Vivero
Nativas Jesús María es un proyecto creado hace dos meses por un
grupo de jóvenes estudiantes de las carreras Biología y
Guardaparque. Haciendo semillas y plantines, pretenden sensibilizar y
concientizar a la sociedad sobre la importancia y los beneficios de
la vegetación autóctona.
Jesús
María. “El monte nos necesita”, afirma Luca Gimenez, uno de los
mentores. La idea se concretizó luego de una publicación en su
Facebook que tuvo gran repercusión.
La
alteración del microclima, las inundaciones y la ausencia de sombra
son síntomas de la falta de monte nativo, una situación que alerta
a toda la provincia (posee sólo un 4 por ciento).
El
ecosistema y la biodiversidad se ven amenazados por el monocultivo y
el negocio inmobiliario. Jesús María no es la excepción.
En
este marco, un grupo de personas creó el proyecto para poner en
práctica sus conocimientos. Algarrobos blancos, Espinillos, Ceibos y
Robles son algunas de las nativas que están germinando para
compartir: regalarlas, reforestar, producir alimentos y compartir
información sobre la falta de monte y sus consecuencias.
Sobre
el Proyecto
El
equipo autoconvocado se propone trabajar en el reconocimiento de
especies y en la concientización de los beneficios ambientales,
sociales y medicinales que ésta trae.
Poseen
un fuerte acento comunitario: “Queremos repartir semillas, plantar
árboles y fomentar la creación de huertas”.
Las
escuelas y los centros vecinales son los principales destinatarios.
Actualmente,
no poseen un espacio físico estable, pero las reuniones suceden en
la casa particular de Gimenez, en calle López y Planes 115. Existe
la posibilidad de utilizar el Vivero Municipal -ubicado en la ex sede
de “El Principito”- pero aún
Esta
iniciativa cuenta con el Parque del Oeste, ya que “contiene la
esencia misma del monte” y es el escenario para conocer plantas
autóctonas como Algarrobos, Tucas, Aromitos, Chañares, Espinillos y
reconocer fauna nativa como liebres, zorros, serpientes, insectos y
más de 110 especies de aves. Allí realizan caminatas guiadas.
El
árbol que tapó el bosque
El
Parque del Oeste está compuesto por 60 hectáreas de tierras
fiscales reconocidas por el municipio luego de que un grupo de
vecinos presentó un proyecto que en el año 2015 se convirtió en
Ordenanza, aprobado por unanimidad en el Concejo Deliberante. Sin
embargo, hoy en día la reserva no realiza actividades.
Marianela
Piazzano -integrante de Ateneo Construcción Política, impulsora de
la recuperación de ese monte nativo- manifiesta con lamento que la
Municipalidad no avance en la creación de una mesa de gestión.
Sólo
el cartel identifica este espacio, que carece de cuidado y atención
por parte del Estado.
Asegura
que no hay seguridad, porque hubo hechos delictivos, y que lo
pretenden del municipio sólo recursos humanos, no económicos.
Piazzano
dice que la reserva“es un logro para tener la ciudad que uno
quiere”, pero asegura perder las fuerzas ante la desidia de
aquellos que se olvidan de ella y sólo la consideran para
actividades puntuales como una campaña de reforestación realizada
con el Rotary Club.
El
pulmón verde a pulmón
Ambas
iniciativas autoconvocadas hacen frente a la presencia casi nula de
bosque nativo en la Provincia e insinúan la necesidad de que la
conciencia ambiental sea política y compromiso del Estado.
Los
logros son resultado de la suma de esfuerzos individuales más que de
agenda política.
Pese
a que en Jesús María Proyecta se habló mucho de la incorporación
de esta zona a las actividades que propongan los vecinos, tanto como
zona de recreación, prácticas deportivas y vida en la naturaleza
como de investigaciones y preservación de la flora y la fauna.
Inseguridad
Del
mismo modo que la ciudad no está al margen de las amenazas al
ecosistema y la biodiversidad, la seguridad es otra materia pendiente
en la zona del Parque del Oeste.
Semanas
atrás, dos de los voluntarios que producen germinaciones de especies
nativas fueron atacados por tres menores de edad, que les robaron
las mochilas con todas sus pertenencias -incluidos documentos- y las
zapatillas.
Pese
a que fue suministrada información a la Policía sobre quienes
serían los autores del robo, los datos fueron desestimados porque
los denunciantes pidieron no revelar la fuente. Es que en esa zona,
al parecer, ya hubo situaciones similares y la Policía reveló la
identidad de sus informantes, que después recibieron amenazas.
Fuente:
Sembrar conciencia por el monte nativo, 23/03/18, El Despertador.
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