martes, 27 de noviembre de 2018

Solheim, el jefe de la defensa del clima que cayó por volar demasiado

El jefe del PNUMA se retiró después de revelarse que gastó medio millón de dólares volando alrededor del planeta. Pero la gran decepción no solo fueron las altas cantidades de emisiones de CO2 que ayudó a generar.

por Sonya Diehn

La noticia me sorprendió un poco: Erik Solheim, jefe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha dimitido. En vista de su discurso sobre la urgencia de combatir la extinción de especies, la contaminación con plástico y el cambio climático, lo último que se puede esperar es que en solo 22 meses haya gastado casi medio millón de dólares en vuelos por todo el mundo.

Sin embargo, esta es exactamente una de las razones principales por las que renunció, como lo reveló una auditoría interna de la ONU. Claro, los jefes y líderes necesitan viajar para hacer su trabajo. Pero parece que Solheim violaba las normas y regulaciones de la ONU, y casi desata una crisis presupuestaria que llevó a algunos países a amenazar con suspender la financiación del PNUMA.

En tiempos de pérdida de la confianza en los organismos públicos, es importante mantener la legitimidad de una institución ambiental clave.

Pecado climático

En caso de que no lo sepa, volar tiene la huella de carbono más alta por persona de todas las formas de transporte. Si bien los viajes en avión representan solo el 2 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, lo más preocupante es que aumentarán masivamente en los próximos años.

Realmente es un dilema: no se puede prohibir volar, pero subirse a un avión tiene un impacto climático muy grande. El problema más profundo es sistémico, ya que los precios actuales de los viajes aéreos no reflejan los costos externos de su impacto climático. En otras palabras, las generaciones futuras pagarán el precio real de nuestros tiquetes baratos, en forma de enfermedades, más olas de calor y severas tormentas, incendios forestales, aumento del nivel del mar que inunda las ciudades costeras. Pero aún no logramos entenderlo.

Hay formas en que los viajes aéreos pueden hacerse más amigables con el clima, y un sobreprecio provocaría un ajuste en el mercado. Pero al igual que otras propuestas de políticas climáticas, todavía parecen estar demasiado lejos para lograr el rápido cambio que el mundo necesita para evitar una catástrofe climática. Así que algunas personas están actuando contra "la vergüenza de volar”. Bajo la etiqueta de tendencias #IStayOnTheGround activistas suecos buscan congregar a personas que decidan no volar más, por amor al medio ambiente.

Solheim fue criticado justamente por los exagerados viajes aéreos; después de todo, trabajaba para una organización ambiental para la que el cambio climático es una de sus principales preocupaciones. Pero no se trata solo de la hipocresía.

Peligrosa deslegitimación

Tales acciones irresponsables amenazan con deslegitimar a un importante organismo supranacional, que ha hecho un trabajo crucial para abordar los problemas ambientales. El informe de auditoría dice que Solheim estaba fuera de la oficina el 80 % del tiempo. Al parecer, permitió que el personal seleccionado trabajara desde Europa, en lugar de hacerlo desde la sede del PNUMA en Nairobi.

Solheim también fue criticado por promover un masivo proyecto de infraestructura en China, a pesar de las preocupaciones ambientales, y por patrocinar una carrera de Volvo, sin revelarlo. En su propia defensa, Solheim dijo a la prensa noruega que la auditoría contenía errores y que tenía que viajar mucho para hacer visible el trabajo del PNUMA. Afirmó, además, que ciertos ataques apuntaban a él por ser un reformador.

Pero, en suma, sus acciones dan una imagen cuestionable de un político corrupto que usa una posición de privilegio para su propio beneficio. La misma y triste historia que erosiona la confianza en las instituciones públicas y proporciona el combustible para los ataques de extrema derecha a los organismos multilaterales. Yo esperaría más de un líder. Los líderes deben ser modelos a seguir. Deben ser el cambio que quieren ver en el mundo, inspirando a otros a hacer lo mismo.

Fuente:
Sonya Diehn, Solheim, el jefe de la defensa del clima que cayó por volar demasiado, 21/11/18, Deutsche Welle. Consultado 27/11/18.

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