por Magdalena
Odarda
El gobierno provincial, a partir de los acuerdos celebrados con China, insiste con la idea de concretar en territorio rionegrino la quinta Central Nuclear, pese a que las organizaciones sociales están diciendo un no rotundo al proyecto.
Tampoco parece
suficiente para el gobierno que el obispado de Viedma se manifieste
en contra de la acelerada decisión sin que exista una consulta
previa, sin información disponible y un espacio de debate colectivo
acerca del proyecto. No puedo menos que solidarizarme con el Padre
Luis y con el Obispo de la ciudad. La opinión de la iglesia ha sido
descalificada y minimizada por autoridades políticas, siendo que
esta es una institución que naturalmente puede y debe involucrarse
en las cuestiones que concitan un alto grado de preocupación social.
Por otra parte, la Iglesia es coherente con el mensaje del Papa
Francisco, que en la Encíclica Laudato Si, hace una referencia
explícita a la necesidad de garantizar la protección del ambiente.
“184. Cuando
aparecen eventuales riesgos para el ambiente que afecten al bien
común presente y futuro... Esto vale sobre todo si un proyecto
puede producir un incremento de utilización de recursos naturales,
de emisiones o vertidos, de generación de residuos, o una
modificación significativa en el paisaje, en el hábitat de especies
protegidas o en un espacio público. Algunos proyectos, no
suficientemente analizados, pueden afectar profundamente la calidad
de vida de un lugar debido a cuestiones tan diversas entre sí como
una contaminación acústica no prevista, la reducción de la
amplitud visual, la pérdida de valores culturales, los efectos del
uso de energía nuclear...”.
“104. Pero no
podemos ignorar que la energía nuclear, la biotecnología, la
informática, el conocimiento de nuestro propio ADN y otras
capacidades que hemos adquirido nos dan un tremendo poder. Mejor
dicho, dan a quienes tienen el conocimiento, y sobre todo el poder
económico para utilizarlo, un dominio impresionante sobre el
conjunto de la humanidad y del mundo entero. Nunca la humanidad tuvo
tanto poder sobre sí misma y nada garantiza que vaya a utilizarlo
bien, sobre todo si se considera el modo como lo está haciendo.”
Y nos invita a
reflexionar: “¿En manos de quiénes está y puede llegar a estar
tanto poder?”. Es tremendamente riesgoso que resida en una pequeña
parte de la humanidad”.
En nuestro país,
la energía nuclear contribuye solo con casi el 7% de la totalidad de
energía eléctrica generada. Con la construcción de la Cuarta y la
Quinta Central se llevaría este porcentaje a un promedio del 10%. Es
decir que, aun operando a su mayor potencia, el aporte será mínimo
y el riesgo, como se sabe, será máximo. Los impactos ambientales,
todo lo atinente al uranio, transporte y disposición de residuos
radiactivos -sin contar los posibles accidentes- pueden ser
incontables y comprometer la vida de varias generaciones por delante.
La investigación de BIOS Argentina, titulada “Peligro, residuos
nucleares: una historia de engaños, ocultamiento y abandono”
revela que, producto de las explotaciones de uranio desde 1955, mas
de 6 millones de toneladas de residuos radiactivos dispuestos a cielo
abierto, se encuentran distribuidos en las provincias de Salta,
Chubut, Córdoba, San Luis, Mendoza y La Rioja. A esto se suman unos
153.000 metros cúbicos de residuos nucleares líquidos. La
radiactividad, que si o si liberan los residuos al ambiente, emiten
partículas alfa, beta y gamma que provocan cáncer y malformaciones
genéticas.
Río Negro cuenta
con más de 400 km de costa con generosas playas sin contaminación
alguna, visitadas por turistas de todo el país, con reservas
faunísticas y una biodiversidad única. El Cóndor, El Espigón, la
Lobería, Bahía Rosas, la Ensenada, Bahía Creek, Caleta de los
Loros, Pozo Salado, Playas Doradas, San Antonio Oeste, SAEste, Area
Natural protegida Punta Bermeja, Bahía San Antonio, Caleta de los
Loros, Complejo Islote Lobos, Puerto Lobos y la ruta de los
Acantilados.
Es impensable una
central nuclear cercana a estas costas, sin imaginar los impactos
ambientales que podrían provocar un accidente o el depósito de
residuos en el lugar.
Desde la
actividad legislativa en el Senado nacional, presentamos varias
propuestas para proteger la fauna marina, entre ellas, la creación
de un Santuario de mamíferos marinos. A su vez, hemos propuesto por
ley la declaración de Monumento natural a más de 20 especies que
forman parte de la diversidad marina, como por ejemplo; el Delfín
Franciscana, la Tonina Overa, el Lobo Marino de un Pelo, la Tortuga
Marina verde y varias aves playeras del golfo de San Matías.
Estas y otras
iniciativas tienen por objeto poner en valor la fauna marina y, por
supuesto, promover la actividad turística que crece año a año y
que sigue siendo un bien que distribuye beneficios. La decisión del
gobierno de avanzar en la planta nuclear no respeta la voluntad
popular y se condice con la propuesta de turismo sustentable que se
promueve en el litoral marítimo rionegrino, cuyo potencial aun no se
ha explorado lo suficiente. A esta altura, la Central nuclear es un
desacierto que debería dejarse de lado sin más.
Fuente:
Magdalena Odarda, La biodiversidad marítima, vale más que la central nuclear, 04/07/17, Agencia Digital de Noticias.
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