lunes, 14 de agosto de 2017

Generarán terrazas en 12 mil hectáreas para evitar que se inunde Jesús María

La obra es parte de un plan integral de manejo de cuenca. Se hará en cuatro años y la financiará un consorcio de productores. Es para frenar escorrentías, cuidar los suelos y evitar crecidas. También habrá microembalses.

por Claudio Minoldo

Jesús María. Tras las inundaciones de 2015, con una crecida tan alevosa como destructiva del río Jesús María, la ejecución de obras dentro de campos particulares para retener excesos hídricos surgieron como una prioridad.

A dos años, empiezan a cristalizarse en un proyecto de magnitud: entre 12 y 16 productores rurales intervendrán con terrazas de nivel una superficie de alrededor de 12 mil hectáreas, en un plazo de cuatro años.

El objetivo es que esas terrazas sobre los suelos permitan demorar el caudal y la velocidad con la que el agua de lluvias baja a la cuenca de los ríos.

Además, con la intervención esas correntías dejarán de erosionar la capa fértil de los suelos, que absorberá más agua de utilidad para mejorar los rindes de los cultivos.

La resolución fue tomada por el consorcio de conservación de agua y suelo de Jesús María, que comenzó a trabajar sobre estas problemáticas en 2008. Recientemente, recibieron maquinarias del Ministerio de Agricultura y Ganadería de Córdoba para iniciar las tareas.

Omar Candela, presidente del consorcio, hizo una valoración sobre el proyecto: “Vimos la necesidad de que los productores trabajemos tranqueras para adentro para frenar el agua y que no corra con tanta cantidad ni tanta rapidez, porque nos lava y erosiona el suelo antes de generar inundaciones en el área más baja”.

Lo que el consorcio eligió, en este caso y aprovechando el desnivel que existe en los campos desde la ruta nacional 9 hacia el este, es ejecutar terrazas de nivel que implican ir bajando cada 70 metros de superficie cultivable unos 30 centímetros, de modo que en ese escalonamiento el agua se vaya deteniendo. Y en esos 70 metros, las máquinas que, habitualmente, utilizan los productores para siembras o cosechas trabajan sin inconvenientes.

Con excepción de las palas “terraceadoras” que entregó el Gobierno provincial, el resto del financiamiento de las obras corre por cuenta de los productores.

Impacto urbano
El impacto que las obras generarían para la ciudad sería clave: con las crecidas de 2015, el río derrumbó en Jesús María cuatro casas, dejó inestables otras siete, se llevó un puente y produjo daños severos en riberas, además de enormes arboledas que arrasó en las costaneras.

Sufrimos mucho los procesos de crecidas e inundaciones de estos últimos años y somos los que estamos más conscientes de la problemática. Nos llevó muchas reuniones hasta que decidimos complementar las obras que el Estado venía haciendo de las tranqueras de nuestros campos para afuera”, completó Candela.

Un proyecto integral
El área sobre la cual se está trabajando fue incluida dentro de un plan integral de ordenamiento de cuencas hidrográficas del norte de Córdoba, planteado en 2010 con dos objetivos básicos: concretar obras retardadoras del escurrimiento del agua y frenar las lluvias en el lugar donde caen para favorecer su infiltración en los suelos productivos.

Para el primer objetivo se diseñaron los microembalses de retardo temporario, de los que ya se ejecutaron alrededor de 80 en toda la zona de pie de sierra entre Juárez Celman y Cañada de Río Pinto. Ya se pudo ver que esos pequeños minidiques demoran el agua y evitan picos de crecidas de gran magnitud en determinados puntos de la cuenca hidrográfica.

Para el segundo objetivo, se diseñaron obras de conservación de suelo y agua tanto ingenieriles (terrazas, canales y curvas de nivel, entre otros) como agronómicas (rotaciones, forestaciones y siembra directa). En este apartado ingresan las 12 mil hectáreas cercanas a Jesús María en donde se implementarán prácticas “absorbedoras” de agua de lluvia.

El proyecto cuenta con el asesoramiento profesional del ingeniero agrónomo David Torre.

Además, se diseñó este proyecto con un enfoque agro-vial-hidráulico; es decir, que si se logra retener el agua en los campos se evitará el deterioro de caminos rurales y, en el corto plazo, se minimizará la ejecución de canales de evacuación de excedentes en las cuencas.

El éxito final -se advierte- dependerá de que se respeten las divisorias de aguas para que no haya trasvasamiento de excedentes de una cuenca a otra, que no se utilicen los caminos públicos como vías de escurrimientos para evacuación, sino que se respeten las vías naturales del camino del agua y se utilicen prácticas eficientes para aprovechar y absorber el agua de lluvia donde cae.

Intervenciones tardías. Tras los daños que vienen ocasionando en los últimos tres años las inundaciones en buena parte del territorio cordobés, la Provincia aceleró los planes de apoyo para obras sobre los campos.

Aunque de los microembalses rurales de retención temporaria de excedentes hídricos y del terrazamiento de los campos se viene hablando desde hace décadas, recién en los dos últimos años avanzaron ese tipo de obras con mayor apoyo oficial. En varias regiones del norte, centro, este y sur provincial están en ejecución actualmente.

Fuente:
Claudio Minoldo, Generarán terrazas en 12 mil hectáreas para evitar que se inunde Jesús María, 13/08/17, La Voz del Interior.

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