El llamado de la Corte a audiencia pública para avanzar en el cumplimiento de obras vuelve a poner el eje en la relocalización de familias gravemente afectadas.
La población que
se ha ido asentando en una franja estrecha a orillas del Riachuelo
hace tiempo que sufre problemas de salud que serán mayores si no es
reubicada prontamente, tal como la Corte Suprema ha ordenado. Ocurre
que, a pesar de haber transcurrido nueve años de aquel fallo del
máximo tribunal de Justicia de la Nación y por el cual el Estado
nacional, la ciudad de Buenos Aires y la provincia homónima quedaron
obligados a reparar el daño ambiental que se ha venido produciendo
en el Riachuelo y sus márgenes, ha sido insuficiente el progreso de
las obras, con el consiguiente perjuicio para quienes viven en esa
cuenca. Entre otras cosas, se ha demorado el Plan de Urbanización de
Villas y Asentamientos Precarios, que se encuentran a la espera de
una solución que debe alcanzar no solo a las 17.771 familias
consideradas inicialmente, de las cuales solo el 20 % han recibido una
mejor vivienda, según datos de fines del año último.
En un
pronunciamiento de noviembre pasado, la Corte había advertido sobre
graves deficiencias en los informes presentados por la autoridad de
cuenca Acumar, por lo que ordenó su adecuación. Entre otras cosas,
dispuso que se proporcione información específica sobre cuestiones
particularmente sensibles relacionadas con la construcción de
viviendas para la relocalización de los habitantes de esa ribera, el
control y el seguimiento de las personas que sufren alguna enfermedad
vinculadas con la contaminación y un tratamiento especial respecto
de la salud de los niños de hasta seis años.
El viernes
último, el alto tribunal convocó a una nueva audiencia pública por
la contaminación en el Riachuelo, que deberá realizarse el 14 del
mes próximo para que las partes involucradas expongan sobre los
avances en la recomposición del daño ambiental registrado en la
cuenca.
En rigor,
subsisten muchos de los asentamientos que ya estaban allí en 2010.
Lamentablemente, se han sumado otros y, con ello, ha crecido la
vulnerabilidad de sus habitantes y el riesgo sanitario. La razón
fundamental que retiene a la mayoría de los vecinos en un lugar tan
adverso es la proximidad de sus fuentes de trabajo. Solo una parte de
ellos con problemas de salud pudieron lograr su reubicación.
Entre otros
factores riesgosos para los habitantes del lugar están las
industrias productoras de residuos contaminantes, que originan
afecciones en la piel y las vías respiratorias. En un informe
presentado por varias asociaciones se advirtió que la situación de
la cuenca sigue siendo "altamente problemática" y, junto
con la Defensoría del Pueblo de la Nación, a la que la Corte
designó para el control de estos fallos, se señalaba que se han
cometido serias violaciones del derecho de las personas a la hora de
la reubicación. También ponía énfasis en las deficientes
condiciones de las obras, de sus aspectos edilicios, y la ausencia de
una política de ordenamiento territorial y de gestión del suelo.
La decisión
obedeció a que esas 17.771 familias calculadas hasta ese momento
eran las que mayor riesgo tenían de sufrir los perjuicios de las
inundaciones y la contaminación.
Santiago
Sarachian, director general de Relocalización y Urbanización de
Villas del Instituto de Viviendas de la Ciudad, admitió en su
momento demoras en los trabajos, que atribuyó a la necesidad de
crear un sistema de administración y de áreas específicas para
gestionar. Había, además, falta de financiamiento suficiente y de
trabajo articulado con la Nación -que aporta el 70 % de los fondos-,
cuestiones que se han ido superando, pero aún falta.
Los retrasos en
el conurbano eran mayores. Según refirió Evert Van Tooren,
subsecretario de Tierras, Urbanismo y Viviendas de la provincia de
Buenos Aires, al hacerse cargo de su función, el 90 % de las obras
estaban paralizadas por problemas de pago a causa de la inflación.
Hace poco tiempo se ha podido reactivar el plan de construcciones. Se
trata de trabajos complejos y múltiples, cuya demora en la ejecución
por problemas de financiamiento ha sido excesiva.
Es de esperar que
con la puesta a punto de los proyectos y con la renovada convocatoria
de la Corte para que las partes brinden sus informes sobre la base de
la actualización de las ejecuciones previstas, muy pronto todas esas
familias encuentren una solución que les permita vivir de una manera
digna, sin riesgos de enfermarse por causa de la desaprensión y la
falta de controles.
Fuentes:
Fuentes:
Riachuelo: contaminación ambiental y riesgo para la salud, 19/02/18, La Nación. Consultado 20/02/18.
La obra de arte que ilustra esta entrada es "Fin de Jornada" del artista Vicente Bento.
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