Relevamiento
de la situación de los diques más importantes de la provincia.
Lagos cordobeses: el riesgo de terminar como el San Roque.
Los
principales cuerpos de agua artificiales de la provincia tienen
diversos niveles de eutrofización. Piedras Moras, Embalse, La Viña,
La Quebrada y Los Molinos, entre algunos de los analizados por el
relevamiento.
Embalse,
con luces de alerta
Sobre
el río Tercero, en Calamuchita, es el mayor de Córdoba, con 5.600
hectáreas. Su estado ambiental, aunque diste de la situación del
San Roque, enciende luces de alerta. “Sobre la base de muestreos de
equipos del Conicet y de la Universidad Nacional de Río Cuarto, las
variables medidas en los últimos años encuentran valores dentro de
lo aceptable”.
Sin
embargo, “se vienen advirtiendo un aumento en la concentración de
clorofila y una disminución en la transparencia del agua, lo que
refleja un aumento en el estado trófico”, apuntó el biólogo
Matías Bonansea, de ese grupo de investigación.
“Estas
condiciones coinciden con una alta abundancia de Ceratium sp, un
dinoflagelado, y si bien su presencia no presentaría riesgos para el
consumo humano de agua, las plantas potabilizadoras han sufrido
frecuentes obstrucciones de filtros, más coloración y olor en el
agua para consumo”, añadió.
El
investigador recordó que “desde hace algunos años se registran
olores desagradables relacionados con procesos de anoxia”.
Los
factores de impacto están vinculados con la escasa existencia de
cloacas en localidades ribereñas y el uso del suelo en la cuenca:
deforestación, nuevas urbanizaciones y mayor superficie cultivada
con uso de agroquímicos. Sobre la incidencia de la Central Nuclear,
el estudio de impacto ambiental realizado para el proyecto de
extensión de su vida útil destaca que no afecta la calidad del
agua, aunque grupos ambientalistas dudan.
Piedras
Moras, el que está en mejor estado
Es el
último de los que embalsa el río Tercero. Un informe del Instituto
Nacional del Agua, de 2014, lo situaba entre los de agua más
transparente y en mejor estado de la provincia. Destacaba que los
disturbios se mitigan por la rápida renovación del agua: el tiempo
que tarda en “cambiarla” es de apenas 30 a 50 días, frente a los
seis a 12 meses que demanda el San Roque, por ejemplo.
Lo
favorece además que otros cinco diques contienen sedimentos aguas
arriba. De todos modos, la presencia de algas ya es una realidad, por
momentos bien visible. Como ventaja, tiene una sola ciudad costera:
Almafuerte. La desventaja es que esa ciudad no cuenta con redes
cloacales, lo que impacta en la salud del embalse. Están prohibidas
las embarcaciones a motor y eso ayuda.
La
Quebrada, mejor que en otras épocas
Es
uno de los más pequeños pero clave para una zona muy habitada:
Sierras Chicas. Presenta hoy una situación menos comprometida
respecto a las épocas de sequías y de mayor proliferación de
algas. La calidad del agua cruda que se extrae para distribuir en Río
Ceballos, en Unquillo y en Salsipuedes no presenta mayores
inconvenientes. Pero el crecimiento poblacional en loteos ya cercanos
aparece como una amenaza. También persisten la falta de regulación
y el control del ganado que emerge como otro factor contaminante.
Otros.
El dique de Cruz del Eje y otros menores y más aislados como Cerro
Pelado, Pichanas, El Cajón, Los Alazanes y Pichanas se ven menos
comprometidos por menos impacto poblacional e industrial en sus
alrededores, aunque en todos se perciben signos de deterioro.
La
Viña, cada fin de verano con algas
El
embalse de Traslasierra deja ver, cada fin de verano, la
proliferación de algas a causa del material orgánico que recibe de
los pueblos de su cuenca. Incluso en ocasiones con mortandad de peces
y mal olor. Este año, ese fenómeno aún no se ha hecho sentir con
intensidad.
“Villa
Cura Brochero, Mina Clavero, Nono y otros pueblos carecen de sistemas
cloacales y el dique recibe las napas contaminadas”, apunta Jorge
Gasser, técnico del consorcio de riego regional. Toda esa área ha
sumado más población y es la que más ha crecido en emprendimientos
turísticos. En su cuenca inferior, el embalse aporta a unas 14 mil
hectáreas de riego y se potabiliza su agua para unos 70 mil
habitantes.
Los
Molinos, el segundo más complicado
Ubicado
entre los departamentos Calamuchita y Santa María, es el segundo más
grande.
En
los últimas dos décadas crecieron notoriamente las urbanizaciones
en sus costas, pero sin sistemas eficientes de tratamiento cloacal.
Luego del San Roque, es el más complicado por la densidad de algas.
“Muestra un deficiente tratamiento de las descargas cloacales
urbanas que acompañan el crecimiento urbano que ha habido en su
cuenca”, apuntó la bióloga María Alejandra Bustamante,
coordinadora del Programa de Investigación sobre Ecosistemas
Acuáticos del Instituto Nacional del Agua. La materia fecal humana,
pero en este caso también animal (por la presencia de ganadería en
la zona costera), aportan los nutrientes que multiplican las algas.
Hace más de una década se mejoró un aspecto: se prohibió el
cultivo de papa en su cuenca, con lo que se redujo el impacto de los
agroquímicos usados y la presencia de otro tipo de complejas algas
rojas.
Fuente:
Cómo están hoy los principales embalses de Córdoba, 09/04/17, La Voz del Interior.
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