma efectiva y
correcta", describieron los impulsores de la iniciativa.
Como
tercera etapa, "se generará un grupo de investigación del
proyecto 3 R para tomar estadísticas y colectar datos para llevar a
cabo iniciativas como una huerta orgánica a la par de divulgar lo
que se hace para generar conciencia respecto de la importancia que
tiene la correcta disposición y tratamiento de los residuos".
Más
allá de haber tomado contacto con la UTN Córdoba donde desarrollan
un proyecto similar, Mercol señaló que "nos contactamos con la
Agencia Córdoba Ambiente para sumarlos a este proyecto así como
también de personas que vendrán a ayudarnos para generar conciencia
y utilizar de manera correcta los residuos separados".
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