viernes, 3 de noviembre de 2017

Deforestación: pese a que tuvo el nivel más bajo en 2016, alertan que sigue siendo alta

Se perdieron más de 135.000 ha, lo que equivale a seis veces la superficie de la Capital; ambientalistas piden mayores controles.

por Javier Drovetto

Un cementerio de árboles. Eso fue a mediados de año la chacra Las Rejas, en el noroeste chaqueño. Algarrobos, quebrachos y guayacanes esparcidos en 2900 hectáreas. Los tumbó una topadora. La empresa agropecuaria Cuenca del Salado preparaba el terreno para sembrar. La compañía consiguió que Chaco autorizara un cambio de zonificación con el que logró que parte del bosque ya no deba ser conservada. El desmonte es uno de los más grandes registrados este año y resulta representativo del avance sobre el bosque nativo hoy, diez años después de la aprobación de ley que consiguió desacelerar la deforestación, pero que está lejos de detenerla.

El año pasado desaparecieron 136.470 ha de bosques, una superficie que equivale a seis veces la Capital, según datos del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación surgidos del monitoreo de las 16 provincias que abarcan las cuatro regionales forestales más amenazadas, que son el parque chaqueño y en menor medida yungas, selva paranaense y espinal. Y lo que resulta dramático es que 58.281 de esas hectáreas eran de bosques que las provincias habían catalogado como "rojos" y "amarillos" por su valor de conservación. Según parámetros que instauró la ley, se categorizan como rojos los bosques que no deben sufrir ninguna transformación; como amarillos los que presentaban alguna degradación, pero pueden ser restaurados, y como verde los sectores poco conservados, por lo que se pueden hacer desmontes con permisos previos.

Al analizar las cifras de pérdida de bosques en los últimos 19 años, se diferencian dos períodos. Uno, entre 1998 y 2007, con una pérdida promedio de 300.000 ha por año. Y otro después de la sanción de la ley, entre 2008 y 2016, con una deforestación anual de 267.000 ha, pero con un marcado ritmo de descenso a partir de 2014, cuando baja a 190.000 ha y alcanza su mínimo histórico en 2016, con 136.000 ha. Esta cifra representa una tasa anual de deforestación del 0,5 % de los bosques del país, que ocupan 27 millones de hectáreas. Ese descenso le permitiría a la Argentina salir del noveno puesto en el ranking, elaborado por la FAO, de las naciones que más pérdidas de bosques reportaron entre 2010 y 2015.

Para el Gobierno, la baja está dentro de lo razonable. Y prometió que antes de 2030 se llegará a la meta de deforestación cero.

El avance de la siembra, principalmente de soja, y el de la ganadería son los principales motivos de desmontes. Mientras que las recategorizaciones irregulares de predios inicialmente protegidos para tipificarlos como verdes; las frágiles multas por desmontar sin permiso o en lugares prohibidos, y la falta de financiamiento del fondo nacional con el que se debe compensar a los dueños de bosques por preservarlos son las causas que colaboran con la deforestación.

"Muchas empresas sojeras compran campos en zonas amarillas, solicitan que cataloguen el predio como verde, lo consiguen y logran desmontar", describió Rolando Núñez, coordinador del Centro Mandela, un organismo dedicado a la investigación social que denunció al gobierno chaqueño porque, según establecen las pautas para actualizar las categorizaciones de bosques, los ajustes no pueden implicar un retroceso respecto de los niveles de protección.

Claudio Andreoli, titular de Cuenca del Salado y del predio Las Rejas, afirmó que la empresa no empezó ningún trabajo hasta que no consiguió los permisos. "El desmonte estuvo autorizado y cumplió todos los trámites que debe atravesar. Se hizo una audiencia pública en la que no hubo ningún tipo de oposición, un estudio de impacto ambiental, calicatas y otras tareas previas a que se autorice el cambio de zonificación por ser un terreno apto para la actividad agrícola", señaló.

Infractores
Según Greenpeace, luego del ordenamiento territorial hecho por las provincias, el 80 % de los bosques fue catalogado como zona roja o amarilla. "Eso fue importante, pero la presión y el avance de la agricultura y la ganadería sobre la región de bosque chaqueño son muy grandes", indicó Hernán Giardini, coordinador de la campaña de bosques de Greenpeace.

"Muchas veces la deforestación se frena porque el clima lluvioso no lo permite o porque no cierran los números para invertir en un desmonte", advirtió Fernando Miñarro, director de conservación de la Fundación Vida Silvestre.

Las multas para quienes desmontan en zonas prohibidas suelen ser altas, pero señalan que son difíciles de cobrar. En Santiago del Estero rondan los $ 16.000 por hectárea afectada. Sin embargo, según reconocieron en esa provincia, recaen sobre grandes empresas sojeras que judicializan el castigo. Esa situación, que se repite en Chaco y Salta, llevó a que Greenpeace reclamara que el desmonte y el otorgamiento de permisos de desmontes en zonas protegidas sean considerados delitos penales. "Hay una impunidad que las multas no resuelven", consideró Giardini. El Registro de Infractores Forestales creado por la ley de bosques, presenta información en sólo siete provincias.

La falta de financiamiento de la ley es otro de los puntos que las ONG marcan como determinantes para explicar por qué la deforestación ilegal no se detuvo. "Cada vez se comprometen menos recursos que podrían servir para recuperar bosques degradados, controlar que no haya deforestación ilegal y también para compensar a aquellos titulares de tierras con bosques", señaló Ana di Pangracio, directora ejecutiva de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales.

La pérdida de bosques tiene varias consecuencias: incremento de gases de efecto invernadero por la liberación de dióxido de carbono, erosión de suelos, inundaciones por la desaparición de un reservorio natural de agua de lluvia, pérdida de biodiversidad y migración y desarraigo de las poblaciones rurales.

Desmonte cero: el gobierno nacional fijó esa meta para 2030

Bergman celebró la caída en los números de la deforestación; admitió que hay fallas en la ley.

Funcionarios nacionales y provinciales destacaron el descenso de la deforestación desde la aprobación de la ley de bosques, aunque reconocieron que existen problemas para fomentar el uso sustentable de los bosques y evitar desmontes.

El ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, Sergio Bergman, consideró que haber pasado de 300.000 hectáreas deforestadas por año a 136.000 en 2016 es "un descenso razonable". Y añadió: "Para un país en desarrollo, tener una tasa de pérdida de bosques de alrededor del 0,5 % resulta razonable". Adelantó que la meta es "alcanzar antes de 2030 una deforestación cero".

Respecto de los fondos que deberían destinarse por ley para fomentar en las provincias la conservación de bosques, que representa el 8 % de lo que debería ser, Bergman explicó que "hay jurisdicciones que adeudaban rendiciones desde 2009", por lo que "continuar inyectando fondos en un sistema de esas características, que no garantiza ni la eficiencia ni la transparencia, no tenía sentido". Y agregó: "Estamos firmando convenios con las provincias que adeudan rendiciones para encontrar mecanismos para sanear esos pasivos, y acordando lineamientos estratégicos para que el financiamiento baje al territorio con mayor efectividad".

En Chaco hicieron una lectura positiva de lo ocurrido en los últimos diez años, aunque remarcaron que existe un desfinanciamiento de la ley. "Si el fondo se hubiese constituido como correspondía, en lugar de tener este año $ 10 millones para repartir entre 128 proyectos que buscan conservar bosques nativos, deberíamos tener $ 300 millones para repartir en 1000 proyectos. Al no tener todas las herramientas, tal como indica la ley, uno tampoco le puede exigir a la ley el mayor rendimiento", afirmó el subsecretario de Recursos Naturales de Chaco, Luciano Olivares.

Indicó, en tanto, que los cambios de categorías de varios predios, como es el caso de Las Rejas, en su provincia, se hicieron respetando "la resolución 236/12 del Consejo Federal de Medio Ambiente que estableció un mecanismo para aquellos predios que, por diferentes cuestiones, como errores o falta de información técnica, se le asignaron erróneamente una categoría de conservación".

En Santiago del Estero también destacaron un descenso leve desde 2007 y más pronunciado desde 2009, aunque reconocieron que la mitad de las 26.000 hectáreas deforestadas el año pasado fueron ilegales. "El 50 % han sido desmontes con permiso para sistemas de ganadería silvopastoril, donde se sacan los arbustos y quedan los árboles grandes. Y el otro 50 % son desmontes sin autorización, y en todos los casos se iniciaron sumarios. Esos campos están cautelados, por lo que no los pueden vender ni producir", expuso Abel Rosales, director de Bosques del gobierno provincial, y enfatizó que "con el 5 %" de los fondos que debieron haber recibido por ley de Nación para fomentar el uso sustentable de los bosques lograron "reducir un 80% el desmonte", al pasar de una deforestación de 113.000 hectáreas anuales para el período 2008-2011 a las 26.000 de 2016.

Cinco planes oficiales para proteger los bosques

El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable trabaja en cinco planes, aún en etapa experimental, para proteger los bosques nativos y colaborar con la restauración de aquellos degradados.

Por un lado impulsa que los dueños de campos con bosques tipificados como amarillos (con alguna degradación y que pueden ser restaurados) adopten el denominado Manejo de Bosques con Ganadería Integrada, un plan de producción que permite la plantación de forrajes, pero en espacios limitados, que autoriza el aprovechamiento forestal con zonas rotativas y planificadas en ciclos de 20 años. El sistema exige un área de reserva de biodiversidad del 10 % del predio. Ya hay unos 50 productores interesados o con experiencias avanzadas.

Otro plan piloto es el de restauración de bosques degradados, que cuenta con ocho experiencias en Chaco, Jujuy, Mendoza, Misiones, San Luis, Buenos Aires, Chubut y Santiago del Estero.

La tercera estrategia busca lograr que las explotaciones forestales incorporen mejores prácticas de manejo del bosque, con turnos de corte e inventarios forestales, de modo que la actividad sea sustentable. Ya hay dos experiencias en marcha, una en la cuenca de Monte Quemado, en Santiago del Estero, y otra en el Caimancito, en Jujuy.

Finalmente, el ministerio busca que los propietarios de chacras con bosques desarrollen prácticas para prevenir incendios y trabaja en un plan enfocado en financiar la implementación de programas de manejo en áreas protegidas bajo la categoría roja, la de máxima protección de bosques.

"Los cinco lineamientos están en etapa experimental. Los tres primeros, con experiencias concretas que nosotros estamos financiando. La expectativa es que a partir del año que viene y el siguiente se puedan instrumentar con lineamientos bien claros", aseguró Diego Moreno, secretario de Política Ambiental, Cambio Climático y Desarrollo Sustentable del Ministerio de Ambiente.

Fuentes:
Javier Drovetto, Deforestación: pese a que tuvo el nivel más bajo en 2016, alertan que sigue siendo alta, 02/11/17, La Nación. Consultado 03/11/17.
Desmonte cero: el gobierno nacional fijó esa meta para 2030, 02/11/17, La Nación. Consultado 03/11/17.
Cinco planes oficiales para proteger los bosques, 02/11/17, La Nación. Consultado 03/11/17.

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