Sin sumar los
esfuerzos de Reino Unido, la UE tendrá que volver a echar cuentas
para repartir el objetivo de reducción de emisiones por países.
La salida del
Reino Unido obligará a recomponer a las políticas de cambio
climático en la Unión Europea, según explica a Efe el coordinador
de políticas ambientales de la ONG española SEO/BirdLife, el
británico David Howell.
La UE, recuerda
Howell, ha prometido reducir sus emisiones al menos un 40 % para 2030
en el marco del Acuerdo del clima de París, y gran parte de los
esfuerzos para alcanzar el objetivo iban a recaer en Reino Unido, el
segundo país que más CO2 emite en la Unión, tras Alemania, y
responsable del 1 % de las emisiones mundiales.
Sin sumar los
esfuerzos de Reino Unido, la UE tendrá que volver a echar cuentas
para repartir el objetivo de reducción de emisiones por países, que
tiene previsto a anunciar el 20 de julio.
De lo que no le
cabe duda al experto es de que la UE pierde a uno de los países que,
junto a Francia y Alemania, ha liderado la ambición europea en
materia de cambio climático, y la promoción de políticas
contundentes, frente a países que se oponen a disminuir sus
emisiones, como Polonia.
Reino Unido
siempre ha defendido que la UE debería reducir sus emisiones no un
40, sino un 50 % en 2030; sus tres principales partidos suscribieron
un pacto de estado de cambio climático de manera que las políticas
acordadas se llevarán a la práctica gobierne quien gobierne, y se
ha propuesto el objetivo legalmente vinculante de que sus gases
contaminantes caigan un 80 % en 2050, respecto a 1990.
Además, los
británicos son miembros fundadores del Grupo Europeo de Crecimiento
Verde que trata de promover el progreso económico bajo en emisiones,
y la próxima semana celebran una cumbre en Londres con
representantes del mundo de las finanzas y la economía mundial para
acelerar la acción climática.
Howell añade que
se abre la incógnita de si Reino Unido seguirá formando parte o no
del comercio europeo de derecho de emisiones (ETC, por sus siglas en
inglés).
El portavoz de
políticas ambientales de SEO/BirdLife apunta a que Noruega, que no
es miembro de la UE, se está planteando entrar en el ETC mediante
una disposición adicional o un acuerdo bilateral, por lo que es
previsible que los británicos sigan los mismos pasos si deciden
seguir formando parte del comercio de derechos de emisión.
Respecto a las
políticas ambientales europeas en general, Reino Unido, que tiene 73
sillones en el Parlamento, “dejará de ser un país con algo que
decir en materia medioambiental” y eso en la mayoría de los casos
“será negativo”, sostiene Howell.
¿Adios a la
figura de Red Natura 2000 en GB?
No producirá,
sin embargo, un gran impacto en las políticas de conservación,
Howell piensa que el Reino Unido mantendrá la regulación ambiental
acordada en Europa en las últimas décadas borrando de la misma
alusiones como “en transposición de una directiva europea”.
Mientras que de
sus 94.966 kilómetros cuadrados protegidos por una figura europea de
conservación como la Red Natura 2000 (el 8,53 % de su superficie
terrestre, en 924 espacios), el británico cree que su país seguirá
preservando estos espacios, aunque la red perderá especies y hábitat
atlánticos y alpinos representativos que sólo se encuentran en las
islas.
No obstante,
Howell recuerda que Reino Unido dejará de recibir fondos Life
europeos para proyectos de conservación, y deberá de sacar fondos
exclusivamente de sus arcas para seguir cumpliendo con acuerdos
ambientales internacionales que tiene firmados como el de Aves
Migratorias, Biodiversidad o Tráfico de Especies.
Al conocer la
victoria del “sí” a la salida, Ed Davey, jefe durante años de
las políticas de cambio climático en el Reino Unido ha manifestado
en su cuenta de twitter: “Señor perdónales, porque no saben lo
que hacen“.EFE
Fuentes:
¿Cómo afectará la salida de Reino Unido a las políticas ambientales?, 24/06/16, EFE verde. Consultado 24/06/16.
La obra de arte que ilustra esta entrada es "Thames flood" de Agus McBride.
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