Argentina es el
principal proveedor de trigo del gigante sudamericano, pero la
importación podría suspenderse si se aprueba el trigo HB4.
por Felipe Betim
Brasil es un gran
exportador de materias primas como la soja, pero el trigo es el único
cereal que el gigante latinoamericano importa. El 55 % del trigo que se consume en Brasil viene de otros países y el 87 % de lo importado viene de la vecina Argentina. Las cifras han aumentado en los últimos
años: cerca de seis millones de toneladas en 2018 ante cinco
millones en 2017 y cuatro millones en 2016, según los datos de la
Asociación Brasileña de las Industrias de Trigo (ABITRIGO). Sin
embargo, Brasil no permite la producción o la importación de trigo
transgénico, explica Rubens Barbosa, ex embajador y presidente
ejecutivo de ABITRIGO. La producción y comercialización de
transgénicos solo están permitidos para cinco productos: el maíz,
el arroz, los frijoles y la soja y algodón. Más del 90% de la
producción brasileña de esos dos últimos productos, bastante
vendidos a otros países, es transgénica.
Sin embargo, los
productos transgénicos tienen poca aceptación entre los
consumidores brasileños, recuerda Barbosa. Asimismo, si una empresa
exportadora argentina decide vender el trigo o semillas transgénicas
a Brasil, el producto podría ser rechazado por no cumplir las normas
técnicas y sanitarias del Gobierno, añade Barbosa. "Eso podría
detener la exportación argentina al país", explica.
En su opinión es
también posible que haya contrabando de semillas transgénicas,
aumentando la producción brasileña y disminuyendo la importación.
Lo mismo ocurrió con la soja hace años, hasta que el Gobierno
brasileño decidió cambiar su legislación. "La soja
transgénica benefició al productor y el Ejecutivo se ajustó. Pero
no es algo rápido ni automático, depende únicamente del Gobierno.
Con el trigo se hace el pan o la masa, entonces el consumidor
brasileño puede rechazar el transgénico". EL PAÍS ha
intentado sin éxito contactar al Ministerio de Agricultura de
Brasil.
El 90 % de la
producción de trigo brasileño está concentrado en Paraná y Rio
Grande do Sul, estados cercanos a Argentina, y empieza a expandirse
otras localidades. Los productores se enfrentan a problemas
climáticos, como el exceso de lluvias o la sequía. Así que las
semillas transgénicas argentinas pueden tener una fuerte aceptación
entre los productores brasileños, opina José Augusto de Castro,
presidente de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil. "En
lugares de sequía, si la cosecha cae los precios suben. Pero con una
semilla resistente a periodos de estiaje, el productor puede planear
la cantidad que va a plantar según la demanda que tiene. Tiene
muchas ventajas", explica.
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