Un tribunal de
Essen rechazó la demanda interpuesta por el peruano Saúl Luciano
Lliuya contra el consorcio energético alemán RWE. DW habló con
Klaus Milke, presidente de la ONG ambientalista Germanwatch.
por José
Ospina-Valencia
DW: ¿Qué los
llevó a respaldar la demanda del guía de montaña peruano Saúl
Luciano Lliuya?
Klaus Milke:
Germanwatch busca desde hace ya 15 años otras vías, paralelas a las
negociaciones internacionales sobre el clima, para ayudar a que a los
directos afectados por el cambio climático les sean respetados sus
derechos, también por la vía jurídica.
Nos decepciona
que las negociaciones internacionales sobre el cambio climático no
hayan encontrado, hasta ahora, una forma para atender a los
directamente afectados por la contaminación global del aire.
El guía de
montaña Saúl Luciano Lliuya, con la asesoría jurídica de Roda
Verheyen fracasó ante una corte alemana. ¿En qué medida es también
esa una derrota para Germanwatch?
Nosotros
contábamos con un fallo negativo, pero lo interesante es qué va a
pasar en las siguientes instancias.
¿Quiere decir
que Lliuya va apelar el veredicto?
Eso es lo que
permite deducir el estudio escrito del fallo. En base a esto
concluimos que una demanda ante la siguiente instancia se puede
sustentar muy bien.
¿Cómo es que un
campesino de los Andes peruanos llega a demandar al mayor consorcio
energético de Europa, y no a Exxon Mobil o una empresa china, por
ejemplo?
Saúl Luciano y
su padre son atentos observadores de los cambios que sufre su región.
Ellos han visto que los glaciares se derriten ante sus ojos con
rapidez inusitada y cómo crece el riesgo de avalanchas. Así que se
preguntaron sobre quién en el mundo debe responder por los daños a
la naturaleza que ellos no han ocasionado. Con esa interrogante
establecieron contacto con Germanwatch en Perú que los respalda en
esta querella ejemplarizante.
¿Son las grandes
empresas contaminadoras conscientes de los daños globales que causan
al clima en América Latina?
La idea es que
empresas como RWE, el mayor contaminador de Europa, ayude a cubrir
los gastos para aliviar los efectos que producen sus emisiones al
otro lado del mundo. Los países industrializados tienen una
responsabilidad histórica y deben asumirla.
RWE ganó el
pleito y no tendrá que pagar ni horas sociales. ¿Cree que la
demanda logró cambiar algo en la cabeza de los responsables de la
política de uso masivo de combustibles fósiles hacia una
comprensión de las víctimas de sus decisiones?
Creo que sí. El
hecho de que aquí un solo campesino se enfrente a uno de los
consorcios energéticos más fuertes del mundo sirve como ejemplo
para que otras personas pierdan el temor y lo secunden.
Los subscriptores
del Acuerdo de París se comprometieron a abandonar el carbón hasta
el 2050. Una fecha demasiado tardía para el calentamiento global que
el mismo Gobierno alemán ayudó a correr hacia atrás. ¿En dónde
está la responsabilidad de Berlín?
En efecto, lo que
los Gobiernos han acordado no bastará para lograr la meta de limitar
el calentamiento a 2 grados. Así superaremos los 1,5 ó 2 grados.
Alemania aspira a cumplir sus propias metas en 2020. Todos están
llamados a acelerar la ejecución de medidas contra la contaminación.
Europa parece
solo actuar cuando millones de refugiados tocan a sus puertas para
pedir asilo. Hoy se debe, más que todo, a guerras en Cercano
Oriente, pero ya los primeros habitantes del Pacífico han tenido que
abandonar sus islas porque el nivel del mar sube. ¿Espera Europa que
vengan millones y millones de solicitantes de asilo por razones
ambientales para acelerar su lucha contra el calentamiento global?
Europa está
haciendo más que otras regiones industrializadas, pero no es
suficiente. En cuanto a los refugiados, ya hoy África alberga a
muchos más que Europa. Cierto es que el problema del destierro por
razones ambientales crece. Por eso el caso de la demanda del peruano
Saúl Luciano Lliuya es también importante: los afectados deben
demandar a empresas y gobiernos que hacen demasiado poco por frenar
el calentamiento global.
El Gobierno
alemán, por su parte, ha declarado el abandono de la energía
nuclear y ha tematizado en la sociedad el del uso del carbón.
¿Ve usted una
oportunidad de salvar los glaciares andinos?
Para eso tendría
que hacerse mucho ya. El derretimiento actual se debe a los efectos
de la concentración de CO2 durante varios años. Lo que no se debe
hacer es creer que con grandes proyectos de geoingeniería se puede
revertir el ascenso de las temperaturas. No conocemos las
consecuencias de tal injerencia en la naturaleza que, al final, puede
causar más daño. En todo caso, urgen medidas para garantizar el
suministro de agua proveniente de los glaciares en países como Perú
y Bolivia, por ejemplo.
Fuente:
José Ospina-Valencia, Una demanda no salvará Los Andes, pero es un buen comienzo, 16/12/16, Deutsche Welle. Consultado 19/12/16.
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