sábado, 2 de febrero de 2019

Seis mil vecinos del norte cordobés sin agua, pero por falta de energía

por Claudio Minoldo

Mientras los excesos hídricos son noticia en toda la provincia, varios pueblos padecieron los días de mayor calor sin agua potable. En Quilino, Lucio V. Mansilla y San José de las Salinas deben llevarla en camiones casa por casa.

El incremento en el consumo de agua potable durante los días de más calor, sumado a reiterados cortes de luz no programados, generó un severo dolor de cabeza a los vecinos y a las autoridades de Quilino, de San José de las Salinas y de Lucio V. Mansilla durante enero.

El sistema de provisión necesita hacer uso de estaciones de bombeo que funcionan con energía eléctrica: no tienen sistema de respaldo si la luz se corta.

Unos seis mil vecinos se quedaron sin provisión de agua potable en parajes donde esta semana hubo temperaturas superiores a los 40 grados y sensación térmica por encima de los 50.

Esta vez no falta el agua. Pero falla el sistema eléctrico y se quedan sin ella.

Soledad Nieto, a través de Facebook, le hizo llegar la queja airada al municipio de Lucio V. Mansilla: “No tenemos ni para tomar ni para el baño, con un bebé de 9 meses y cuatro niños más. Sólo tenemos un tanque y un tacho, nada más. ¿Cómo hacemos para pasar la siesta con los chicos cuando lo que no tiene que faltar es el agua? Por favor, solucionen el problema. No se puede estar sin agua y menos con estos calores”.

Oscar Mansilla, gerente de la Cooperativa de Quilino –que sirve a las tres localidades–, resumió la situación: “Hubo cortes generalizados de energía que no dependen de nosotros, sino de Epec. Durante los días de extremo calor, cuando creció excesivamente la demanda, Epec programó cortes que, por desgracia, siempre nos tocan a las zonas que no somos turísticas. La mayoría de esos cortes no fueron programados, y se dieron a la siesta o en horarios pico, de una a tres horas, y generaron que se vaciaran nuestras cisternas porque dejan de funcionar las bombas”.

El martes pasado, a las 14.35, por ejemplo, la sensación térmica en Lucio V. Mansilla y en San José de las Salinas rozó los 53 grados. El hecho de que ambas localidades estén recostadas sobre las áridas Salinas Grandes explica la sensación sofocante que padecieron los vecinos. En ese marco, los reclamos se multiplicaron.

Lo curioso es que, desde el año pasado, esos tres pueblos cuentan con una obra que debía garantizarles el suministro permanente de agua. En ese sentido, agua ahora hay, pero para que llegue a los hogares se necesita energía, que no siempre hay.

En busca de soluciones

Para Mansilla, la solución sería que Epec les prestara “un generador, de los muchos que tiene”, hasta que vean cómo encuentran otra solución para el verano próximo. Se trata de equipos que tienen un valor comercial de unos 750 mil pesos y que la empresa provincial suele colocar, por ejemplo, en los festivales de verano de Jesús María, de Cosquín, de Villa María y en otros eventos.

El problema que tiene hoy la Cooperativa de Quilino es que volver a dotar de presión y llenar las cisternas para garantizar el agua a San José y a Lucio V. Mansilla le lleva de 48 a 72 horas porque son comunidades que están a 25 y a 50 kilómetros de distancia de la fuente de provisión de agua.

En Quilino la provisión se recupera más rápido por la distancia que hay desde el acueducto La Florida, inaugurado hace un año por la Provincia. Con esa obra se prometía la solución de abastecimiento a las tres localidades norteñas, tras años de espera.

Por el momento, entre los municipios afectados y los bomberos voluntarios de la zona están acarreando agua en camiones para cargar las cisternas intermedias e, incluso, a los tanques domiciliarios de los vecinos. Pero no dan abasto y las quejas se multiplican.

Tulumba, otro caso

Villa Tulumba es otra localidad del norte provincial que lleva años con problemas para abastecer de agua a sus vecinos. En 2019, el municipio se declaró nuevamente en emergencia hídrica.

Con las lluvias de enero se mejoró el nivel de las napas de las que extraen el recurso. “Pero si deja de llover o si los calores son muy fuertes, vamos a volver a tener problemas”, dijo el intendente Sebastián Peralta. La solución sería un acueducto. Ya fue licitado por la Provincia, pero todavía no se hizo.

El pueblo que lleva ocho años en crisis hídrica

Villa Tulumba está en emergencia hídrica desde hace ocho años. Pero, esta vez, la situación es algo más aliviada. El municipio inició varias acciones que le permitieron, al menos, zafar. Se puso en marcha una nueva perforación, de la que extraen agua y llenan camiones para cargar piletas o abastecer a zonas rurales. Eso antes se hacía con la escasa red domiciliaria. Otra acción fue invertir $ 700 mil en una planta potabilizadora en la zona rural de Ojo de Agua, que, ahora, se abastece desde ahí y tampoco le quita agua a la red de Tulumba.

Fuente:
Claudio Minoldo, Seis mil vecinos del norte cordobés sin agua, pero por falta de energía, 01/02/19, La Voz del Interior. Consultado 02/02/19.

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