Un
informe encargado por la ONU advierte del peligro para las personas y
el medio ambiente de los productos químicos insecticidas y
herbicidas.
“Es
hora de derrumbar el mito de que los plaguicidas son necesarios para
alimentar al mundo”. El utilización masiva e inadecuada de algunos
insecticidas y herbicidas provoca la muerte por intoxicación de unas
200.000 personas al año, especialmente en países en desarrollo. En
consecuencia, es necesario poner en marcha “un proceso global para
la transición hacia una producción agrícola y alimentaria más
segura y saludable”. Estas son las principales conclusiones de un
estudio elaborado para la ONU por Hilal Elver y Baskut Tuncak, dos de
sus mejores expertos en productos tóxicos y derechos humanos en
materia de alimentación.
El
documento redactado por estos Relatores Especiales de la ONU ha sido
presentado el martes 7 de marzo ante el Consejo de Derechos Humanos
de Naciones Unidas en un sesión celebrada en Ginebra.
Hilal
Elver y Baskut Tuncak proponen un nuevo tratado global para regular y
eliminar el uso de pesticidas peligrosos en la agricultura y avanzar
hacia prácticas agrícolas sostenibles. “El uso excesivo de
plaguicidas es muy peligroso para la salud humana y el medio
ambiente; además es engañoso afirmar que estos productos químicos
son vitales para garantizar la seguridad alimentaria”.
Los
Relatores Especiales señalaron que las investigaciones demuestran
que los plaguicidas son responsables de unas 200.000 muertes por
intoxicación aguda cada año. Casi el 99 % de estas muertes ocurre en
países en desarrollo, donde la salud, la seguridad y las
regulaciones ambientales son más débiles.
Además
de las muertes directas, la exposición crónica a los plaguicidas se
ha relacionado con el cáncer, enfermedades como Alzheimer y
Parkinson, alteraciones hormonales, trastornos del desarrollo y
esterilidad. Los trabajadores agrícolas, las comunidades que viven
cerca de las plantaciones, las comunidades indígenas y las mujeres
embarazadas y los niños son particularmente vulnerables a la
exposición a los pesticidas y requieren protecciones especiales,
indica el estudio encargado por la ONU.
Los
expertos destacaron en particular la obligación de los Estados de
proteger los derechos de los niños contra los plaguicidas
peligrosos. Señalaron el elevado número de niños muertos o heridos
por alimentos contaminados con este tuipo de productos químicos de
sintesis, en particular por intoxicación accidental, la prevalencia
de enfermedades y discapacidades relacionadas con la exposición
crónica a una edad temprana, y los informes sobre la exposición a
plaguicidas peligrosos de niños que trabajan en alimentos globales
Las cadenas de suministro, que es una de las peores formas de trabajo
infantil.
Los
expertos advierten que ciertos plaguicidas pueden persistir en el
medio ambiente durante décadas y representan una amenaza para todo
el sistema ecológico del que depende la producción de alimentos.
“El uso excesivo de plaguicidas contaminan las fuentes de agua y el
suelo, causando pérdida de biodiversidad, destruyendo a los enemigos
naturales de las plagas y reduciendo el valor nutricional de los
alimentos. El impacto de este uso excesivo también impone costos
asombrosos en las economías nacionales de todo el mundo”,
concluyen los Relatores Especiales de la ONU.
En
uno de los apartados dedicados a los efectos ambientales, los
expertos de la ONU recuerdan que el uso de pesticidas neonicotinoides
es particularmente preocupante porque están relacionados con la
muerte de las abejas de la miel en diversas zonas del mundo. Este
tipo de problemas es especialmente grave si se recuerda que
aproximadamente el 70 % de las especies de cultivos que alimentan a
los humanos dependen de la polinización de insectos como las abejas.
Aun
reconociendo que ciertos tratados internacionales ofrecen actualmente
protección contra el uso de unos pocos plaguicidas, los autores de
este estudio subrayan que aún no existe un tratado global para
regular la gran mayoría de ellos a lo largo de su ciclo de vida,
dejando una brecha crítica en el marco de protección de los
derechos humanos.
“Sin
una reglamentación armonizada y estricta sobre la producción, la
venta y los niveles aceptables de uso de plaguicidas, la carga de los
efectos negativos de los plaguicidas es sentida por las comunidades
pobres y vulnerables en los países que tienen mecanismos de
cumplimiento menos estrictos”, destacan los autores de este informe
encargado por la ONU. JEC
Fuente:
Los plaguicidas provocan 200.000 muertes al año, 09/03/17, La Vanguardia. Consultado 16/03/17.
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