En Alemania se
superan los límites de contaminación del aire. La culpa la tienen
sobre todo los motores diésel y un deficiente control de los gases
de escape. Las medidas contra la contaminación son controvertidas.
por Gero Rueter
En 2010, entraron
en vigor en Europa límites para óxidos de nitrógeno (NOx) tóxicos
en el aire. No obstante, en Alemania cada año se supera el límite
permitido de 40 microgramos de NOx por metros cúbicos en cerca de
dos tercios de todas las estaciones de medición. De acuerdo con
estudios, esto perjudica la salud de los ciudadanos e incluso puede
ser mortal.
La mayoría de
las emisiones de NOx provienen del tráfico, sobre todo de motores
diésel. Según la Oficina Federal de Medio Ambiente (UBA, por sus
siglas en alemán), incluso nuevos coches diésel emiten seis veces
más óxidos de nitrógeno de lo permitido en ciudades alemanas.
Prohibiciones de
circulación
“No queremos
una prohibición de circulación general, porque esto paralizaría
las ciudades”, dice Helmut Dedy, gerente de la asociación de
ciudades alemanas Deutscher Städtetag. “Pero puede ser que, para
proteger la salud, nos veamos obligados a prohibir la circulación
temporal de determinados coches diésel en zonas especialmente
contaminadas”, agrega.
De acuerdo con
Dedy, la industria automovilística debe garantizar que los coches
diésel cumplan los valores límite. Además, se necesitan métodos
que midan mejor los gases de escape, agrega.
¿Se viene la
placa azul?
A mediados de
abril, los ministros de Medio Ambiente de Alemania a nivel federal y
regional decidieron introducir una placa para marcar los automóviles
limpios que no rebasen los límites permitidos de gases de escape en
las calles: la llamada placa azul. Esta permitiría a los municipios
prohibir la circulación de coches diésel en zonas urbanas con mucho
tráfico.
Sin embargo, la
industria automovilística y el Ministerio de Tránsito rechazan la
introducción de esta placa. En Alemania, alrededor de 13 millones de
coches diésel podrían verse afectados por esta medida. Un grupo de
trabajo del Ministerio de Tránsito deberá presentar una propuesta
alternativa en otoño.
También el
Automóvil Club de Alemania (ADAC) teme que la placa azul puede
llevar a una exclusión masiva de coches diésel del tránsito. “Los
consumidores no deben pagar el precio de los errores cometidos por
los fabricantes de automóviles. Las posibilidades técnicas para la
reducción de sustancias nocivas existen desde hace tiempo y solo
deben ser aplicadas. Ahora es el turno de los fabricantes”, dice el
ADAC.
Fuente:
Gero Rueter, Alemania lucha contra la contaminación del aire, 16/08/16, Deutsche Welle.
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