La marcha en Córdoba fue convocada por la Coordinadora en Defensa del Bosque Nativo (Codebona) |
Marchas y protestas en varias provincias contra el extractivismo. El miércoles pasado se realizó la última marcha contra el desmonte, en Córdoba. El próximo jueves se realiza otra de comunidades indígenas en Tucumán por un violento desalojo. Buscan poner freno a la destrucción de la naturaleza.
por Darío Aranda
Miles de personas
marchan en defensa de los bosques nativos en Córdoba. Comunidades
indígenas caminan siete días en defensa de sus territorios en
Jujuy. Organizaciones sociales y Pueblo Mapuche de pie frente a
petroleras en Neuquén. Comunidades diaguitas de Tucumán marchan
contra el Poder Judicial. Sólo un puñado de movilizaciones que
suceden en toda la Argentina y que tiene un punto en común: la
defensa del territorio frente a empresas y funcionarios (políticos y
judiciales).
Las entidades del
agronegocio y el gobierno de Córdoba impulsan desde 2016 una nueva
ley de bosques, para posibilitar el avance empresario sobre los
últimos restos de monte nativo que quedan en la provincia. Según
datos oficiales, Córdoba cuenta con sólo el tres por ciento del
bosque que tenía a inicios del Siglo XX. Ya en 2010, burlando todo
un proceso participativo que había incluido audiencias públicas y
participación plural, el gobierno de Juan Schiaretti aprobó una
legislación bautizada “la ley desmonte”, en sintonía con los
pedidos de la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera
Zona (Cartez/CRA), Sociedad Rural y sectores de Federación Agraria.
Sucedieron media
docena de graves inundaciones y hasta aludes (también por la
especulación inmobiliaria, que desmonta en los cerros). “Fue un
tsunami que se vino del cielo”, fue la excusa del gobernador José
Manuel De la Sota ante las inundaciones de 2015. Al año siguiente,
nuevamente Juan Schiaretti gobernador, intentó una nueva legislación
para avanzar sobre los bosques.
“No aceptaremos
el capricho de políticos y empresarios. Estamos acá porque sabemos
que menos bosques significa más inundaciones. Marchamos en pos de la
vida y por la real participación ciudadana en la toma de decisiones
sobre el territorio que habitamos”, explicó el documento de la
Coordinadora en Defensa del Bosque Nativo (Codebona), que reúne a un
centenar de organizaciones sociales, campesinas, indígenas,
estudiantiles y asamblearias.
El miércoles 28
de junio hubo una multitudinaria marcha en la capital de Córdoba.
Fue la tercera manifestación masiva por los bosques en sólo siete
meses (las otras fueron en diciembre y marzo). Con miles en la calle,
la Codebona ya contabiliza al menos tres logros: freno momentáneo de
la ley (el oficialismo la pospuso para luego de las elecciones),
instaló en la agenda la importancia del bosque y explicitaron que
ningún color partidario tiene vía libre para avanzar con el
extractivismo (agronegocio, megaminería).
En Jujuy, durante
siete días caminaron 300 kilómetros una treintena de comunidades
originarias nucleadas en la Asamblea de Comunidades e Indígenas
Libres, en reclamo por sus territorios, en denuncia por la violación
sistemática de los derechos indígenas. Argentina cuenta con
legislación que protege los derechos de comunidades originarias.
Incluye el “derecho a consulta” (el Estado debe garantizar que
las comunidades den su consentimiento cuando alguna actividad pudiera
afectar su territorio).
En Jujuy intentan
avanzar con la minería de litio (incluso con sectores científicos
que desoyen la opinión de las comunidades originarias que viven en
el lugar) y con el proyecto minero Chinchillas, de plata y estaño,
en mano de la multinacional Silver Standard (en sociedad con Golden
Arrow). “Están afectando el monumento natural Laguna de los
Pozuelos y violan todos nuestros derechos. Pero seguiremos marchando,
luchando hasta el último suspiro”, advirtió Mercedes Maidana, de
la Asamblea de Indígenas Libres.
En Neuquén se
realizó en junio un encuentro multisectorial impulsado por el
Observatorio Petrolero Sur (Opsur). Participaron medio centenar de
organizaciones sociales, asambleas, feministas, comunidades mapuches,
organismos de derechos humanos, partidos políticos, investigadores y
referentes de México, Colombia, México, Estados Unidos e
Inglaterra. “Es necesario que las corporaciones y gobiernos reparen
el daño cometido y evitar que se sigan cometiendo. Es necesario
parar el fracking ya y frenar el megaproyecto Vaca Muerta, que no es
más ni menos que una de las etapas superiores y más integrales del
extractivismo”, exige el documento consensuado, llamado
“declaración de Vista Alegre” (localidad neuquina que rechaza la
avanzada petrolera sobre las chacras).
Mendoza cuenta
con una ley (número 7722) que limita la megaminería. Desde hace
años que el sector empresario impulsa su derogación. El caso llegó
hasta el máximo tribunal provincial, que en 2015 confirmó la
constitucionalidad de la ley y su vigencia. Aún así, el lobby
empresario y Gobierno buscan derogar la legislación. Las asambleas
socioambientales se movilizaron en numerosas oportunidades. La
última, en General Alvear, inauguraron un monumento a la ley.
“Defendemos el agua y la vida”, resume la placa conmemorativa,
que también es bandera de las asambleas mendocinas.
El gobierno
informó en mayo la construcción de una central nuclear en Río
Negro. Y generó el inmediato rechazo de las asambleas,
organizaciones y comunidades, que volvieron a flamear la bandera “en
la Patagonia no”, nacida en la década del 80 y mantenida durante
los 90, cuando los distintos gobiernos intentaron instalar un
basurero nuclear en Chubut. La Unión de Asambleas Patagónicas se
manifestó en junio ante el Consejo Federal de Medio Ambiente
(Cofema), reunido en Bariloche, y afirmó: “Más allá de la
decisión del gobierno argentino y rionegrino, los habitantes
patagónicos rechazamos la planta nuclear por inconsulta, arbitraria
e ilegítima, y por considerar esta fuente de energía como sucia,
peligrosa y costosa”.
La Comunidad
India Colalao de Tucumán sufrió el 28 de junio un violento
desalojo, que incluyó decenas de policías e infantería.
Denunciaron una escalada de violencia, que tiene como principal
impulsor a jueces y fiscales. El próximo 6 de julio marcharán
comunidades indígenas de toda la provincia hasta los tribunales de
la capital provincial. Ivana Morales, de la comunidad diaguita,
afirmó que en todo el país son violados los derechos indígenas
para explotar los recursos naturales: “Esto no termina acá.
Llevamos 525 años resistiendo. Y en 2017 continúa la lucha”.
Fuente:
Darío Aranda, Un mosaico de reclamos por los montes, 03/07/17, Página/12.
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