Expertos chinos
habían advertido de la posibilidad de que la zona donde tienen lugar
las detonaciones se derrumbe. Corea del Norte anuncia que prepara otro "regalo" dirigido a Estados Unidos.
por Mónica G.
Prieto
El portal
especializado en Corea del Norte 38 Norte, un centro de investigación
dependiente del Instituto Estados Unidos-Corea de la Escuela de
Estudios Avanzados Internacionales Johns Hopkins, ha constatado
corrimientos de tierras relevantes en la zona montañosa norcoreana
de Punggye-ri, donde se han llevado a cabo las seis pruebas nucleares
que han confirmado a Pyongyang como potencia atómica.
Los analistas de
38 Norte -nombre del paralelo que divide la península coreana- han
examinado imágenes obtenidas vía satélite un día después de la
explosión del domingo, comparándolas con fotografías previas a la
prueba. En las más recientes, son apreciables a simple vista
"perturbaciones superficiales, que incluyen numerosas áreas de
grava preexistente y campos de caliza", en los alrededores del
Monte Mantap.
"Estas
perturbaciones [en el terreno] son más numerosas y extendidas de lo
que se ha observado tras cualquiera de las cinco pruebas realizadas
anteriormente por Corea del Norte. Sin embargo, no parece haber
muestras de cráteres que sugieran un colapso del terreno, como se
había sugerido tras el terremoto posterior a la prueba",
explican los expertos.
El pasado
domingo, la actividad sísmica que siguió a la prueba más codiciosa
de la historia norcoreana -un segundo terremoto detectado ocho
minutos después- hizo temer a los expertos que la potencia de la
explosión hubiese provocado un derrumbamiento parcial de la montaña
sobre el silo, liberando radioactividad a la atmósfera.
"Los
informes iniciales del Servicio de Geología de Estados Unidos
señalaban que la magnitud era de 5.2, pero aumentaron rápidamente
la cifra hasta la magnitud 6.3. Otros organismos sismológicos,
incluyendo la Organización del Tratado para la Prohibición Completa
de Ensayos Nucleares determinó que la magnitud había sido de 5,8,
aunque recientemente aumentó esa estimación a 5,9", recuerdan
los investigadores de 38 Norte.
La potencia del artefacto probado el 3 de septiembre era consistentemente superior a
cualquiera de las llevadas a cabo en 2006, 2009, 2013 y 2016 (aquel
año se produjeron dos explosiones, en enero y en septiembre). Se
estima que la más reciente equivalió a más de 120 kilotones, lo
que hace pensar que se trata de una bomba de hidrógeno con un poder
destructor ocho veces mayor que el usado por Estados Unidos en 1945 para
bombardear Hiroshima, y seis veces superior al de la última prueba
nuclear norcoreana.
"Catástrofe
medioambiental significativa"
El hecho de que
los expertos no hayan detectado cráteres que impliquen un
hundimiento del terreno -si bien especifican en el informe que,
debido a la calidad de las imágenes captadas por satélite, habrá
que esperar a una investigación en profundidad para excluirlo por
completo- resulta tranquilizador: días atrás, los investigadores
del Departamento Sísmico de la Universidad de Ciencia y Tecnología
china de Hefei, en la provincia de Anhui, habían expresado su temor
a un derrumbamiento del terreno, dado que todo hace indicar que las
seis pruebas nucleares se han llevado a cabo bajo la misma montaña,
situada en el condado de Kiju, en la provincia de Hamgyong del Norte.
El geofísico Wen
Lianxing, responsable del grupo de investigación universitario,
detalló que sus conclusiones derivan del estudio de los datos
recogidos por un centenar de centros sísmicos de toda China: el
margen de error del estudio no supera los 100 metros.
El investigador
Wang Naiyan, antiguo presidente de la Sociedad Nuclear China, ha
advertido del riesgo de una "catástrofe medioambiental
significativa", citado por el diario South China Morning Post.
"Lo llamamos arrancar el techo. Si la montaña se derrumba, y
queda expuesto un agujero, dejará salir muchas cosas malas",
explicó el científico.
Sin
radioactividad
El investigador
chino especificó que "no todas las montañas son aptas para las
pruebas con bombas nucleares", dado que lo idóneo es un pico
alto -Mantap tiene una altitud de 2.205 metros- pero pendientes
relativamente planas. Dadas las limitaciones geográficas de Corea
del Norte, es muy posible que no tenga muchas más alturas como la
requerida para este tipo de explosiones, lo cual limitaría sus
posibilidades a la base de Punggye-ri.
Para Wang, es
difícil saber cuánto tiempo aguantará la montaña nuevas pruebas
nucleares, si bien depende mucho de dónde se coloquen los
artefactos. "Si las bombas hubieran sido colocadas en el fondo
de túneles horadados en vertical, la explosión causaría menos
daños", puntualizó. Sin embargo, se considera más probable
que el silo norcoreano esté compuesto por túneles horizontales, una
opción sencilla y más barata.
"Una bomba
de 100 kilotones es una bomba relativamente grande. El Gobierno
norcoreano debería detener las pruebas, ya que representan una
enorme amenaza no sólo para Corea del Norte sino para otros países,
especialmente China", advirtió Wang.
Ni China ni Japón
o Corea del Sur han detectado radioactividad en la atmósfera. El
Ministerio de Medio Ambiente chino ha especificado que las mediciones
efectuadas en la frontera con Corea del Norte son normales. El
ministro de Defensa japonés, Itsunori Onodera, aclaró que los
aviones capaces de detectar partículas radioactivas desplegados el
domingo tampoco encontraron nada extraño. En cuanto a Corea del Sur,
su agencia de seguridad nuclear ha informado hoy de que no se han
detectado restos de material radioactivo en la atmósfera ni en las
muestras de tierra y aire analizadas tras la explosión.
Sanciones
"inútiles"
Ante la creciente
amenaza norteña, Corea del Sur parece dispuesta a permitir el
despliegue de otras cuatro nuevas lanzaderas de interceptores de
misiles norteamericanas, parte del escudo antimisiles congelado por
el nuevo presidente, Moon Jae-in, tras acceder al poder. Según la
agencia Yonhap, los residentes de la zona de Seonju -donde se había
previsto su despliegue bajo la anterior administración surcoreana-
han recibido confirmación mediante diversos canales de que las
cuatro lanzaderas se instalarán esta madrugada. Los vecinos se
oponen al despliegue del THAAD, ante el temor de convertirse en objetivo militar preferente del Norte.
La unidad
internacional en la condena que pareció concitar el lanzamiento de
un misil norcoreano sobre Japón se ha resquebrajado en esta ocasión:
el presidente ruso, Vladimir Putin, ha adelantado que una nueva votación en Naciones Unidas para ampliar las sanciones contra Pyongyang "sería inútil", ya que Corea del Norte "antes
comerá hierba que renunciar a su arsenal nuclear".
China, por su
parte, volvía a apostar por el diálogo y las contraofertas mediante
un editorial publicado en el Global Times. En el texto, señalaba que
"resolver el problema nuclear norcoreano requiere cooperación
de Estados Unidos y Corea del Sur, quienes deberían ofrecer a
Pyongyang una sensación de seguridad. Mientras Washington se siga
negando a reducir su presión militar sobre Pyongyang, hay muy pocas
posibilidades de que éste cese su actividad nuclear y balística".
"
"Como
aparentemente no hay solución a la vista, Washington podría ser más
propenso a tomar medidas militares contra Pyongyang, lo que a su vez
puede llevar a contramedidas más radicales de Pyongyang, empujando
la situación al límite. ¿Entonces, estallará la guerra? Mientras
Pyongyang mantenga el sentido común no lanzará un ataque preventivo
contra Estados Unidos o Corea del Sur, porque Pyongyang no podría
resistir las represalias", proseguía el editorial.
Fuente:
Mónica G. Prieto, Detectan corrimientos de tierra en la montaña donde Corea del Norte prueba sus bombas nucleares, 06/09/17, El Mundo. Consultado 06/09/17.
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