¿Por qué el
Rally Dakar fue vetado en Europa, no fue recibido en Estados Unidos,
Canadá y Australia y sí bien recibido en Sudamérica?
por Andrés Arnone
El Rally Dakar
comenzó el 2 de enero en Asunción, Paraguay, pasó por Bolivia ayer
viernes y terminará el 14 en Buenos Aires. Ayer viernes atravesó la
zona de la Quebrada de Humahuaca, ubicándose como una de las
“privilegiadas” por ser uno de los lugares por donde pasa el
Rally más importante del mundo.
Allí miembros de
los pueblos originarios de distintas localidades se manifestaron en
desacuerdo por el paso de la competencia en sus territorios, debido
al impacto en el medioambiente. El Rally Dakar destruye la vida
vegetal y animal, mucho mas vulnerable en zonas áridas y de montaña
ante los cientos de automóviles, motocicletas y camiones que hacen
el recorrido “off road”. Incluso hay registrados casos de
destrucción de patrimonio arqueológico durante su recorrido por
Chile en 2015.
Destrucción del
ambiente, un juego para ricos
En los medios de
comunicación el Rally Dakar es presentado como una oportunidad para
que “la gente se deleite con el espectáculo”, pero no se habla
de por qué fue expulsado de Europa. Antes este Rally empezaba en
París y atravesaba el oeste de África hasta Dakar, capital de
Senegal. Toda una “aventura” para un puñado de adinerados y una
oportunidad de negocios y vidriera para las grandes marcas que ha
dejado en su historia 50 muertos y que por doquier deja desastrosas
consecuencias ambientales.
Esta verdadera
caravana de destrucción deportiva, al ser vetada de Europa, y ante
los “peligros terroristas en África”, se intentó mudarla a los
Estados Unidos, Canadá y Australia, pero por las leyes ambientales
locales no les fue posible. Por eso en 2009 sus organizadores se
dirigieron hacia los gobiernos “progresistas” de América Latina,
donde fueron bienvenidos al ser menos exigentes en cuestión de
cuidado del medioambiente y salud pública.
Las políticas
permisivas hacia las multinacionales se repite también en el ámbito
de la megaminería, en la agricultura con uso masivo de agrotóxicos,
la deforestación, industrias sin tratamiento de emisiones,
legislación laboral, etc. Estos casos son una muestra más de la
necesidad de la organización política independiente de los
trabajadores y sectores populares de todo los sectores políticos que
hayan sido cómplices de convalidar la degradación del medioambiente
y salud publica, impulsando la movilización en las calles para
torcer las decisiones que toman de espalda a las necesidades del
pueblo trabajador.
Fuente:
Andrés Arnone, Dakar, “deporte” y degradación ambiental, 07/01/17, La Izquierda Diario. Consultado 11/01/17.
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