El
95 % son aves y forman parte de la fauna autóctona. Seguimiento por
Internet, teléfonos satelitales, inteligencia previa, canes
entrenados; las nuevas herramientas para detectar los ilícitos.
En el
medio de una ruta cordobesa, un colectivo es detenido por un control
colocado allí y que específicamente lo estaba esperando. Sólo a
ese, no al resto de los vehículos que circulaba por esa misma vía.
Dentro
de la unidad, la mayoría de los pasajeros bufa y reniega porque no
saben de cuánto será la demora.
Pero,
uno de ellos no tiene esa sensación, es invadido por otras: temor y
la preocupación. Sabe que lo buscan a él, porque es consciente de
lo que está haciendo más allá de que parezca un usuario más del
colectivo.
En
ese instante, la Policía y unos señores vestidos con otros
uniformes le piden a los choferes que abran las bodegas. Y la
sorpresa para el 99% de los pasajeros es mayúscula.
De
ese lugar comienzan a asomar jaulas y cajas que contienen aves,
vivas, entrampadas hace un par de horas en sierras y campos de
Córdoba y que tienen como destino intermedio Buenos Aires o el norte
argentino, para ser vendidas al exterior como el lugar final de
comercialización.
El
tráfico de fauna silvestre en nuestra provincia es una realidad tan
cercana como el contrabando de drogas. De hecho, a nivel mundial está
en el tercer lugar luego de las armas.
Y esa
actividad ilegal tiene tal complejidad como las dos primeras. En
Córdoba, la encargada de combatirla es la Policía Ambiental, que
depende del gobierno de la Provincia.
Y,
lejos de aquellos tiempos donde había controles al azar o basados en
algunas denuncias anónimas o datos de informantes, los operativos
para detectar los ilícitos están más relacionados con el difícil
entramado que tejen los que se dedican al contrabando de especies
autóctonas.
Teléfonos
satelitales, seguimiento por Internet a cada minuto, un departamento
de Inteligencia, modernos aparatos de comunicación y canes
entrenados especialmente para detectar la presencia de fauna entre
decenas de bolsos son sólo algunos de los elementos de los que
dispone esta Policía, además de un personal especialmente entrenado
y vinculado con el medio ambiente.
“Tenemos
una brigada de canes única en Latinoamérica que fue entrenada para
tal fin y que nos ha permitido eficientizar los operativos”, dijo a
Dia a Día+Vía Córdoba, Adrián Rinaudo, jefe de la Policía
Ambiental.
“Nosotros
apuntamos a los grandes traficantes, no a las personas que tienen en
su casa un ejemplar de fauna silvestre que, si bien es ilegal, no
tiene el impacto ni el daño que causan los primeros” remarcó.
El
funcionario señaló que año tras año se van incrementando los
operativos y los animales que son recuperados de este tipo de
contrabando, pese a que es un delito tan complejo de combatir.
En
números. El año que pasó en Córdoba (2017) dejó como saldo nada
menos que el rescate de 1.217 ejemplares de fauna silvestre de los
cuales 1.161 (más del 95 %) fueron aves.
Entre
las aves secuestradas se contaron 55 especies diferentes, siendo la
mayor cantidad de estos pájaros (cardenales, semilleros, reinamoras)
pero también loros, aves rapaces, lechuzas, etcétera.
Entre
los mamíferos se secuestraron monos, pumas, quirquinchos y vizcachas
(50 ejemplares durante 2017).
Aves,
lo más buscado. Más de la mitad de los ejemplares secuestrados
(unos 649) pertenecían a solo 5 especies (jilguero, loro hablador,
reinamora, cardenal común y semillero).
“Este
tipo de especies es muy codiciada en el exterior, se encuentra en
Córdoba y las buscan por su pelaje colorido, por su belleza y su
canto. Como son singulares tienen un precio elevado en el mercado
negro”, remarcó Rinaudo.
Explorando
en Internet, se puede apreciar pese a que la actividad es ilegal,
ofertas de jilgueros a precios en euros, entre los 60 y los 120, lo
que equivale a los 1.500 a 3.000 pesos por cada ejemplar sólo de una
especie.
Córdoba
no sólo es un lugar de captación por parte de los traficantes de
fauna silvestre, también lo es de paso de otros animales que llegan
desde distintas provincias y buscan como salida el extranjero.
De
acuerdo con datos que posee el Ministerio de Ambiente de la Nación,
Argentina es generadora de tráfico, triangulación y demanda de
especímenes silvestres con destino a países de la Unión Europea.
Según
datos extraoficiales que posee el organismos, los mayores cuellos de
botella están en cuatro provincias: Buenos Aires, Rosario, Mendoza y
Córdoba.
Las
rutas y ciudades. ​En nuestra provincia, los ejemplares de
aves fueron secuestrados por Policía Ambiental en 39 localidades.
Las
que registraron mayor cantidad de animales recuperados fueron: Río
Cuarto, con 170 especies, Las Varillas, con idéntico número,
Córdoba Capital, con 152, James Craik, con 130 y San Basilio con
116.
Estas
cinco localidades representan el 62 % de los secuestros.
Cabe
aclarar que el gran número de ejemplares para la localidad de Las
Varillas se debe a un secuestro de 146 pichones de loro hablador en
un control de ruta.
Infractores,
multas sin cárcel. La Policía Ambiental lleva adelante una tarea
administrativa y sus facultades llegan sólo hasta la aplicación de
multas.
Desde
el punto de vista penal, sólo puede realizar una presentación si en
el secuestro se comprueba una violación a la Ley Sarmiento.
En
declaraciones al diario Clarín, el secretario de Política Ambiental
de la Nación, Diego Moreno, admitió que pese a todos los avances y
operativos llevados a cabo en todo el país, este tipo de tráfico es
un delito excarcelable.
Al
día de hoy no hay una sola persona condenada. Pagan la fianza y se
van.
”Las
leyes que existen son muy viejas, nosotros lo que estamos tratando de
proponer es una actualización de la normativa en lo que respecta a
fauna silvestre”, dijo Rinaudo.
Fuente:
Tráfico de fauna en Córdoba: 1.217 animales rescatados del contrabando en un año, 17/03/18, Día a Día + Vía Córdoba.
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