Lo
dijo Myron Ebell, encargado de la transición de la gestión Trump
para la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos,
negacionista climático y lobbysta de un thinktank financiado por
Exxon.
por Roberto
Andrés
Myron
Ebell, el asesor de Donald Trump que dirigió la transición de la
administración para la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de
Estados Unidos, disparó contra los ambientalistas al señalarlos
como “la mayor amenaza a la libertad y a la prosperidad en el mundo
moderno”.
Ebell
es un reconocido negacionista del cambio climático, y luego de
dirigir la transición de la EPA regresó a sus habituales tareas en
el Competitive Enterprise Institute (CEI), un thinktank que ha sido
financiado por el gigante petrolero Exxon Mobile. “Nuestro interés
especial es la libertad”, señaló Ebell.
El
lobbysta, que espera que Trump cumpla su promesa de retirar a Estados
Unidos del Acuerdo de París, también apuntó contra los “expertos”,
al señalar que “el pueblo de Estados Unidos ha rechazado el
peritaje, y creo que con razón, porque creo que los expertos se han
equivocado una y otra vez, incluso respecto a la política
climática”, dijo.
Para
el nuevo presidente de Estados Unidos, “el calentamiento global es
un concepto inventado por y para los chinos para volver la
manufactura norteamericana no competitiva”. Sin embargo, las temperaturas de la superficie de la Tierra en 2016 fueron las más cálidas desde que se iniciaron los registros en 1880, según
análisis independientes de la NASA y de la Administración Nacional
Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos.
Por
otra parte, para el año 2013, del total de artículos académicos
sobre el actual cambio climático, 10.085 lo reconocen como un
fenómeno de origen antrópico mientras que solo 2 lo consideraban un
fenómeno de origen natural.
Trump,
como es de esperar, ha tenido una política polémica al respecto.
Eliminó cualquier referencia al cambio climático de la web de la Casa Blanca y la reemplazó con un plan de energía basado en los
combustibles fósiles incluido el carbón. También resucitó dos
polémicos oleoductos resistidos por comunidades indígenas y
ambientalistas, e intentó amordazar a la Agencia de Protección
Ambiental, al Departamento de Agricultura y al Servicio de Parques
Nacionales.
Además,
designó como Secretario de Estado a Rex Tillerson, CEO de Exxon
Mobile, la gigante petrolera que sabe del cambio climático desde
julio de 1977 pero que se dedicó desde entonces a ocultar tal
información y desprestigiar a quienes la daban a conocer. Por su
parte, el propio Rex Tillerson fue el responsable de una transacción
con Rusia que abrió a la petrolera el acceso a los recursos de un
Ártico que colapsa al ritmo del calentamiento global.
El
presidente de Estados Unidos también designó para la Agencia de
Protección Ambiental al negacionista climático Scott Pruitt, quien
a su vez ha sido cuestionado por adherir a los fundamentos bíblicos
de la creación del mundo y en consecuencia rechazar los argumentos
científicos.
En un
eco de la afirmación de Trump de que el cambio climático era un
engaño inventado por China, Ebell dijo que este país “está
haciendo grandes inversiones en la producción de más paneles
solares y molinos de viento que venden a los consumidores crédulos
en el mundo occidental, por lo que subirán los precios de ese poder
y electricidad, y la economía china será más competitiva”.
“Creo
que no haya ninguna duda de que [Trump] piensa que el calentamiento
global no es una crisis y no requiere reducciones drásticas e
inmediatas de las emisiones de gases de efecto invernadero”,
sentenció Ebell.
Si
bien el Acuerdo de París se proponía reducir la emisión de gases
de efecto invernadero para evitar que la temperatura promedio global
de la Tierra aumente 2° C (en comparación a los niveles
preindustriales) y así evitar un colapso ecológico de carácter
irreversible, este ha sido cuestionado como insuficiente. Lo señaló
Robert Watson, expresidente del Panel Intergubernamental para el
Cambio Climático (IPCC), lo reconoce el propio Acuerdo en uno de sus
anexos, e incluso el pionero del cambio climático, James Hansen,
exdirector del Instituto Goddard de la NASA, denunció este acuerdo
“como un fraude, una mentira”.
Pero
la verdad es que el hecho de que en la principal potencia del mundo
(y una de las principales responsables de la emisión de gases de
efecto invernadero) asuma un presidente negacionista cuestionando por
derecha el Acuerdo de París, no debe interpretarse más que como una
luz verde para todas las multinacionales petroleras responsables del
cambio climático y una declaración de guerra para quienes lo
combaten.
Fuente:
Roberto Andrés @RoberAndres1982, Asesor de Trump: “Los ambientalistas son la mayor amenaza a la libertad ya la prosperidad”, 06/02/17, La Izquierda Diario. Consultado 07/02/17.
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