Lo señalaron
científicos del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de
Chascomús y del Centro de Investigaciones del Medio Ambiente de La
Plata. Sería el primer estudio de este tipo en el país.
por Roberto Andrés
Un estudio
publicado el pasado martes 20 de este mes en la revista Science
Direct y que estuvo a cargo de un grupo de científicos del Instituto
de Investigaciones Biotecnológicas de Chascomús y del Centro de
Investigaciones del Medio Ambiente de La Plata, señaló que “se
detectaron residuos de herbicidas en el 40 % de los lagos pampeanos,
lo que sugiere que el glifosato y el AMPA son contaminantes
habituales de las aguas estancadas de la provincia de Buenos Aires”.
El estudio,
titulado Ocurrencia y niveles de glifosato y AMPA en lagos someros de las regiones pampeana y patagónica de Argentina, estuvo a cargo del
químico especializado en contaminación ambiental Damián Marino y
de los biólogos especializados en ecología Manuel Castro Berman,
María Victoria Quiroga y Horacio Zagarese, quienes señalaron que se
trataría del “primer estudio que informa la ocurrencia y las
concentraciones del herbicida en los lagos de agua dulce de
Argentina”.
“Examinamos 52
lagos poco profundos de la región de la Pampa (Provincia de Buenos
Aires, Argentina) para evaluar la ocurrencia y las concentraciones de
glifosato y su principal producto de degradación (AMPA). Como
comparación, también muestreamos lagos poco profundos de un área
sin uso agrícola de glifosato (Patagonia norte)”, señalaron los
científicos.
Según los
resultados, “dentro de la región de Pampa se detectaron residuos
de glifosato en > 40 % de las muestras”. Sin embargo, “el
herbicida no se detectó en muestras de la región patagónica”.
Según aclaran los científicos, los residuos de glifosato se
detectaron con mayor frecuencia en sedimentos y aguas superficiales
que en las muestras de material en partículas suspendidas (SPM).
Por otro lado,
rara vez se detectaron juntos el glifosato y el AMPA (las dos
excepciones fueron los lagos La Luján y Chasicó). “Tal patrón de
ocurrencia aparentemente mutuamente exclusivo no ha sido anticipado.
La frecuencia de detección de glifosato fue mayor (30,8 % de los
lagos) que la de AMPA (13,5 % de los lagos)”, indicaron.
El glifosato es
un herbicida sistémico de amplio espectro utilizado para matar
malezas que compiten con cultivos comerciales. En Argentina el uso de
herbicidas a base de glifosato aumentó dramáticamente desde la
introducción de cultivos resistentes al herbicida, como la soja
transgénica y el maíz transgénico, y la adopción de prácticas
sin labranza en la década de los 90. Estos herbicidas son hoy los
más utilizados en el país, donde se aplican de 180 a 200 millones
de litros al año.
Sin embargo, las
fuertes diferencias regionales en las prácticas agrícolas son
notables, ya que mientras el glifosato se usa ampliamente en la
provincia de Buenos Aires, donde más del 70 % de la tierra
cultivable está comprometida con las prácticas de NTF (cultivo sin
labranza), su uso agrícola se limita a áreas muy específicas de la
Patagonia, siendo prácticamente insignificantes en la mayor parte de
esta región.
El estudio
recopiló diferentes piezas de información “que pueden ensamblarse
para producir una imagen preliminar de la ocurrencia del herbicida”
en lagos pampeanos poco profundos: el herbicida con mayor presencia
fue el glifosato (o su producto de degradación, AMPA), pero la
detección simultánea de ambos químicos fue infrecuente. De manera
similar, el herbicida se detectó más a menudo en los sedimentos.
Aunque no hubo diferencias obvias en la detección de herbicidas
entre cuencas hidrográficas (o entre lagos rodeados de paisajes
contrastantes), sí las hubo, y en gran medida, entre los lagos
cercanos en donde las muestras fueron tomadas casi al mismo tiempo.
Por último, la “frecuencia de determinaciones positivas” fue
alta en septiembre-octubre, pero prácticamente nula en
noviembre-diciembre.
“En conjunto,
todos estos datos sugieren que el proceso de transporte y degradación
de herbicidas es altamente dinámico y complejo”, señalaron los
especialistas. “Es probable que los procesos a escala regional
dicten el momento de los pulsos del herbicida, debido a las mayores
tasas de aplicación y el derrame de agua debido a eventos de lluvia.
Sin embargo, el proceso local (es decir, las decisiones de los
agricultores sobre los cultivos y el tiempo de aplicación de los
herbicidas, el lavado de la maquinaria de fumigación) probablemente
desempeñen un papel importante. Por lo tanto, la contribución del
glifosato a la contaminación del lago sigue siendo altamente
impredecible”.
Fuente:
Roberto Andrés @RoberAndres1982, El 40 % de los lagos pampeanos bonaerenses está contaminado con glifosato, 25/02/18, La Izquierda Diario. Consultado 27/02/18.
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