lunes, 6 de noviembre de 2017

Tres años para tres casas y no están listas

Tras cinco frenos, el lunes pasado se retomó la construcción de las viviendas dañadas por la explosión en Alta Córdoba. Las familias afectadas por la tragedia esperan volver a vivir a fines de año en pasaje Cordeiro.

por German Pandolfi

Tres años exactos se cumplen hoy de la explosión en la Química Raponi, en barrio Alta Córdoba, y aún no se terminó la reconstrucción de tres viviendas dañadas severamente que debieron demolerse ante los riesgos de derrumbe. Las tres familias afectadas, que debieron mudarse del pasaje Cordeiro (al 2971 de calle Avellaneda), siguen esperando que las obras edilicias se completen, pero son optimistas de que pasarán Año Nuevo en el lugar donde vivían, a metros del sitio del estallido.

La construcción de las tres unidades habitacionales sustitutas se frenó en cinco oportunidades por falta de pago de la Municipalidad de Córdoba a la contratista elegida para devolverles el techo a las familias Luna, Perdiguero y Juárez. Fuentes del Ministerio de Desarrollo Social provincial confiaron que el último stop de obra fue el 9 de junio pasado.

Finalmente, los trabajos se retomaron el 30 de octubre y la Provincia estima que estarán finalizados a fines de diciembre. Las viviendas verifican cerca de 90 por ciento de avance. Una se construye encima de otra, y la restante, al lado.

Queremos pasar fin de año donde vivíamos antes de la explosión; estamos cansadas de renegar y venimos insistiendo mucho para que nos terminen la casa de una vez”, dijeron Débora y Camila Luna a La Voz. Estas hermanas ocuparán una de las tres viviendas en construcción junto a otros tres miembros de su familia.

Recordaron que el 29 de enero perdieron a su abuelo Ramón Perdiguero a raíz de un cáncer. “Esperaba con ansias la nueva casa y se entristecía porque la obra no avanzaba; murió y no vio concretado su anhelo de volver a vivir acá”, lamentaron.

Otra de las viviendas será para la familia de Betty Perdiguero y sus tres hijos. Esta mujer es tía de Camila y Débora, y reside temporariamente en Alta Córdoba. La restante casa quedará para Alfredo Juárez, también tío de ambas.

Excepto la de Juárez (más pequeña), las otras dos viviendas tendrán tres dormitorios, cocina, comedor, baño y patio.

Actualmente, los Luna residen en una vivienda que les alquila la Provincia, en calle Tucumán al 2000. Lo mismo ocurre con Perdiguero y su familia.

Las hermanas Luna están agradecidas con el Gobierno provincial. “Nos trató bien desde el primer momento, paga el alquiler y nos dio materiales para la reconstrucción de la vivienda; el municipio se demoró en pagar a la constructora y por eso se detuvo varias veces la obra”, comentaron.

La Municipalidad se excusó de brindar declaraciones al respecto, aunque fuentes oficiales admitieron dilaciones en el pago a la contratista.

El lugar, hoy
El sitio donde se produjo la explosión de la Química Raponi está invadido por yuyos y basura. En el depósito donde funcionaba la fábrica sólo se observa un playón con piso de cemento y medianeras; lo demás fue demolido.

Algunas familias continúan viviendo en cercanías de la “zona cero” (donde se produjo el estallido de los químicos); otras se marcharon del barrio; y a mediados de este año otra familia decidió retornar a la vivienda que habitaba en Avellaneda al 2900.

Al fondo del pasaje Cordeiro permanecen de pie otras viviendas judicializadas que estaban ocupadas por 10 familias, aunque con altas probabilidades de colapso. Nadie vive allí y aún no hay resolución de la Justicia de demoler.

Desde hace 35 meses, la Provincia paga el alquiler a estas 10 familias, decisión que le cuesta 65 mil pesos mensuales, indicaron fuentes de Desarrollo Social.

Efectos de la tragedia
Por la explosión del 6 de noviembre de 2014 murió en un hospital, días después, María Angélica Cueto (65 años). Y hubo más de 60 heridos.

Debido a la onda expansiva, también tuvo serias lesiones el adolescente Pablo Amaya, a cuya familia la Provincia le pagó el alquiler en un hotel céntrico durante un año. Este joven se refugió en la música y sigue en recuperación. Meses después, falleció otra mujer, aunque por causas más ligadas al estrés.

Centenares de viviendas ubicadas en las inmediaciones de la explosión sufrieron daños de mayor o menor cuantía. Algunos vecinos aún padecen problemas psicológicos.

Raponi, único imputado
El responsable de la química, Sergio Raponi, es el único imputado en la causa de la explosión en Alta Córdoba, por estrago doloso agravado por la muerte de Cueto. El Código Penal, en su artículo 186 inciso 5, estipula una pena de 8 a 20 años de prisión por este delito.

El año pasado, la causa fue elevada a juicio. Igual, Raponi continúa en libertad bajo fianza. Se presume que el proceso judicial demoraría meses.

En la causa se consigna que la “parcela 10”, donde se almacenaban materiales químicos peligrosos que detonaron, no había sido declarada al municipio por Raponi. O sea, no tenía habilitación.

Fuente:
German Pandolfi, Tres años para tres casas y no están listas, 06/11/17, La Voz del Interior.

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