Central nuclear Tihage, Bélgica |
Durante su visita a la Universidad de Aquisgrán, el presidente francés Macron hizo campaña a favor de sus reformas. A pesar de las ovaciones y de la cálida acogida, hubo también desilusión entre los estudiantes.
por Andreas
Noll
Debido a varios retrasos, los estudiantes tuvieron que esperar largo tiempo para que llegara el presidente francés, Emmanuel Macron. Pero cuando finalmente arribó y entró en la sala de conferencias más grande de la Universidad Técnica de Aquisgrán, cerca de 1.000 estudiantes e invitados lo recibieron con ovaciones. Macron tuvo la sala de su lado, por lo menos hasta que una alumna formulara la primera pregunta del encuentro. Entonces, el ambiente en la sala–según dijo una estudiante al cabo del evento– fue más cercano al de un mitin de Macron en la campaña electoral francesa que al de una visita de cortesía al extranjero. Y no era para menos: los estudiantes estaban interesados en el programa del presidente, y el presidente, obviamente, interesado en buscar seguidores, incluso en el extranjero.
Macron jugó de
local
A pesar de
ciertas dificultades, sus oponentes más acérrimos no se hicieron
sentir en la audiencia; todo funcionó acuerdo a lo planeado. Su
campaña por una Europa fuerte, por valores comunes como el legado de
la Ilustración, "la combinación única de libertad e igualdad
en Europa", fue claramente del agrado del público, que
reiteradamente aplaudió las respuestas de Macron.
El momento de las
preguntas fue más un partido en campo propio para el exestudiante de
filosofía que un intercambio intelectual y debate público sobre su
política; Macron fue celebrado por los presentes como actualmente no
se celebra a otros líderes internacionales. "Él es el único
estadista en Europa que trata de marcar la diferencia", aseguró
Anna, una estudiante de arquitectura de 21 años. La campaña de
Macron por una eurozona, además de su escepticismo sobre las nuevas
rondas de ampliación de la UE, fue bien recibida por ella.
La "Universidad
Europea" de Macron
¿Y qué dijo el
presidente sobre el futuro del lugar con el que obviamente se siente
tan cómodo, el lugar tradicional de creación de conocimiento y
mediación? Cuando se le preguntó, Macron esbozó el panorama de un
paisaje universitario europeo competitivo. Ya en su discurso a los
estudiantes de la Sorbona de París en septiembre de 2017, Macron
había presentado el plan de una "Universidad Europea":
para 2024, se debería crear una red de hasta 20 "universidades
verdaderamente europeas". Un plan que Macron intentó
concretizar en Aquisgrán.
No se construirán
nuevas universidades a cuya entrada se les adhiera la etiqueta de
"Universidad Europea", explicó Macron, quien abogó por
asociaciones de departamentos de diferentes países. Ya sea
filosofía, matemáticas o economía, la fusión de universidades de
alto rendimiento "de tres, cuatro Estados" podría crear
una universidad europea con el peso crítico necesario para la
investigación de vanguardia. "¿Por qué tantas universidades
estadounidenses y chinas tienen tanto éxito hoy en los rankings?",
preguntó Macron, quien se respondió a sí mismo: "Porque
tienen el tamaño necesario".
También Angela
Merkel se ha percatado de la idea de Macron de una universidad
europea. En su discurso de concesión del Premio Carlomagno unas
horas antes, mencionó explícitamente el concepto, el cual sigue
siendo en gran medida inconcreto.
Sin promesas
concretas
Al término del
evento, mientras muchos estudiantes se subieron al podio en busca de
selfies, los cuales Macron dio voluntariamente con mucha paciencia,
otros hicieron un balance del encuentro en el vestíbulo. Y en muchas
discusiones se escuchaba el mismo tema: la posición de Macron sobre
la central nuclear belga Tihange. "Es un político agradable, un
muy buen orador", dijo el científico informático Tom de 21
años. "Sin embargo, la respuesta sobre Tihange fue muy
decepcionante para mí", agregó.
Tihange 2 es el
nombre de un reactor belga cerca de Aquisgrán. Durante años, un
gran número de personas en la región fronteriza ha estado pidiendo
su cierre porque consideran que las miles de pequeñas grietas en el
reactor son un riesgo de seguridad incalculable.El foro de expertos
atómicos Inrag declaró recientemente que Tihange viola las normas
de seguridad reconocidas internacionalmente.
Muchos
estudiantes esperaban apoyo de Macron en este asunto, después de
todo, el Estado francés posee el 20 por ciento de las acciones del
operador belga. Pero los adversarios del uso de energía nuclear
quedaron decepcionados. El visitante de París respondió con un
feroz alegato a favor de la seguridad de la tecnología de la planta
de energía nuclear francesa y atacó frontalmente contra la central
eléctrica de carbón alemana, que produce CO2 mucho más dañino en
contraste con la energía nuclear. Y así, al final, para muchos
estudiantes, la conclusión fue: un presidente simpático, pero
cuando se trata de algo en concreto, Alemania y Francia a menudo
simplemente tienen intereses diferentes.
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Fuente:
Andreas Noll, Energía atómica, el límite de la amistad con Macron, 11/05/18, Deutsche Welle. Consultado 11/05/18.
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