El negociado tras
la fachada del cuidado del arbolado. Agrónomos y arboristas
denuncian que el Gobierno de la Ciudad “planta cualquier cosa en
cualquier lado” y que las podas compulsivas e indiscriminadas
“mutilan las plantas. Las empresas tomaron esta actividad como un
negociado”.
por Gisela
Marziotta
La poda de 70 mil
árboles por año que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
presenta marketineramente como una política de “ciudad verde” en
realidad esconde un negocio millonario que está muy lejos de ese
objetivo porque, según denuncian los especialistas, la poda se lleva
adelante de manera compulsiva e indiscriminada, “mutilan las
plantas” y quedan con muy pocas posibilidades de sobrevivir, además
de que dejan de cumplir con el objetivo de equilibrio ambiental.
Lo mismo sucede
con las extracciones y con los nuevos árboles que se plantan sin
tener en cuenta las especies, los espacios y el mantenimiento que
necesitan, lo que deja en evidencia “la falta de planificación”.
Según los especialistas, “plantan cualquier cosa en cualquier
lado”.
Carlos Anaya,
ingeniero agrónomo y arborista certificado por la International
Society of Arboriculture, una institución con sede en Londres,
denunció que “las empresas lo tomaron como un negociado, se
convirtió en una fábrica de mutilar árboles para seguir con una
poda continua”.
La licitación
está vencida y las empresas este año actúan bajo el período de
prórroga (la ley establece 36 meses de prestación del servicio y 12
de prórroga). Desde la Defensoría del Pueblo precisaron que las
empresas tienen a cargo diferentes zonas de la ciudad según las
comunas que les fueron asignadas.
“No sé si es
casualidad o una instrucción que les dieron, pero en la calle se ven
árboles mutilados, deshojados, a los que les están alzando la copa
en forma excesiva, y da a pensar para qué plantar árboles si los
van a dejar así”, reflexionó Anaya. Y se preguntó “cuál es el
valor ambiental que puede generar un árbol con una mínima o exigua
copa”, y agregó que “dejar un tronco con cuatro ramitas arriba y
sin hojas es para que los árboles empiecen a declinar, a morir”.
Con respecto a
las podas, explicó que “están mal hechas porque no cumplen con el
tiempo adecuado”, y mencionó a modo de ejemplo el caso de “las
tipas, que las vienen podando en pleno invierno, que es cuando tienen
sus hojas. Recién las tiran en primavera, entonces durante varios
meses quedan sin follaje”. El experto explicó que el follaje “es
la fábrica del árbol para fotosintetizar” y enfatizó que “si
todos los años descopan el mismo ejemplar sacándole toda la
cobertura verde en pleno invierno, se va debilitando, porque no
acumula reservas, y va brotando a expensas de las pocas que le van
quedando”.
El Ministerio de
Espacio Público y Medio Ambiente de la Ciudad de Buenos Aires, tras
la sanción de la Ley Orgánica de Comunas 1777 (sancionada en 2005)
dejó de tener bajo su órbita lo referido al arbolado urbano y
transfirió esa tarea a la Secretaría de Atención y Gestión
Ciudadana. “El monto total por el que dichas empresas son
contratadas es de 955.354.428,00 pesos”, especificaron desde la
secretaría que se encarga del arbolado urbano. Según la información
de Atención y Gestión Ciudadana, “cada poda cuesta 3974 pesos”
y el gobierno porteño tiene programado un plan quinquenal que empezó
este año y que consiste “en ejecutar 70 mil podas a lo largo del
año para lo que el presupuesto de la Ciudad del 2019 destina
278.124.000 pesos”. En cuanto a las extracciones, según la
secretaría, cada una cuesta “18.731 pesos y asciende a un total de
131.115.600 pesos cuando se trata del total de 7 mil árboles que
fueron extraídos”.
El área está a
cargo de Facundo Carrillo y desde el organismo explicaron que “la
poda de CABA se realiza en base a una planificación quinquenal, lo
cual implica que cada año se interviene aproximadamente el 20 por
ciento de los árboles de la Ciudad, según la modalidad que
necesiten”.
María Angélica
Di Giacomo, fundadora de “Basta de mutilar nuestros árboles”,
criticó la línea 147 de Atención y Gestión Ciudadana porque “sólo
recibe llamados para trámites de poda y no para mantenimiento de los
árboles”, y denunció además que “ante el reclamo por un árbol
se poda toda la cuadra”. Sin embargo, desde el área de Carrillo
aseguraron que “los llamados no se refieren sólo a podas”,
aunque reconocieron que “son los más numerosos”, precisaron que
también hay llamados para pedir “intervenciones por problemas de
raíces, retiros de árboles secos o en mal estado, reposiciones de
árboles y plantaciones nuevas”. “El Gobierno de la Ciudad
publicita que hace la poda por la salud de los árboles, y eso es
mentira, porque los árboles para su salud no necesitan ser podados”,
agregó Di Giacomo.
Por su parte, la
abogada Claudia Heras señaló que el Gobierno de la Ciudad incumple
la Ley 3120 de arbolado público “violando los artículos 10, 11 y
12 que sostienen que para intervenir los árboles hay que hacer un
informe previo, árbol por árbol, del que resulte la necesidad y los
fundamentos de la intervención, y que esa poda debe hacerse por
personal capacitado”.
La abogada
remarcó que “cuando uno recorre la ciudad ve que esto no se está
cumpliendo porque son podas salvajes”, y por eso presentó en 2017
un amparo contra la tala y la poda indiscriminada de árboles.
Damián Bikiel,
licenciado en Ciencias Químicas e investigador adjunto en el
Conicet, enfatizó que “Buenos Aires tiene pocos espacios verdes”,
y explicó que su reducción “atenta contra la calidad del aire en
particular y contra la calidad de vida en general”. Por eso hizo
hincapié en la necesidad de que haya “más espacios verdes, más
parques, menos canteros y más arboleda que funcione como cerco a la
contaminación urbana. Más espacios verdes permiten ahorros en
energía en verano y en invierno (mitigando el viento, por ejemplo) y
permiten vivir con espacios de recreación sanos”.
“El gobierno
quiere mandar un mensaje de ciudad verde y plantan árboles de una
pésima calidad en cualquier lado. Se los ven recién plantados sin
mantenimiento, árboles en la ochava (como en Beauchef y Alberdi),
lugar prohibido para plantar por seguridad de tránsito”, agregó
Anaya. Además, subrayó que poco se sabe del paradero de los árboles
que sacaron de la 9 de Julio para hacer la traza del metrobús, y que
iban a ser transplantados, como había anunciado el gobierno de
Horacio Rodríguez Larreta.
“Fue una falta
de respeto”, se enfureció Anaya al recordar el episodio de la 9 de
Julio porque explicó que “la práctica requiere de una técnica
que significa transplantar el árbol en toda su integridad, correrlo
de lugar respetando su estructura”. “Cada especie tiene un
momento adecuado. Es fundamental el diámetro del cepellón, que es
el conjunto de raíces, que tiene que estar en una relación directa
con el diámetro del tronco. La copa no se debe podar, se debe
trasladar el árbol tal cual está. No tiene sentido un árbol con
cuatro muñones que son los que habitualmente se ven en la ciudad de
Buenos Aires que, por más que sobreviva, será un árbol con una
estructura no recomendada y sin vida útil. Son árboles que
ornamental y estéticamente tiene muy poco aporte. Para mí lo que
hicieron fue trasladarlos, no transplantarlos”, concluyó.
“Podar con
ímpetu salvaje”
Claudia Heras, un
amparo por la poda.
por Gisela
Marziotta
Claudia Heras es
vecina de Villa Urquiza y se acercó a “Basta de mutilar nuestros
árboles” preocupada por las podas en la Ciudad de Buenos Aires. En
2017 presentó un recurso de amparo y consiguió que la Justicia
ordenara la inmediata suspensión de cualquier actividad de poda y/o
tala del arbolado público, aunque meses después se dejó de cumplir
y aseguró que “este año se largaron a podar con ímpetu salvaje”.
- ¿Cómo fue la
presentación del amparo?
- La medida
cautelar es una disposición del juez anterior a la sentencia. Pedí
que se suspendiera toda poda que no se ajustara a lo que establece la
ley de arbolado público. Así fue concedida la cautelar, en 2017,
año en el que el Gobierno de la Ciudad se ajustó bastante a lo que
se llama la campaña de poda invernal. Este año, antes de que
empezara la campaña de poda invernal, en algunas publicaciones de
periódicos barriales corrieron el rumor de que la cautelar se había
levantado y que ya no estaba vigente, lo cual es totalmente falso.
- ¿En qué
consiste la poda a la que se refiere?
- Este año se
largaron a podar con un ímpetu salvaje. El Gobierno de la Ciudad
plantea como muy beneficioso y genial el número de árboles que se
podan bajo la idea de “cuanto más podemos mejor”. Los técnicos
dicen que la regla general es que los árboles no se podan, salvo
casos especiales: riesgo de caída o porque tiene ramas secas.
- ¿Qué está
pasando en el expediente?
- Como todo
expediente judicial, tiene su trámite ajustado en el procedimiento.
Este es uno complejo porque se refiere al arbolado de toda la ciudad.
Hay gente que tenido conocimiento de la cautelar e hizo denuncias y
después llegan también al expediente. En este momento todavía está
en la instancia de que se van reuniendo pruebas. El expediente ya
tiene 11 cuerpos.
- ¿Y en cuanto a
la medida cautelar?
- El gobierno
apeló y la Cámara me dio la razón. A pesar de eso, hizo circular
el rumor de que habían apelado y quedado sin efecto. La Cámara
confirmó con argumentos muy contundentes sobre la importancia de
respetar el arbolado como parte de nuestro ambiente, y de cumplir con
las expresas disposiciones constitucionales, tanto de la nacional
como la de la ciudad respecto del cuidado del ambiente y del aporte
del arbolado a la salud de los ciudadanos. El año pasado el gobierno
porteño volvió a apelar a un Tribunal Superior de Justicia de la
Ciudad de Buenos Aires. Cuando llegan a esa instancia, los
expedientes puede pasar mucho tiempo sin que se resuelva nada.
- La ley de
arbolado público no está reglamentada.
- No, no está
reglamentada todavía, pero es suficientemente clara. Y no todas las
leyes se reglamentan, cuando una ley se reglamenta es para hacer más
preciso alguno de sus artículos. Las leyes se cumplen a partir de su
publicación.
- ¿Y qué
artículos estarían violando de esa ley?
- Hice el planteo
muy específico del 10, 11 y 12, que son los que dicen que hay que
hacer un informe previo y que esa intervención tiene que hacerse por
personal específicamente capacitado y certificado. No podía decir
“no se cumple la ley de arbolado” porque es demasiado amplio y
vago, me ajusté a los artículos que podían ser más específicos.
La cautelar tiene cierta ambigüedad porque dice que “se suspenda
la poda que no cumple con la ley”. Ante los hechos concretos, hay
tantos desastres que están las fotos agregadas a los expedientes de
árboles totalmente mochados, en los que está clarísimo que no la
cumplen. Haciendo un muestreo estadístico, no se está cumpliendo.
- ¿Qué piensa
de esos carteles que anuncian que próximamente en ese lugar habrá
un árbol de tal especie?
- Por un lado
tienen el slogan Ciudad Verde y lo que hacen es que cada vez la
ciudad sea menos verde, como los macetones gigantes de cemento con
una plantita que después se seca porque ni la riegan, en vez de
poner una planta en la tierra. En sus registros cuentan eso como
espacio verde, pero es cemento, como la plaza de Tribunales, donde
pusieron unos canterosde cemento y la base no se conecta con la
tierra. Eso también es muy grave por el escurrimiento del agua de
lluvia. Todo lo que hacen con el verde es totalmente contraindicado
en lo que hace al cuidado del ambiente.
Aquí están,
éstas son
Las empresas que
ganan con la poda.
por Gisela
Marziotta
Las empresas
contratadas por el Gobierno de la Ciudad para ocuparse de la poda no
son especialistas en el tema y por eso los expertos denuncian que no
están preparadas para el tratamiento de los árboles y sólo
usufructúan de un negocio “redondo” mientras los vecinos de la
Ciudad de Buenos Aires con sus impuestos pagan “mutilaciones
sucesivas” que atentan contra la calidad de vida.
“Todas estas
podas están siendo llevadas a cabo por empresas que fueron
contratadas a través de una licitación por el Gobierno de la Ciudad
y no son empresas capacitadas para el tratamiento de árboles, sino
que son básicamente empresas que trabajan en obra pública de
construcción, como la que hizo el Metrobús, o de iluminación, como
Mantelectric”, denunció ante PáginaI12 Claudia Heras. La abogada
explicó que estas empresas “subcontratan al personal, entonces los
que se trepan a los árboles con las motosierras son personas sin
capacitación ni formación para saber cómo podar”.
Las empresas que
ganaron la licitación por 36 meses son Mantelectric I.C.I.C.S.A.,
Casa Macchi S.A., Ecología Urbana S.R.L. y UTE Zona Verde.
Mantelectric es
de capitales argentinos. Entre sus clientes figuran varios municipios
y en la Ciudad tiene a su cargo el alumbrado, el mantenimiento del
arbolado, el cuidado de espacios verdes, la destapación de sumideros
y obras en hospitales porteños.
Casa Macchi se
encarga del mantenimiento integral del arbolado y de espacios verdes
en plazas, parques, rutas y autopistas, hace tareas de parquización,
plantación de árboles jóvenes y trasplante de ejemplares añosos,
la provisión y plantación de árboles y arbustos, entre otras
cosas.
Ecología Urbana
S.R.L. ofrece servicios de forestación, extracción y poda de
árboles, poda en altura, diseño y construcción de parques y
jardines, tratamientos fitosanitarios y movimiento de suelos. Entre
sus principales clientes figuran la Universidad Católica Argentina,
Bayer, Shell, Philip Morris, Siderca Thenaris Group, y el Gobierno de
la Ciudad.
UTE Zona Verde es
una Unión Transitoria de Empresas conformada por Urbaser Argentina y
Seob SA. Desde mayo de 2005 a la actualidad, realiza el servicio de
corte de césped y limpieza de espacios, entre otras tareas. Es la
encargada de limpiar la ciudad tras manifestaciones masivas.
En cuanto al
negocio, María Angélica Di Giácomo explicó que “como los
árboles no se cuidan sino que se destrozan, estamos pagando
mutilaciones sucesivas, luego pagamos la extracción porque el árbol
no pudo resistir y se murió, y más adelante pagamos el nuevo
arbolito que se seca por falta de cuidado. Y después otro arbolito
más. A eso me refiero cuando digo que vieron el negocio donde no lo
había visto nadie antes”.
“(Horacio)
Rodríguez Larreta tiene la idea de podar una enorme cantidad de
árboles por año. El plan para este año era de 80 mil porque dice
que la gente lo pide. Ahora, lo que decimos es que cuando la gente
pide, uno tendría que ver si va en contra del bien común”, agregó
Di Giácomo.
Fuentes:
Gisela Marziotta, Los árboles mueren de pie, 03/11/18, Página/12. Consultado 06/11/18.
Gisela Marziotta, “Podar con ímpetu salvaje”, 03/11/18, Página/12. Consultado 06/11/18.
Gisela Marziotta, Aquí están, éstas son, 03/11/18, Página/12. Consultado 06/11/18.
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