Bariloche. La
cuenca de Ñirihuau es aún un problema ambiental. Mana un crudo que
no está en condiciones comerciales, pero los dispositivos para
evitar la contaminación parecen abandonados.
por Soledad Maradona
Una imagen
impactante aparece en el centro de la estepa patagónica, cerca de
donde anidan los cóndores y al pie del arroyo Las Minas. En un
espacio reducido entre coirones y neneos -la flora típica del
lugar- brota el petróleo y se escurre directo al agua que cuesta
abajo llega al lago Nahuel Huapi.
El petróleo que
surge de manera natural en un rincón del campo de la familia Crespo,
en Ñirihuau Arriba, a unos 35 kilómetros del centro de Bariloche,
no es novedad para los pobladores de la zona pero todos creían que
la contención que hace diez años realizó el entonces Consejo de
Ecología y Medio Ambiente (Codema) -cuando se puso un freno a la
intención de explorar hidrocarburos en la cuenca- había
amortiguado el impacto en el pequeño arroyo que aguas abajo se
fusiona con el Ñirihuau y a unos kilómetros más desemboca en el
lago Nahuel Huapi.
El hidrocarburo
que sigue emanando del suelo en Ñirihuau Arriba, es de una
consistencia pegajosa, casi inoloro, pero que a la vista impacta por
su negrura y sus tonos tornasolados que adopta cuando se mezcla con
el agua del arroyo, que hasta ese punto llega cristalina.
En un trayecto de
poco más de 500 metros aguas abajo, el negror del petróleo se pega
en la vegetación de cada orilla del arroyo que en su tramo más
ancho no llega a tener un metro. Luego se diluye hasta desaparecer.
Ningún vestigio
a la vista llega a la casa de don Enrique Crespo, el poblador de
avanzada edad hoy que una década atrás estuvo de pie junto a sus
vecinos y organizaciones ambientalistas para poner un freno a la
pretensión del gobierno provincial de explorar el área
hidrocarburífera. Por entonces, sin el consenso social y ante el
levantamiento popular, la unión transitoria de empresas
YPF-Pluspetrol que obtuvo el permiso de exploración, desistió de
iniciar tareas.
Esa batalla
ganada por el pueblo dejó en el olvido la otra pata de la historia:
¿Qué pasa con la emanación natural de petróleo que llega al
arroyo Las Minas? “Pusieron unos tanques que supuestamente iban a
contener pero me parece que está peor” aventuró un poblador.
Zulema Rodríguez
también es de Ñirihuau Arriba y asegura que desde que se instalaron
los tanques solo un par de veces se supo que llegaron técnicos a ver
cómo estaba la situación. Pero los pobladores -que antes tenían
a la Escuela 351 como punto de encuentro- no volvieron a hablar del
tema ni de la posible contaminación del arroyo.
Van a
inspeccionar
Desde la
Secretaría de Ambiente provincial señalaron a “Río Negro” que
se “resolvió comenzar con inspecciones conjuntas con el resto de
organismos competentes (DPA, Energía, entre otros) para evaluar las
acciones a llevar adelante”.
El organismo
admitió que no se han presentado por “cuestiones climáticas” y
asumió el compromiso de que “las inspecciones se llevarán
adelante el lunes próximo con la participación de una ingeniera
ambiental de la Secretaría, de amplio conocimiento en el tema”.
En el lugar donde
hay un manantial de petróleo, el entonces Codema colocó siete
tanques de agua, algunos a la altura de la superficie y otros
enterrados, para contener el petróleo que brotaba. De uno de estos
tanques surge una cañería que nadie sabe desde qué época está.
La Dirección de Hidrocarburos señala que hubo cinco pozos
perforados entre las décadas de 1910 y 1930, y la última
intervención fue en 1984.
La superficie
reducida de donde brota petróleo tiene agua estancada con el
hidrocarburo en la superficie, en algunos sectores ese material se
solidificó y hasta se formó como una plataforma que se asimila a
una calle de asfalto. Un hilo de esa mezcla de agua e hidrocarburo
corre por la pendiente directo al curso del arroyo que está a solo
unos pasos.
Pobladores de pie
“No queríamos
el petróleo por una cuestión ambiental, por todo lo que trae atrás.
No lo hemos hablado más pero creo que hoy todos seguimos con la
misma postura”, dijo Zulema Rodríguez en la cocina de su casa en
Ñirihuau Arriba, al recordar aquellas asambleas que en 2008
realizaron los pobladores del paraje cuando se enteraron que el
entonces gobernador Miguel Saiz había lanzado una licitación para
la exploración de hidrocarburos en Ñirihuau.
En aquella
licitación internacional del plan hidrocarburífero de Río Negro se
ofreció explorar y explotar unos 842 kilómetros cuadrados de la
cuenca Ñirihuau y se adjudicó mediante el decreto 1071/2008 a YPF y
Pluspetrol. Para entonces la comunidad ya estaba de pie y sumó el
interés de ambientalistas, concejales de Bariloche y la Defensoría
del Pueblo de Río Negro, que reclamaban una audiencia pública.
En ese 2008
fueron muchas las reuniones en la escuela rural que en 2010 fue
cerrada por el gobierno al quedar solo un alumno. El libro escolar de
aquella época, que atesora Zulema con cariño, reseña el 5 de marzo
de 2008: “después de escuchar a los pobladores y al señor Víctor
Bravo (investigador de la Fundación Bariloche), podemos concluir que
el petróleo contamina y no nos va a descontaminar. Hay que impedir
los pozos de petróleo”.
En abril de ese
año y tras varios intentos frustrados, finalmente participó de la
asamblea el entonces titular del Codema, Oscar Echeverría, que se
comprometió ante los pobladores a realizar la remediación del
manadero y “no empezar la explotación sin audiencia pública
previa”, indica el libro de la escuela. Finalmente el gobierno
radical siguió adelante con la licitación, no se hizo ninguna
audiencia pública y todo quedó a la suerte de las empresas que
nunca más pusieron un pie en Ñirihuau.
“Creo que la
movida de la gente fue la que frenó la situación, los vecinos veían
que peligraba el trabajo tradicional con sus animales y que su
actividad chocaba con la explotación petrolera”, recordó Edgardo
Straini, que por entonces era el director de la Escuela 351 de
Ñirihuau Arriba.
José Gamez de la
organización ambientalista Comunidad del Limay (hoy disuelta)
rememoró que se sumaron al reclamo de los pobladores porque
“entendíamos que era parte del llamado plan IIRSA de América del
Sur, que preveía construcción de infraestructura que facilitaba el
drenaje rápido de la riqueza natural”.
Gamez señaló
que la exploración y explotación de hidrocarburos en Ñirihuau
Arriba “entraba en contradicción con la Reserva de Biósfera de la
Unesco que se había creado un año antes y la situación del
manadero natural también disparó lo que podría significar tener
una explotación de hidrocarburos acá. El mayor riesgo que veíamos
era la contaminación del lago Nahuel Huapi”, recordó.
El legislador
Alfredo Martín (Juntos) en esa época tuvo una activa participación
en el reclamo desde su rol de concejal de Bariloche e impulsó una
ordenanza que se aprobó por unanimidad por la que se declaró al
ejido de Bariloche “libre de la exploración y explotación de las
sustancias hidrocarburíferas y minerales”.
“No queríamos
la licitación del área hidrocarburífera de Ñirihuau porque
afectaba a la actividad turística de la que vive Bariloche y la
zona”, dijo Martín, que opinó que las empresas nunca llegaron
porque “no había consenso social”.
Un recurso tan
antiguo como la historia de la ciudad
La cuenca de
Ñirihuau tiene una superficie de 5.360 kilómetros cuadrados. Se
extiende desde las inmediaciones del lago Nahuel Huapi hasta Esquel.
La zona que se licitó era de 842.
La
exsubsecretaria de Hidrocarburos Tamara Pérez Balda dijo a los
pobladores en una de las asambleas en la que se presentó, que “hay
un reservorio de gas” y señaló que existe en el lugar “un
petróleo inmaduro, que está en superficie y no es apto para ser
producido”.
La historia
comenzó con la Compañía Chileno-Argentina. Al crudo de esta zona,
según precisó el profesor de Historia Karim Nasser en una nota
publicada en “Río Negro”, “se lo podía encontrar en los
puertos del sur de Chile como brea para la reparación de barcos o
como aceite para iluminación (...) la intención de la empresa era
utilizarlo como combustible para sus embarcaciones, que recorrían el
lago Nahuel Huapi o comercializar alguno de sus derivados en la zona.
La experiencia tuvo poco éxito y las exploraciones y perforaciones
fueron abandonadas al poco tiempo”, aseguró.
El crudo
incompleto que sale del suelo
- Hay registros de pozos de la Compañía Chileno-Argentina entre 1910 y 1930.
- Existe un manadero natural de petróleo ubicado en el establecimiento La Lucha, de Enrique Crespo.
- A pesar de una inicial tarea de remediación en 2008, continúa brotando petróleo y llega al arroyo Las Minas.
Se autorizó la
exploración en el 2008 y se anuló en el 2012
El plan de
hidrocarburos de Río Negro que la Provincia lanzó en 2008 dispuso
la exploración y explotación de la cuenca de Ñirihuau. En febrero
se abrieron los sobres y se conoció que solo la Ute ypf-Pluspetrol
tenía intereses en la zona. En octubre -meses después
de las asambleas populares en Ñirihuau Arriba- el gobernador
Miguel Saiz firmó el decreto 1071 que adjudicó el área a
YPF-Pluspetrol, que por entonces debía realizar una inversión de 17
millones de dólares en el primer período de exploración.
En los años
siguientes no hubo novedades de las empresas en Ñirihuau Arriba y el
4 de abril de 2012 el gobernador Alberto Weretilneck anunció la
anulación del contrato de concesión por “incumplimiento de
inversiones”. Esta medida se dio días antes de que la entonces
presidenta Cristina Fernández de Kirchner concretara la estatización
de YPF que estaba en manos de la española Repsol. La decisión se
tomó “en virtud de la falta de cumplimiento de la empresa a los
compromisos de inversión” y se agregó que también “en todo el
departamento de Bariloche no pueden haber exploraciones de petróleo
ni de minería que afecten el medio ambiente”.
“El petróleo [de la cuenca de Ñirihuau] es contaminante y va a perjudicar a los pobladores y al dueño del campo”.
Escrito en el
libro de la Escuela 351 tras una asamblea.
Fuente:
Soledad Maradona, El petróleo brota en la estepa y va directo al Nahuel Huapi, 21/09/18, Río Negro.
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