Cien
organizaciones convocan a una gran movida en defensa del agua. En el Día
Mundial contra las Represas y por los Ríos, hoy arranca una serie de
actividades para denunciar la contaminación de represas, pasteras,
countries y el agronegocio.
por Darío Aranda
Represas,
pasteras, barrios cerrados, agronegocio y sus tóxicos. Son algunas
de las amenazas que sufren los ríos y humedales de Argentina. En el
marco del Día Mundial contra las Represas y por los Ríos, hoy se
inicia una serie de actividades en defensa de los ríos Paraná y
Uruguay. Cientos de personas remarán desde Misiones, Corrientes,
Entre Ríos y Santa Fe para confluir en mayo en Buenos Aires. “Los
ríos y los humedales no son basureros, son dadores y portadores de
vida, nuestra salud depende de ellos”, recordaron las más de cien
organizaciones convocantes.
“Denunciamos la
grave contaminación con agrotóxicos, plásticos, metales pesados y
demás residuos peligrosos provenientes del vertido de actividades
industriales, como asimismo la contaminación por vertido de
efluentes cloacales crudos”, denuncia el comunicado que convoca a
la “remada por los ríos”, actividad que comienza hoy en Misiones
(Iguazú) y Entre Ríos (Concordia), con decenas de embarcaciones
que, en un trabajo de postas, navegará durante dos meses hasta
Tigre, donde confluirá en un gran festival.
Serán más de 40
postas en cinco provincias, en las que se sumarán más remadores y
embarcaciones, y donde habrá jornadas de concientización, charlas
abiertas y exposición de problemáticas locales. El Dorado, San
Ignacio y Posadas son algunas de las ciudades de Misiones donde habrá
actividades.
La provincia
tiene largo historial del padecer represas. Desde Yacyretá,
bautizado como “monumento a la corrupción”, hasta el sufrir de
los miles de reubicados, que de ser pescadores y campesinos pasaron a
ocupar barrios empobrecidos en grandes ciudades. Además de efectos
sociales, las represas son cuestionadas desde hace medio siglo por
sus consecuencias sanitarias y ambientales, muy lejos de ser “energía
limpia”, como se publicitan.
“Exigimos la
prohibición de construcción de represas en los ríos Paraná y
Uruguay, como así también, de cualquier otro megaemprendimiento
inmobiliario y/o construcción de industrias que amenacen la calidad
de sus aguas y el equilibrio de los ecosistemas”, señala el
segundo punto de la convocatoria de hoy, que llama a “salvaguardar
y restaurar el carácter especial de los ríos y humedales, sus valor
social, cultural, ecológico, escénico y turístico”.
Entre Ríos, en
la década del 90, frenó la construcción la llamada “represa del
Paraná Medio”, que pretendía realizar un gran dique a la altura
de la ciudad de Santa Fe y Paraná. El proyecto fue reflotado en los
últimos.
La ONG Cauce
(Cultura Ambiental Causa Ecologista) recordó la gravedad de otro
megaproyecto: la Hidrovía Paraguay-Paraná (HPP), que se extiende
por 3400 kilómetros, desde Bolivia, pasando por Paraguay y Brasil,
hasta Argentina. “Una hidrovía es una ‘autopista’ en el río.
Pretenden realizar dragados para lograr mayor profundidad hasta
rectificación de las curvas y remoción de formaciones rocosas. De
realizarse, tendrá consecuencias irreversibles en el sistema de
humedales y en las comunidades que viven a lo largo del mismo”,
alertaron desde Cauce, que forma parte del colectivo de
organizaciones Humedales sin Fronteras.
Gabriela Ferrer,
del Centro de Protección a la Naturaleza (Cepronat) de Santa Fe
explicó que la remada por los ríos surgió de la Unión de
Asambleas Ciudadanas (UAC) Litoral, pero remarcó que sólo es
posible por la enorme cantidad de organizaciones sociales y escuelas
de kayak que trabajaron en conjunto. Explicó que todas actividades
figuran en la página de Facebook “remada por los ríos”. También
recordó la contaminación con agrotóxicos. Un estudio de 2017 del
Centro de Investigaciones del Medio Ambiente (CIMA) de la Universidad
de La Plata detectó plaguicidas en toda la cuenca del río Paraná:
glifosato, endosulfán, clorpirifos y cipermetrina, entre otros. “El
fondo de un río que desemboca en el Paraná tiene más glifosato que
un campo de soja”, graficó Damián Marino, coordinador de la
investigación.
Un punto
fundamental que exigen es la “inmediata aprobación” de la ley de
humedales. El macrismo había prometido aprobarla pero, luego de dos
años en el Congreso y con media sanción, perdió estado
parlamentario. Legislar la protección de humedales pone en foco a
las actividades extractivas que atentan contra ellos: agronegocio,
minería de litio (las salinas son humedales) y grandes
emprendimientos inmobiliarios.
Paradas que se
esperan masivas de la remada por los ríos son Campana, Escobar,
Pilar y Tigre. Todos lugares asediados por countries. Diego
Domínguez, de la cooperativa Isla Esperanza de Tigre e investigador
del Conicet, afirmó que continua el avance de las grandes
inmobiliarias y millonarios en la zona del Delta bonaerense.
Domínguez señaló que hay más de 10.000 hectáreas que las
empresas se hicieron (o pretenden) violando derechos de isleños que
viven en el lugar desde hace generaciones. También apuntó al rol de
los gobiernos municipales, que “facilitan el accionar de las
compañías y privatizan el Delta, las cosas y los ríos”.
Fuente:
Darío Aranda, A remar para salvar los ríos y humedales, 14/03/19, Página/12. Consultado 14/03/19.
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