Con fondos
aportados por el Zoológico de Leipzig, expertos chilenos trabajan
desde 2008 en la reproducción de un anfibio único, que peligra por
la desaparición de su hábitat y el calentamiento global.
por Diego Zúñiga
Esta historia es
un poco triste. Es la historia de una rana del sur de Chile, de la
que no se sabe cuántos ejemplares quedan en estado silvestre. Lo que
está confirmado es que está en peligro de extinción. Se trata de
la ranita de Darwin, un anfibio de características muy especiales,
endémico de ese país sudamericano y que, gracias a un trabajo
conjunto entre Bioforest, la Universidad de Concepción y el
Zoológico de Leipzig, busca ser reproducida en un ambiente
controlado para luego ser reintroducida en el que fue su hábitat. Un
trabajo meticuloso que comenzó en 2008 y que ya da sus primeros
frutos.
"Esta
especie tiene un tamaño que no supera los tres centímetros y ha
sido considerada por los científicos como un verdadero sensor de los
ecosistemas donde habita. Es uno de los anfibios más especiales del
mundo y se ha hecho famoso por su extraña forma de incubación,
llamada neomelia. Este proceso consiste en que el macho, una vez que
los huevos depositados por la hembra en el suelo eclosionan, los
guarda en su boca en una bolsa. Después de varias semanas, salen de
la boca del padre totalmente convertidos en sapitos, y listos para la
vida terrestre", explica a DW el jefe del Programa de
Conservación de Fauna de Bioforest, Raúl Briones.
Descrita por
primera vez por el naturista inglés Charles Darwin, esta pequeña
ranita fue perdiendo presencia debido a la destrucción de su
hábitat. Por ello, en 2008 la Universidad de Concepción preparó un
centro de reproducción, que hasta ahora ha tenido excelentes
resultados. En declaraciones a la agencia dpa, el herpetólogo de
dicha casa de estudios, Juan Carlos Ortiz, dijo que una de las
razones del declive en la población de estos anfibios, además de la
ya reseñada, es que "a fines de los años 80 y comienzos de los
90 prácticamente se extinguió al ser extraída para su venta como
mascotas".
Aportación
alemana
"En 2008 nos
preguntaron, como zoológico, si podíamos prestar apoyo a un centro
de investigación y reproducción de la Universidad de Concepción, y
dijimos que por supuesto. El Zoológico de Leipzig aportó los fondos
para la construcción del recinto y envió un experto para dar inicio
al trabajo. Desde entones aportamos el dinero para incrementar de dos
a cinco los contenedores para la reproducción, además de la
Rhinoderma darwinii, de la rana Vanzolini Alsodes vanzolinii",
explica a DW Frank Oberwemmer, jefe del Departamento de Conservación
del zoológico de Leipzig.
Los 15.000 euros
anuales que inyecta la institución han facilitado enormemente el
proceso, aunque Oberwemmer revela que han surgido algunas
dificultades. "El programa ha sido exitoso, pero en el último
año vimos que una enfermedad ha atacado -y causado la muerte- a
varios ejemplares, jóvenes y viejos, de Rhinoderma. Trabajamos ahora
en resolver este problema. Las Vanzolini no se han reproducido,
porque no tenemos machos disponibles", explica.
A esta iniciativa
se sumó Bioforest en 2013, gracias a que un proyecto de búsqueda de
anfibios en los predios de la Forestal Arauco S.A. en la Cordillera
de la Costa, siempre en Chile, permitió detectar la presencia de
poblaciones de ranitas de Darwin, cuyo último avistamiento en estado
salvaje data de agosto de 2016. En las prospecciones previas, se pudo
recuperar dos parejas y sumarlas al proyecto de la Universidad de
Concepción, con el fin de reproducirlas y liberar a sus crías en el
Parque Nacional Nahuelbuta.
Demasiados
enemigos
Briones destaca
que, además de los fondos entregados por el Zoológico de Leipzig,
"la Universidad de Concepción pone el espacio físico y corre
con los gastos de luz, agua e internet. El Zoo de Leipzig no obtiene
nada a cambio de esta colaboración. Lo que a ellos los impulsa a
financiar este proyecto es la necesidad de conservar a la única
especie en el mundo que realiza la neomelia. Este proyecto es uno de
los muchos que el zoológico tiene en diferentes partes del mundo
para realizar conservación de especies en peligro extremo".
Tras ocho años
de trabajos, los expertos han conseguido reproducir con éxito a las
ranitas de Darwin y han reunido unos 120 individuos. Hasta ahora, el
proyecto se encuentra financiado hasta 2018, pero entre los
especialista hay consenso en que debe seguir adelante, entre otras
razones porque "se sabe que esta especie está amenazada",
explica Briones, que además destaca que las plantaciones forestales,
las actividades agrícolas y ganaderas han puesto en riesgo la
sobrevivencia de este animal, que también sufre otras amenazas, como
el calentamiento global "y enfermedades emergentes, como la
chrytridiomicosis. Existen antecedentes sobre el efecto del hongo
Batrachochytrium dendrobatidis en poblaciones de R. darwinii en
Villarrica”. Y alguien debe combatir todo eso.
Fuente:
Diego Zúñiga, La larga lucha por salvar a la ranita de Darwin, 26/02/17, Deutsche Welle. Consultado 27/02/17.
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