por Daniel Díaz
Romero
Walter Orodá es
uno de los empresarios ganaderos de mayor peso en Córdoba. Su
imperio produce ganado en una de las regiones más pobres de la
provincia, organizando remates de hacienda para sus vacas y toros de
élite, donde algunos de ellos cotizan igual que un vehículo de alta
gama.
Orodá, desde
hace tiempo, viene demandando con insistencia al gobierno provincial
que habilite una Ley de Bosques que le permita avanzar sobre regiones
boscosas.
Sala de Prensa
Ambiental pudo acceder a información que certifica que el empresario
tiene su campo -de 2009,568 hectáreas- en infracción por desmontes
ilegales, en Ischilín al noroeste de la provincia, el Departamento
con mayor tasa de desmonte de Córdoba.
Los becerros de
oro
Desde hace cuatro
años, Walter Orodá y su cabaña “El Porvenir” no paran de
cosechar galardones en la élite ruralista con su establecimiento
cercano a la localidad de Quilino, en un medio ambiente rústico que
arrastra muchos años con déficit hídrico y con una tasa de
desmonte a lo africano.
Entre sequía y
desmonte, el norte de Córdoba es una de las regiones olvidadas de la
provincia arrinconada por la pobreza, donde conviven pequeños
campesinos y grandes establecimientos ganaderos (ver
http://www.periodismoambiental.com.ar/viaje-al-mundo-campesino/).
La cabaña “El
Porvenir”, verdadera fábrica de terneros del prolífico empresario
fue premiada en el 2017 por cuarto año consecutivo, recibiendo
distinción por animales de la raza Brangus. Walter Orodá tiene su
establecimiento en una zona que colinda con las Salinas Grandes, una
de las peores regiones productivas del país debido a sequías
recurrentes por tiempos prolongados.
“Si se
destrabara la Ley de Bosques y se permitiera la intervención -no
estamos pidiendo el desmonte- creo que el potencial productivo de la
zona se multiplicaría exponencialmente”, aseveró el socio
histórico de la Sociedad Rural de Jesús María en una entrevista.
Ningún bovino…
Además, de
señalar a quienes bregan por la protección de los ecosistemas como
“fundamentalistas”, el exitoso empresario ha puesto como ejemplo
a seguir -para los cordobeses- las polémicas autorizaciones de
desmontes en la provincia de Salta, aumentando la demanda de campos
para desarrollar la ganadería. “En el noroeste de Córdoba, los
campos no tienen absolutamente ningún valor y no sirven para nada”,
declaró el año pasado el empresario.
El promedio de
venta de los toros Brangus made in Quilino es de $ 86.400, llegando
hasta los $240.000. En tanto, que una vaquillona Brangus de la
familia Orodá fue vendida en un 50 % por el notable monto de
$250.000. Por ello, la Asociación Argentina de Brangus le otorgó el
“Primer Premio al Mérito” por tercer año consecutivo.
Desmontando como
un campeón
Pero Orodá,
también es un campeón del desmonte ilegal.
Walter tiene sus
campos en infracción y nunca regularizó su situación, desde el año
2001. Allí desmontó las áreas de reserva del campo, según el
Expediente Nº 0517-001387/2001, actualmente en Policía Ambiental.
Orodá no respetó la Resolución que autorizaba los trabajos
(0110/2002), dado que sobre un campo de más de 2.000 hectáreas,
debía dejar como reservas unas 560 hectáreas y solamente dejó 138.
Además, en el área autorizada a desmonte selectivo, debía dejar
unos 100 árboles por hectárea y claramente tampoco respetó eso .
Esta situación nunca fue regularizada. El expediente duerme desde el
año pasado en la polémica Área de Asuntos Legales de la Secretaría
de Ambiente.
En este predio de
unas 1000 hectáreas, debía dejar unas 330 de reserva natural y, sin
embargo, arrasó con todo.
Fuente:
Daniel Díaz Romero, El rey del ganado y el bosque perdido, 16/09/18, Sala de Prensa Ambiental. Consultado 19/09/18.
No hay comentarios:
Publicar un comentario