Cartez emitió un
comunicado en el que cuestionó con dureza al artista. El músico y
compositor les escribió una carta en respuesta.
La polémica por
las modificaciones a la Ley de bosques que tienen programado un
tratamiento legislativo en la Unicameral este 2017 se acrecentó
luego que la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez) emitiera un comunicado cuestionando con dureza a los artistas que expresaron su repudio a esas modificaciones.
Concretamente, el
comunicado apuntaba contra José Luis Serrano, quien interpreta a
“Doña Jovita”; y al cantante Raúl Eduardo “Raly”
Barrionuevo. A ellos les endilgó generar "confusión en la
opinión pública" y llevar "el foco de la discusión al
ámbito de las ideologías extremas”.
La respuesta no
tardó en llegar y el músico y compositor Raly Barrionuevo lanzó
una carta abierta en las redes sociales dirigida a "los señores
que me invitan a callar".
Barrionuevo
respondió a los cuestionamientos y explicó por qué está
autorizado a opinar sobre el bosque nativo.
"Hablo de
ese monte que tantas veces recorrí de la mano de mi madre, una mujer
nacida y criada bajo los algarrobos blancos y negros, quebrachos,
tinti takos, tuscas e innumerables plantas de nuestra tierra; ese
monte que canta por mi garganta y hace música a través de mis
manos", inicia la misiva.
El artista, se
sabe, tiene una extensa militancia en favor de la protección de los
bosques. En la carta aprovechó para responder a cada una de las
acusaciones.
"Ustedes me
acusan de generar “confusión en la opinión pública” y de
llevar la discusión “al ámbito de las ideologías extremas”.
Dicen que eso “es lo que se pretende superar”. Desde hace mucho
tiempo que otros señores como ustedes vienen vaticinando el fin de
las ideologías. Quiero decirles que los desmontes irracionales que
viene sufriendo nuestra tierra no son otra cosa que el resultado de
una ideología extrema, la de ustedes", dijo.
La carta completa
de Raly Barrionuevo
A los señores
que me invitan a callar:
Unquillo,
Córdoba, 14 de Enero de 2017
A ustedes,
señores, que me piden que no hable de cosas que no sé, de cosas
que, según su criterio, estoy desautorizado a opinar.
Pues deben saber
ustedes que hablo de ese monte que tantas veces recorrí de la mano
de mi madre, una mujer nacida y criada bajo los algarrobos blancos y
negros, quebrachos, tinti takos, tuscas e innumerables plantas de
nuestra tierra; ese monte que canta por mi garganta y hace música a
través de mis manos.
Claro,
seguramente para ustedes esto no significa absolutamente nada, pero
para mí y para tantos paisanos significa la vida misma. Ustedes me
invitan a callar y yo no acepto su ofensiva invitación. ¿Saben por
qué? Porque mis canciones y las de mis compañeros vienen de allí,
de ese lugar que ustedes detestan porque les impide seguir engordando
sus cuentas bancarias en nombre de un supuesto progreso. Ese lugar,
el bosque nativo, el que siempre nos dice la verdad.
Ustedes ofenden
mi historia y a mi gente, al decir que busco el aplauso fácil. Eso
es algo, señores, que ni yo ni ustedes podremos juzgar, solo el
tiempo lo hará. Sí me veo en el deber de transmitirles humildemente
que si buscara el aplauso fácil, sería la falta de respeto mayor
que podría hacerle a mi tierra y a mi pueblo. La tierra canta,
llora, recuerda, camina, se manifiesta y nosotros la honramos como
nuestra madre total, mientras que ustedes la castigan con sus
topadoras y sus venenos “milagrosos”.
Son, según se
ve, miradas opuestas del mundo y de la vida.
Ustedes me acusan
de generar “confusión en la opinión pública” y de llevar la
discusión “al ámbito de las ideologías extremas”. Dicen que
eso “es lo que se pretende superar”. Desde hace mucho tiempo que
otros señores como ustedes vienen vaticinando el fin de las
ideologías. Quiero decirles que los desmontes irracionales que viene
sufriendo nuestra tierra no son otra cosa que el resultado de una
ideología extrema, la de ustedes.
La verdad es que
lo que “sorprende y preocupa” es la “escasa valoración” que
ustedes tienen por la opinión de muchos científicos serios y
honestos, por el monte y por el campesinado. ¿Ustedes me piden
argumentos científicos para sostener mi postura? Hay cientos de
ellos, uno más contundente y fehaciente que otro, hay tantos que no
cabrían en esta pequeña carta. Les cuento, por si no están al
tanto, que muchos de estos argumentos fueron aportados por
prestigiosas instituciones a las autoridades legislativas. En algún
cajón deben estar.
Y tengo de los
otros, de los que veo todos los días, los de la gente destrozada en
lo más profundo de sus sueños, los de los pueblos inundados de
preguntas y sin una sola respuesta, los de las manos lastimadas por
las esquirlas de un sistema voraz y sangriento, los de tantos
campesinos despojados de sus noches puras y de su medicina ancestral,
en fin, los de una Córdoba desbastada en su naturaleza como pocos
lugares en el mundo.
El monte nos
enseña, todos los días alguna lección nos da, nos purifica el alma
y el camino. Es por eso, señores, que para arrasar con el monte que
nos queda, digo, tendrán que mirar a sus hijos a la cara y luego
pasar sobre nosotros.
Raly Barrionuevo.
Fuente:
La carta de Raly Barrionuevo contra quienes lo invitaron a callar por los bosques nativos, 15/01/17, La Voz del Interior. Consultado 16/01/17.
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