Diferentes
experiencias en la ciudad y región impulsan un hacer agropecuario
alternativo. Marcela Geymonat, docente e investigadora de la UNRC,
indicó que a las huertas orgánicas se están sumando propuestas más
extensivas y diversas que, incluso, apuestan a la exportación.
por Amir Coleff
En medio de un
creciente debate en torno al uso de agroquímicos, crece también el
número de productores que apuestan a un paradigma alternativo de
producción agropecuaria: la agricultura agroecológica. Una
creciente conciencia acerca de qué alimentos consumimos y un mayor
respeto por el medio ambiente, constituyen los pilares de base de una
multiplicidad de experiencias que desde hace algunos años vienen
apostando a la producción ecológica y orgánica en la ciudad y en
la región.
Las huertas
hortícolas fueron las primeras en aparecer en escena. Pequeñas
parcelas orientadas al consumo familiar y otras de mayor producción
que destinaban un excedente a la comercialización, fueron surgiendo
en los distintos sectores de la ciudad desde hace algunos años.
La posibilidad de
generar autoabasto a partir de la huerta familiar -sobre todo en
contextos socioeconómicos adversos para los bolsillos familiares-, a
lo que se suma, en muchos casos, la generación de un ingreso a
través de la comercialización, ha generado la proliferación de
estas prácticas. Corroboran dicha expansión las partidas de
semillas entregadas por el Inta, a través del Programa Pro Huerta,
las cuales han ido en aumento año tras año, hasta llegar a los 5
mil kits entregados en las temporadas de otoño-invierno y
primavera-verano del último año.
Pero eso no es
todo. En plena pampa gringa, en donde el modelo sojero prevalece, han
ido surgiendo en los últimos años distintas experiencias de
producción agropecuaria ecológica y orgánica que presentan,
siempre con los objetivos comunes ya referidos, una gran diversidad
tanto en el tipo de producción como en la extensión del
emprendimiento.
Así lo constata
el trabajo que un grupo de investigadores de la Universidad Nacional
de Río Cuarto viene desarrollando desde hace más de diez años,
estudiando distintas experiencias vinculadas a la Agroecología en el
territorio provincial.
“Si bien
siempre existió este tipo de prácticas, quizá un poco al margen e
invisibilizadas, hoy asistimos a una tendencia que va in crescendo,
conforme se ha ido incrementando también la conciencia acerca de qué
alimentos consumimos y cómo es nuestro vínculo con la tierra, con
el medio ambiente y con los otros habitantes del entorno”, señaló
a Puntal Marcela Geymonat, docente e investigadora de la Facultad de
Agronomía y Veterinaria de la UNRC, integrante del Grupo de
Investigación en Agroecología.
Agroecología
extensiva
“Lo que resulta
muy novedoso es que, desde hace unos cinco años a esta parte, están
volcándose al modelo agroecológico proyectos de producción
extensiva, con campos que van de las 100 a las 4.000 hectáreas y
que, en algunos casos, apuestan a la exportación con sello de
producto orgánico argentino”, indicó. Y añadió: “Esas
experiencias son de las más diversas, hay campos con producción
orgánica de maíz o trigo -en algunos casos incluso con elaboración
propia de harinas-, producción bovina, ovina, avícola, en muchos
casos mixtas y, lo que no es menor, con resultados tanto económicos
como ambientales excelentes”.
Respecto al
origen de estos emprendimientos, Geymonat afirmó: “En muchos casos
son chacareros que se replantean el modo de producción dominante y,
entonces, buscan alternativas. Quizá no lo hagan de una vez en todo
el campo, sino en algunos lotes primero, acercándose a estrategias
propias de la producción agroecológica y haciendo un traslado de
sistema gradual, es decir, una reconversión paulatina”.
“En otros
casos, se trata de iniciativas de productores a los que se los
denomina neo-rurales; es decir profesionales agropecuarios que
deciden apostar a este modelo productivo como un estilo de vida. Hay
una búsqueda de reconectar con el ambiente rural a través de una
vida en la que se cruzan cuestiones de la modernidad con los saberes
tradicionales de la producción rural. Entonces, por ejemplo,
combinan la producción orgánica de verduras, maíz, carne, leche y
todos los saberes vinculados a la labranza de la tierra, con el
empleo de las nuevas tecnologías de la comunicación a través de
las cuales comercializan sus productos y tejen redes con otros
productores de la provincia, del país y del mundo”, subrayó la
ingeniera agrónoma.
Alimentos más
energéticos
Una dimensión
común que subyace a la diversidad de experiencias vinculadas a la
producción agroecológica es la creciente conciencia social acerca
de la calidad de los alimentos que consumimos, lo que se traduce en
una cada vez mayor demanda de alimentos producidos orgánicamente y,
fundamentalmente, sin el uso de agroquímicos.
“Entre las
bases conceptuales de la agroecología se destacan el no uso de
agroquímicos, que se traduce en suelos más sanos; la biodiversidad,
que asume la existencia de funcionamientos ecosistémicos que se
relacionan y se benefician mutuamente; y una mirada holística e
integrada de todo el proceso productivo”, explicó Geymonat.
Y añadió: “En
la práctica, esto se traduce en el empleo de un conjunto de
estrategias productivas que conllevan una visión ética que
reemplaza a la visión netamente económica de la producción
industrial de alimentos”.
“Ello deviene
en la obtención de alimentos de una calidad abismalmente superior,
que tienen en su composición nutrientes reales y que, en
consecuencia, son alimentos verdaderamente energéticos”, subrayó.
Circuitos
comerciales
En cuanto a los
circuitos comerciales en donde ubican la producción este tipo de
emprendimientos, Geymonat precisó que existe toda una red de
espacios conformada por ferias y exposiciones en la que se insertan
principalmente los productores más pequeños, mientras que otros
-los emprendimientos más extensivos, aunque no exclusivamente- están
apostando a nichos de mercado en los cuales obtienen un sobreprecio
por tratarse de alimentos orgánicos, con productores que, incluso,
están exportando con certificación de producto orgánico argentino.
Fuente:
Amir Coleff, Producción agroecológica; elaborar alimentos sanos en un vínculo de respeto con el medio, 13/02/18, El Puntal de Río Cuarto.
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