A las obras de
fondo para solucionar la emergencia en Villa El Libertador le faltan
justamente esto: fondos.
Abajo del piso,
no hay nada. A los vecinos de Villa El Libertador, que viven sobre
una delgada cáscara de apariencia de suelo firme, no es fácil
pedirles que confíen en un anuncio oficial.
Desde hace varias
semanas, se movilizan otra vez en una campaña que exige “Cloacas
Ya” para todo el barrio del extremo sur de la ciudad de Córdoba.
Como todos los sectores que tienen obras comprometidas, pero no
iniciadas por la Nación, temen quedar en el renglón de los gastos
suprimibles para reducir el déficit estatal.
En un radio de 34
manzanas, está declarada la emergencia. Fue producto de lo mismo que
hacen ahora: no quedarse esperando que lleguen las soluciones.
Más de un año
atrás, la Justicia admitió el amparo de una decena de vecinos y
puso sentido común a la batalla de jurisdicciones entre Provincia y
Municipalidad para ver de quién era (y de quién no) el problema: es
de los dos.
Desde entonces,
la Provincia inició un ducto cloacal sobre calle Defensa, que estará
terminado en octubre. Y la Municipalidad ordenó más de 12 mil
desagotes, el paliativo que instruyó la Justicia para evitar más
hundimientos de casas por el nivel de las napas freáticas.
Pero el ducto
todavía no son las cloacas: para las conexiones domiciliarias hacen
falta otros 300 millones de pesos, que pagaría la Nación vía el
Ente de Obras Hídricas y Saneamiento (Enohsa) para todo el barrio
que no está en emergencia.
En las 34
manzanas críticas, se haría uso de otros 150 millones de pesos del
Banco Mundial y no sólo incluiría las cloacas, sino alumbrado,
espacios verdes y mejoras dentro de los lotes.
La Municipalidad
dice que ya hizo su parte, en los dos casos: envió los proyectos al
Enohsa y al Banco Mundial y no recibieron objeciones técnicas. Pero
los fondos no aparecen. Por esto, el intendente Ramón Mestre pidió
a sus funcionarios de Redes que salieran a contener la desconfianza
del barrio (que teme entrar en la reducción del déficit que tiene
que operar la Nación) y que adelantaran algunos trabajos.
El financiamiento
del Banco Mundial exige una contraparte del 30 por ciento de la
Municipalidad. Y por ahí se empieza: ya se licitó el drenaje lineal
para las manzanas de la emergencia, por unos 16 millones de pesos.
Este sistema bajará el nivel de las napas freáticas hasta un 80 por
ciento.
En algún
momento, llegará el 70 por ciento del BM y se despertará el Enohsa,
se esperanzan. Mientras tanto, la ampliación de Bajo Grande, que
financian Provincia y Nación, sigue en obra.
Pero hay otras
inversiones cloacales que están demoradas. Todavía no se pudo
enviar la adenda al Concejo Deliberante para que se defina el destino
concreto del aporte de más de 300 millones para mejorar la planta
actual de Bajo Grande al que está obligada Corporación América en
compensación por la plusvalía que obtiene de la explotación del
predio del ex Batallón 141.
El grupo
Eurnekian tampoco puso primera en otro compromiso: una nueva conexión
desde el parque Sarmiento hasta barrio San Vicente, desde donde se
empalmará con la estación depuradora cuando esta amplíe su
capacidad. Esto en compensación por la enorme fortuna de que, justo
en uno de los límites de su perímetro, la avenida Cruz Roja, pasa
una cloaca máxima, construida por la Provincia, que permitirá la
conexión de todo el desarrollo inmobiliario a la red.
Fuente:
El temor a caer en el agujero negro del déficit, 20/05/18, La Voz del Interior. Consultado 24/05/18.
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