Biólogas de una ONG concientizan sobre su importancia natural. Ayudaron a resolver la invasión de estos animales que sufrió la semana pasada el colegio Carbó.
por
Gabriel Esbry
“Los
murciélagos tienen mala prensa, pero son indispensables para el
equilibrio biológico, tanto en el campo como en las ciudades”.
Quien habla es Sabrina Villalba, una de las biólogas que integra el
Programa de Conservación de Murciélagos en Argentina (PCMA),
fundación que la semana pasada colaboró en resolver la invasión de
estos animales en el colegio Alejandro Carbó.
Junto
con Lourdes Boero, Ailín Aguirre Varela y Verónica Damino, Sabrina
trabaja desde hace varios años en educar e informar a la población
cordobesa sobre la importancia de los murciélagos en la naturaleza.
“Hay
muchos mitos sobre los murciélagos, y por eso la gente les tiene
miedo. Pero la mayoría de las especies cumplen una función muy
necesaria en los ecosistemas en los que habitan. Por ejemplo, las
especies insectívoras llegan a comer entre 300 y 400 insectos por
noche, cada individuo. Y ello tiene un efecto controlador de plagas
importantísimo”, explicó en diálogo con La Voz.
Junto
con sus compañeras, no sólo estudian las diferentes especies de
murciélagos que habitan en Córdoba, sino que también dan charlas
en colegios de toda la provincia concientizando a docentes y a
alumnos sobre el rol que estos mamíferos tienen en la naturaleza.
“En
Córdoba, una de las mayores colonias está en una cantera de
Dumesnil, donde hay más de un millón de individuos. En nuestra
provincia hay 15 especies diferentes, de las 67 que existen en el
país, y de las más de 1.200 que hay en el mundo”, indicó
Sabrina.
Las
cuatro integrantes de PCMA en Córdoba cumplieron la semana pasada
una tarea central frente a la invasión de murciélagos que dejó
durante tres días sin clases al colegio Carbó.
“Lo
primero que planteamos es que no se fumigue el establecimiento,
porque eso podía matar a los murciélagos. Luego, retiramos algunos
ejemplares que estaban en el interior del colegio, y propusimos abrir
espacios para que los que estaban en el patio pudieran salir al
exterior”, relató Sabrina.
Los
murciélagos que “coparon” el Carbó eran de la especie conocida
como “cola de ratón” (Tadarida brasiliensis), debido a que su
cola sobresale de la membrana que los envuelve. Son pequeños (miden
nueve centímetros), se alimentan de insectos y no son agresivos.
Fuente:
Gabriel Esbry, Batichicas: al rescate de los murciélagos cordobeses, 12/03/18, La Voz del Interior.
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